Al parecer, en 1998, el FBI aún defendía la ausencia de asesinas seriales. Verdad es que la agencia no había vislumbrado el fenómeno hasta avanzados los 60 y que, cuando lo hizo, lo ahormó en moldes patriarcales. Medio siglo después, el interés por las mujeres olvidadas genera piezas de tanto provecho como estas Damas Asesinas. Su autora, la estadounidense Tori Telfer, sostiene que tanto el estereotipo de la debilidad femenina como la tendencia a asociar pasión y lujuria con las asesinas guapas y brujería con las feas son algunas de las razones que explican las sombras donde han quedado las andanzas de las depredadoras seriales. Bienvenidos a un despliegue de humor negro, escalofríos y sabiduría en torno a "la condesa sangrienta", "la virtuosa del arsénico", "la abuelita risueña" y otras once mujeres que ayudan a entender sin anteojeras el género humano.