La obra del serbio Svetislav Basara (1953) crece en un peculiar espacio en el que el humor más ácido, la parodia, el absurdo y una imaginación sin freno se alían y pelean para desnudarle las costuras a la realidad, darle la vuelta a la Historia y el sentido común, y dejar al lector cavilando si no será Basara quien lleva razón mientras los demás chapoteamos en una cruel fantasmagoría. De Basara ya conocíamos su Guía de Mongolia, que rompe todas las convenciones narrativas, incluidas las que ella misma genera, y los cuentos de Peking by night. En El ángel del atentado son las causas inmediatas de la I Guerra Mundial las que saltan por los aires a través de la correspondencia de ultratumba entre el archiduque Francisco Fernando, cuyo asesinato en Sarajevo desencadenó el conflicto, y un supuesto secretario póstumo del difunto. Pura vitamina para intrépidos.