Los totalitarismos aparecen con el miedo; sólo los necios pueden llegar al poder. Acaso esta reflexión pueda sintetizar el mensaje que contiene el programa que el próximo 14 de diciembre, en el Auditorio Adán Martín y en una única función, ofrecerá la Orquesta Sinfónica de Tenerife bajo la dirección del maestro Pedro Halfter junto a un elenco de cantantes.

Se trata de dos óperas en versión concierto que fueron compuestas por autores austríacos en la primera mitad del siglo XX. Una, Der Diktator, (El Dictador), obra de Ernst Krenek, que está fechada en 1928, momento en el que el fascismo comenzaba a dar sus primeras voces; la otra, Der Kaiser von Atlantis, (El emperador de la Atlántida), de Viktor Ullman, creada en 1943 durante el cautiverio que padeció este compositor, de origen judío, en el campo de concentración de Theresienstadt (Terezín), al noroeste de Praga, previo a su muerte, en 1944, en el infierno de Auschwitz.

La Biblioteca Pública del Estado, ubicada en el parque La Granja de la capital tinerfeña, acogió en la tarde de ayer una charla introductoria a este programa, que estuvo impartida por David Ojeda. Esta iniciativa, llamada Ópera en Ruta, viaja por diferentes municipios de la Isla, como si de unos titiriteros se tratara, intentando atraer la atención del público.

"No se suelen representar nunca", señalaba Ojeda al inicio de su intervención a propósito de estas obras, por lo que este programa representa a su juicio una oportunidad única de acercarse a dos piezas interesantes y desconocidas para el gran público.

Como fórmula para generar un clima adecuado, el conferenciante optó por proyectar un fragmento de la película El gran dictador, del genial Charles Chaplin, en concreta esa secuencia ya mítica en la que frente a un globo terráqueo, parodiando la imagen de Hitler, pronuncia la frase: "O César o nada: emperador del mundo", para a continuación juguetear con él, lanzándolo y recogiéndolo, hasta que finalmente el globo termina explotando entre sus manos.

A manera de información complementaria, Ojeda repasó la cronología de aquella época ambientándola con una serie de hitos, en clave de foto fija, desde el ascenso de Hitler al poder en el año 1933, después de que el Reichstag adoptara la Ley de Concesión de Plenos Poderes y Hindenburg lo nombrara canciller; las enseñanzas que se impartían en un colegio alemán sobre la teoría de la raza superior; la tristemente famosa Noche de los cristales rotos, aquel 9 de noviembre de 1938, un estallido de violencia contra los judíos instigado por el entonces ministro de Propaganda del Reich, Joseph Goebels, quien en la siguiente imagen aparece encabezando un grupo, el 19 de julio de 1937, inaugurando una gran exposición en Munich, llamada Entartete Kunst o Arte degenerado, demostrando ser el peor enemigo del arte moderno, de genios como Paul Klee o Vasili Kandinski, entre otros, denominado a sus obras "paisajes de una mente enferma".

Ernst Krenek

Nacido en Viena en 1900 y fallecido en Palms Spring (California) en 1991, este compositor formado en Viena y Berlín, manifiesta un claro dominio del contrapunto, la música electrónica, el dodecafonismo y la atonalidad.

Se casó con Ana Mahler, la hija del célebre compositor, y hasta su mujer, Marie Hermann, le propuso acabar la décima sinfonía.

Lo cierto es que su obra era censurada por los nazis, lo que no evitó que Der Diktator se estrenara en el Hessisches Staatstheater de Wiesbaden el 6 de mayo de 1928.

Se trata de una ópera trágica en un solo acto, inspirada libremente en la figura del fascista italiano Benito Mussolini, aunque Krenek diría que su argumento representaba solo "una anécdota de la vida privada de un gran hombre". Sin embargo, el libreto resalta, con cierto realismo y crudeza, y no sin un gran carácter visionario, los peligros del fascismo y anticipa la tragedia del nacionalsocialismo en Alemania.

Con un ritmo fulminante y compuesta en un estilo melódico, en el que algunos han querido ver influencias de Puccini, se pone en escena la atracción irresistible del poder populista.

La obra se desarrolla junto al lago Lemán, donde se ubican un hotel y un sanatorio. El Dictador está ciego por las heridas sufridas en un ataque con gas en la I Guerra Mundial. María se siente atemorizada ante el Dictador que declara la guerra, fascinado, a un país imaginario. Por su parte, Charlotte le reprocha que ya tiene demasiados enemigos. Más adelante, ambas planean asesinarlo.

Esta ópera se programó recientemente en el Teatro de la Maestranza de Sevilla y con Pedro Halfter en la dirección orquestal.

Viktor Ullman

Der Kaiser von Atlantis, ópera trágica en un solo acto de Viktor Ullman (Silesia, actual Polonia, 1898-Auschwitz, 1944), director, compositor y teórico, discípulo de Schönberg y asistente de Zemlinsky en Praga, fue compuesta en el campo de concentración de Terezín en 1943 antes de partir hacia Auschwitz, donde murió, como el libretista, Peter Kien.

Fue otro preso, H.G. Adler, quien afortunadamente rescató la pieza, que se estrenaría en Ámsterdam en 1975. "La partitura original fue concebida para una orquesta de Cámara", subraya Ojeda

El campo de concentración de Terezín lo crearon los nazis como un campo modelo, maquillado de cara a la comunidad internacional con una imagen idílica, que procuraba cierta libertad a los artistas.

La obra de Ullman contiene una versión del segundo movimiento del Cuarteto Emperador de Joseph Haydn, el himno alemán, y propone la surrealista leyenda de un tirano que empuja a la humanidad a una cruel guerra, hasta el punto que obliga a la Muerte a ponerse en huelga.

Esta pieza contiene todas las características que los nazis consideraban música degenerada, como la atonalidad o el jazz.

Ambas son un testimonio.