La danza y las mujeres fueron ayer las protagonistas en la nueva propuesta del Festival de Artes Escénicas Telón Tenerife. El Auditorio de la capital chicharrera acogió el estreno nacional del nuevo programa de Lava Compañía de Danza con las creaciones de dos de los coreógrafos de mayor proyección internacional de los últimos tiempos. Dos propuestas, creadas expresamente para la compañía, muy distintas entre sí y que no dejaron a nadie indiferente. Ambas hicieron las delicias del público asistente, que no dudó en ofrecer una calurosa ovación a las bailarinas y a los creadores tras el pase.

El coreano Dongkyu Kim fue el encargado de inaugurar la jornada de danza con la pieza Yalacha, que estuvo seguida por la propuesta del israelí Roy Assaf, titulada Hush. Unas 430 personas acudieron a este estreno compuesta por dos obras elegidas por el director artístico de la compañía residente del Auditorio, Daniel Abreu. Las bailarinas Emiliana Battista Marino, Fabiana Mangialardi, Virgina Martín, Paula Parra, Alicia Pirez y Amanda Rubi fueron las encargadas de llevar estas creaciones tan dispares al escenario chicharrero, creadas por los máximos exponentes de la danza internacional.

Un grito sordo atrapó a las bailarinas durante la puesta en escena de Yalacha, de unos 35 minutos de duración. Dongkyu Kim sostiene que "todos hacemos nuestro propio sonido" y por eso el inicio de la pieza llenó la Sala Sinfónica del Auditorio con las voces de cientos de personas. Al son de todas ellas, la danza comenzó con un recorrido, desde la música más natural, hasta la más futurista, con una cuidada puesta en escena, en la que las bailarinas acompañaron la idea del coreano con un vestuario y un maquillaje que combinó a la perfección con los movimientos de la propuesta. El coreógrafo coreano invitó a los asistentes a descubrir su propio sonido a través de esta propuesta: "Vivo mi propia vida y hago mi propio sonido a través del sonido de otros. ¿Qué sonido haces tú?".

Un cuarto de hora después del final del primer espectáculo fue el turno del israelí Roy Assaf quien, en Hush, hizo volar la imaginación del público, invitándole a componer su propia historia a través de los dispares movimientos de las bailarinas. "Le animo a que ignore la inquebrantable tentación de buscar una trama, rechace la obstinada necesidad de comprender, confié en su instinto y siga a su tierno corazón, que tiene una gran capacidad de imaginar", reza sinopsis de esta obra que en más de una ocasión levantó las risas del público ante los inesperados gritos de las artistas.

Assaf mostró una vez más su peculiar uso de la gestualidad corporal para realizar un repaso por algunas de las danzas más emblemáticas de la historia de la Humanidad. "Sois el mejor público que una puede tener; gracias por venir esta noche", reconocieron las bailarinas durante un instante de la pieza, que dejó a muchos con la duda de si se trataba de un agradecimiento sincero o de si no era más que una muestra de la mentira y el sinsentido de la sociedad actual.

Sea como fuere, el público que se congregó en la tarde de ayer en el Auditorio de Tenerife recibió con atención y reconocimiento las propuestas de estos dos creadores de reconocido prestigio internacional y que fueron puestas en escena, de manera magistral, por este grupo de bailarinas que demostró una vez más por qué Lava Compañía de Danza no ha parado de cosechar éxitos desde su creación hace algo más de un año.