El mundo del cómic siempre estuvo muy presente en el ámbito familiar del historietista grancanario Rayco Pulido (Telde, 1978), Premio Nacional de Cómic 2017 por su obra Lamia. Esta pasión por el lenguaje gráfico ya apuntó maneras cuando se aventuró a ser el primer dibujante en atreverse a adaptar una obra de Galdós, Marianela, a la narración visual con el título de Nela (2013), aunque ya publicó una recopilación de su trabajo anterior en Sin título 2008-2011.

Este artista, que alterna la docencia con su pasión por el mundo de la historieta, inauguró ayer el programa Un día con Galdós que se desarrolló en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, donde impartió una conferencia taller sobre Nela. La jornada también incluyó la proyección de un audiovisual sobre las mujeres galdosianas, una mesa redonda y un recital de música.

Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, donde se decantó por asignaturas como el dibujo y el grabado, da clases de Plástica y Dibujo Técnico en algunos centros de su isla natal. En ellos surgió su interés por Galdós, lectura obligada entre los alumnos que asistían a sus clases.

Tras acabar un guion original, no se quedó contento con lo obtenido y vio que necesitaba dar un paso intermedio: adaptar algo de otros autores. Estuvo buscando algún libro para hacerlo, pero no fue fácil encontrar algo que visualmente fuera interesante.

"Dando clases vi que mis alumnos tenían una serie de lecturas obligatorias, entre ellas Marianela de Galdós. Los veía sufriendo, la cogí por curiosidad, me la leí y aluciné. Galdós escribe de una forma hipervisual, tenía mucho diálogo y era lo que necesitaba. Tiene un montón de libros y de hecho me hubiera gustado seguir con las obras de Galdós pero el apoyo institucional fue cero".

El resultado fue Nela, obra publicada por la editorial vasca Astiberri, que narra en imágenes la historia de la joven Marianela, una adolescente huérfana que lleva una vida miserable en el pueblo cántabro de Cosartes. Tenía una salud muy precaria, motivo por el que no era apta para el trabajo físico. Por suerte para ella, el hijo del terrateniente de la localidad, Pablo, era ciego y ella fue su lazarillo.

Aquella experiencia le animó a proponer al Cabildo adaptaciones de otras obras de Galdós, pero no cuajó la idea, a pesar de que podrían haber estado listas para 2020, año en el que se celebra el centenario de la muerte del insigne escritor grancanario.

"Propuse hacer la trilogía de Madrid, - El doctor Centeno, Tormento y La de Bringas- que son los libros que siguen la historia de Marianela. He seguido el periplo de Felipín, uno de los personajes de Marianela, que se escapa del pueblo y va a Madrid".

Como no hay mal que por bien no venga, cuatro años después recibió el Premio Nacional del Cómic por su obra Lamia. "Si me hubiera puesto a hacer la trilogía de Madrid no podría haber hecho Lamia ni habría ganado el premio", apostilló. Pero no descarta totalmente adaptar al cómic algunas novelas cortas de Galdós en un futuro, aunque le gustaría hacer una serie "para que los institutos tengan un material que sea atractivo para la juventud que no conoce a Galdós".

En este sentido, Pulido confesó que una obra del universo galdosiano que le atraía para "traducirlo" a su idioma era Misericordia, su libro favorito del autor de los Episodios Nacionales, pero el amplio número de personajes que intervienen le imprimen una complejidad que dificulta su adaptación.

A pesar de que este dibujante considera que no tiene un estilo definido, porque intenta cambiarlo en cada libro que publica, una de las claves de su trabajo es la utilización del blanco y negro en sus composiciones, además de darle más importancia a la narración visual que a los textos.

Salvo honrosas excepciones, como el amarillo que incluyó en algunas viñetas de Nela, "lo utilicé solo para las partes paranormales que suceden en el libro", no es partidario de incluir color en sus producciones. "No me gusta colorear para que quede bonito y atraer la atención del público. No me imagino mis viñetas coloreadas por el simple hecho de colorearlas".

El proceso de elaboración de las diversas historias que plasma en viñetas este artesano del dibujo gráfico, que ahora está centrado en una biografía sobre Viera y Clavijo, entre otros proyectos, es complicado. Como ocurrió, por ejemplo, con Marianela, en la que eliminó todas las descripciones, la voz del narrador y los paisajes para centrarse en los diálogos.

"Me lo monté como si fuera una obra de teatro, un diálogo, una escenografía en torno a esa conversación que la haga interesante, porque eso de poner personajes con bocadillos es lo más aburrido del mundo".