Érase una vez...

...Un pueblo en el que no pasaba nada y un día alguien decidió que tenían que suceder cosas. De eso hace ya 24 años y en este tiempo han ocurrido miles de cosas.

¿Los Silos es un municipio de cuento?

Es un lugar con cuentos de muchas clases: aquí hay cuentos literarios, cuentos que no son literarios e incluso cuentos que hablan de cuentos. Los Silos no es un sitio distinto al resto de la Isla, pero en una época del año se convierte en un lugar para contar historias y cautivar a la gente. Lo que sucede es que en estos 24 años casi siempre me hacen la misma pregunta...

¿Qué pregunta?

¿Por qué en un lugar tan alejado? Y mi respuesta no cambia: Los Silos está dentro de Tenerife, ¿no? Santa Cruz no se come todo Tenerife. Estamos mal acostumbrados a que todo lo que parece importante o significativo tiene que pasar en La Laguna o en Santa Cruz... En esta Isla existen muchos más cuentos (ríe)...

¿Cuáles deben ser los ingredientes de un buen cuento?

Debe tener una buena conducción y una buena arquitectura. Un cuento tiene que estar bien construido. Si todo ese entramado literario afloja, la historia se viene abajo para convertirse solo en un alarde de interpretación, pantomimas escénicas o un juego de voces.

¿Hay mucho cuentista?

Hay mucho cuentista y mucho cuentero... A veces se usa la palabra cuentista con un sentido equivocado o de forma peyorativa. Yo prefiero un término sudamericano que me encanta: cuentero. Los estilos son infinitos y los narradores también; gente que se dedica a contar historias y gente amateur.

¿Y en la sociedad abundan los cuentistas o, como a usted prefiere llamarlos, los cuenteros?

Cuentistas hay muchos (vuelve a reír)... Puede que demasiados.

¿Este género literario goza de una buena salud?

Ha mejorado una barbaridad si lo comparamos con el diagnóstico de hace 24 años. Entonces cuando hablaba de montar el Festival de Cuentos en Los Silos me miraban con cara de chiste. Éramos tres los que nos dedicábamos a esto y en la Isla casi no se contaban cuentos en público. Este es un género literario tan digno como el resto y estamos tratando de que se respete su oralidad y la transmisión de la palabra de generación en generación.

¿Qué es lo primero que se le pasó por la cabeza cuando oyó, si es que ocurrió, que "Ernesto tiene mucho cuento"?

Es un comentario que me causa risa porque no puedo negar que tengo mucho cuento... Cuento en el más amplio sentido de la palabra. De los dos... (sonríe).

Usted debe ser estos días algo así como una especie de "alcalde cultural" de Los Silos al que todo el mundo para por la calle para contarle cosas, ¿no?

Mentiría si no le dijera que estos días todo el mundo me viene a buscar con la intención de pedirme consejos o para preguntarme en qué pueden ayudar. Mis niveles de adrenalina están por las nubes. Sobre todo, porque el resto del año me lo paso escondido en casa, en la huerta o en un aula de la universidad. Me gusta el ratito de café en la plaza, pero yo no busco ser el centro de atención. Soy consciente de que estoy realizando una labor en favor de mi pueblo, pero esa tarea también la hace el que trabaja en una finca de plátanos. Todos aportamos ese granito de arena para que se hable bien de Los Silos (me estoy poniendo demasiado serio, ¿no?).

¿Por qué decidió volver a sus raíces?

Volver a Los Silos era un regreso necesario... Durante unos años tuve que alejarme de mi pueblo porque trabajo en la universidad, pero un día me rebelé y volví. Los Silos me ha dado más cosas de las que yo le he devuelto, pero el otro día tuve la oportunidad de materializar un hermoso sueño...

¿Qué sueño?

Contar cuentos en el Monte del Agua... Ahí es donde trabajaba mi abuelo y el lugar en el que se originó la vida de este pueblo... Yo no puedo dejar de ser de Los Silos. A mí nunca me gustaron las fronteras. De hecho, si me dieran la oportunidad eliminaría cualquier tipo de barrera. En los cuentos no hay límites; existen miles de maneras de llegar, de contar y de estar.

¿Diciembre sería distinto para usted sin esta cita?

El Festival de Cuentos corre por mis venas; a mí me resultaría muy difícil vivir sin él... El día que pase, porque en esta vida todo llega, me quedaré sentadito en casa disfrutando de lo que hemos sido capaces de construir en Los Silos.

Esperemos que esa visión tan melancólica tarde en llegar...

(Silencio) Me gusta ver el brillo en los ojos de las personas que se emocionan con este festival... Hay un párrafo de un libro de Gustavo Martín Garzo, un buen amigo, que viene a decir que "lo más hermoso que puedes hacer en la vida es ver a alguien que quieres de verdad mientras lees un libro, mirarla sin que esa persona perciba que la estás mirando" ( El hilo azul).

Bueno, en este punto de la entrevista solo queda decir aquello de colorín colorado...

...Y hubo un cuento que jamás tuvo colorín colorado; un cuento que ocurre en Los Silos.