El director tinerfeño David Cánovas (Santa Cruz de Tenerife, 1971) vuelve a las andadas con el estreno de un nuevo corto, Túnel de lavado (2019), que se proyectará hoy a partir de las 20:00 en Tenerife Espacio de las Artes de Santa Cruz, donde también se visionarán otros tres títulos suyos anteriores, Arte (2017) , Mascarita (2014) y El contratiempo (2009) . La entrada es libre tras la retirada de la invitación en la taquilla del centro de arte contemporáneo.

La nueva película del realizador chicharrero tiene una duración de catorce minutos y se desarrolla en una gasolinera, La Cañada de La Orotava, a la que llega una pareja de mediana edad formada por Ana (Marta Poveda) y Víctor (Iban Malo) con la intención de comprar una botella de vino para llevarla a la casa de unos amigos donde van a cenar. Entonces toman la decisión de lavar el coche, idea que cambiará el rumbo de sus vidas. El empleado de la estación de servicio es el actor Oliver Escobar.

Cánovas, que debutó en 35 mm con El intruso, un thriller protagonizado por José Coronado en 2005, con el que optó al Goya al Mejor Cortometraje de Ficción, mostró su inclinación por las gasolineras y las cafeterías como escenarios de algunos de sus filmes por la atmósfera que envuelve estos espacios. "Una atmósfera enriquecedora que da pie a muchas cosas", matizó.

La historia, que se rodó en dos noches, es muy sencilla y cotidiana, sin grandes alardes. "Todo lo que ocurre es algo muy normal, quizás sea el juego de ver qué va a suceder en este túnel de lavado, que tampoco es algo oscuro o fuera de lo normal, ni hay nada fantástico. Es una historia cotidiana que le puede pasar a cualquier pareja, un drama que habla de la subjetividad de cada miembro de la pareja, quizás tenga algún elemento autobiográfico, y habla de ese anhelo que tienen las parejas por poseer lo que no tienen".

La velada de hoy servirá también para dar un repaso a la producción de cortos de este realizador, que siempre se ha sentido atraído por el drama fantástico. Mascarita es un filme basado en el cuento Una aventura del zorro, firmado por Anelio Rodríguez, en el que intervienen Eduardo Chamorro, Guacimara Rodríguez y Ando González Aljive. El protagonista es un trabajador de las plataneras que sale al Carnaval disfrazado de El Zorro.

"Decidimos aprovechar la atmósfera carnavalera y nos disfrazamos todo el equipo de rodaje. Me impactó mucho ese relato, es muy duro, un drama realista urbano aunque hay algunas escenas grabadas en las plataneras. Es muy dura a nivel humano y está realizada con otra técnica cinematográfica".

Este inquieto cineasta, que también se dedica a la docencia en el CIFP César Manrique de Santa Cruz, además de ser director del festival de cine educativo Cined fest, suele estar muy obsesionado con los encuadres, los movimientos y los ángulos de la cámara a la hora de desarrollar sus proyectos cinematográficos, una narrativa clásica que dejó a una lado en Mascarita. En cambio en Túnel de lavado recuperó de nuevo esa actitud clásica, aunque sin estar presente el elemento fantástico tan propio de su estilo. "A lo mejor el espectador espera que ocurra algo, que pase algo más. Es una historia normal y no pretende contar más de lo que se cuenta".

El principal reto a la hora de realizar este filme ha sido de carácter técnico, según comentó. La complejidad de un rodaje nocturno en un túnel de lavado en marcha de una gasolinera, con el sonido directo, los dos protagonistas dentro del coche y el operador de cámara también. Para poder rodar las escenas que integran esta cinta se realizaron 23 lavados.

Otro de los cortos que se verá hoy es Arte, que parte del cómic homónimo de Eduardo González. Marta González de Vega, Angelo Olivier y Mingo Ruano dan vida a los personajes de esta historia que presenta a una artista inclasificable llamada Gidia, que inaugura una exposición de fotografías con la que pretende cruzar la línea de lo permitido.

También El contratiempo, interpretado por José Luis Gil y Paola Bontempi. Se trata de una breve historia en clave de alta comedia que trata sobre las máscaras sociales con acidez. Gabriel Mora recibe la visita de Judith Laredo, vendedora de seguros con la que había quedado para cerrar un contrato.

A pesar de que le atrae todo tipo de cine, Cánovas se decanta por el drama cotidiano, el que puede sucederle a cualquier ciudadano normal que le rompe la rutina, esos elementos extraños que distorsionan el día a día. Le gustan las historias verosímiles que conmuevan al espectador, que le haga reflexionar y le entretengan.

Este profesor y director, que ya dirigió su primer largometraje de ficción, La punta del iceberg (2016), basado en la obra teatral del dramaturgo palmero Toni Tabares y protagonizada por Maribel Verdú y Carmelo Gómez, ya acaricia dos nuevos proyectos, su segundo largometraje, que será de terror según adelantó, y una serie de televisión de ocho capítulos. Ahora está a la búsqueda de posibles patrocinadores, uno de los aspectos más difíciles de conseguir en este país, porque la creatividad ya la ha demostrado de sobra.