Víctor Manuel escribe en su nuevo libro que usted come de maravilla.

Víctor es un hermano y yo soy de buen paladar. Me gusta comer rico. Si Víctor pusiera un restaurante sería muy bueno.

El lunes recibía en Cádiz el Premio a la Libertad de Expresión y a los Valores Periodísticos. ¿Adelgazan ambos?

La libertad de expresión siempre está en peligro. Las libertades siempre están amenazadas. Los más jóvenes, sobre todo, tienen la convicción, equivocada, de que lo conseguido es ya irreversible. Y no es así. Todo lo que se ha conseguido y no se defiende termina progresivamente perdiéndose. Es un bien frágil.

¿Nuestra democracia está poco hecha, al punto o quemada?

Antes se guisaba de una determinada manera y se va a tener que cocinar de otra. Creo que es una herramienta clave e imprescindible que necesita ser engrasada. Le ha salido roña, pero en todo el mundo. Los Parlamentos están mostrando fatiga, los partidos son estructuras anticuadas. A España no le pasa nada diferente a lo que está pasando en otros países.

¿Somos más europeos porque hemos sentado a la mesa del Congreso a Vox?

Los tenemos sentados en el Congreso porque hay gente que les ha votado. La realidad de tu familia, de tu país, puede gustarte más o menos, pero es la que hay y hay que lidiar con ella. También creíamos muchos de nosotros que había cosas que nunca más iban a volver y sin embargo han vuelto. Cuando Franco murió yo tenía 33 años y Vox me recuerda a todo aquello que yo creí que había quedado atrás. Vox me recuerda al franquismo y reactiva eso que decía antes, que las cosas que has conseguido no son para siempre.

¿Cómo ha digerido el descalabro de Ciudadanos?

Es posiblemente la concatenación de errores más grande de un partido que yo he visto en mi vida. No se puede tener un caudal político tan grande y malversarlo de una forma tan manirrota. Albert Rivera ha llevado al naufragio a esa formación. Cuando Adolfo Suárez pinchó con el CDS ya había hecho muchísimas cosas antes, pero este chico acababa de empezar y ha metido la pata hasta arriba.

Comparar los años de plomo de ETA con lo vivido ahora en Catalunya, como se ha hecho, ¿no le parece un disparate?

Eso no tiene ni pies ni cabeza, es un sinsentido y le quita gravedad al drama tremendo vivido en Euskadi y no solo allí.

Rajoy, Fernández Díaz... sirven estos días sus memorias, pero parece que olvidamos todo muy rápido. ¿No le parece?

Creo que era Álvaro Cunqueiro quien decía: "Somos la sociedad más escéptica que nunca ha habido y nos lo creemos todo". Y eso pasa. Que escriban, nos las leeremos y tan contentos todos.

¿Vamos a llegar a las uvas con Sánchez en funciones?

Seguro. El 19 llegará la decisión de Tribunal Superior de Justicia de Tribunal Europeo por el tema de Junqueras. El 21 hay el congreso de Esquerra Republicana... seguiremos esperando.

Y tendremos nuevo discurso navideño de Felipe VI, figura indigesta para muchos catalanes.

¡Qué le vamos a hacer! Gustará o no, pero es el jefe del Estado.

El menú de la Constitución del 78, ¿no se puede modificar?

Claro que sí. Es otra de las jaimitadas del momento. Los norteamericanos han enmendado 27 veces su Constitución y nos les ha pasado nada de particular. Se debe tocar si se ponen de acuerdo, porque una de las dificultades que estamos viendo es que parece que nadie quiere ponerse de acuerdo en nada.

Y el periodismo con migajas.

¿Pero cómo no va a estar en crisis el periodismo que se hacía antes? Ha vivido un terremoto, como otros sectores. Cierres, despidos, precariedad... Todo se ha puesto patas arriba con las nuevas tecnologías. Habrá que ver cómo acaba este chup chup. Unos saldrán a flote, otros saldrán crecidos u otros acabarán en la basura.

Los juguetes tecnológicos no lo van a arreglar.

Eso es lo peligroso: que el periodismo crea que esto se arregla haciendo filigranas de juguetería tecnológica. Se va a resolver haciendo el mejor periodismo que se ha hecho nunca, el más sólido, serio y solvente. Y pagando por la información, como están haciendo los grandes diarios. La prensa gratis y anónima no tiene ningún sentido.