Desde el punto de vista interpretativo, la película Historia de un matrimonio es una verdadera joya que nadie debería perderse. Pocos títulos más auténticos y honestos pasarán este año por las salas de proyección. Con este melodrama rebosante de comicidad, ternura y desconsuelo, Noah Baumbach firma su mejor obra. Este cineasta neoyorkino, que ya recibiera una nominación al Oscar por su guion de Una historia de Brooklyn, atesorará a buen seguro más candidaturas a la codiciada estatuilla de Hollywood por este reciente trabajo. Brillante y emotivo, rezuma credibilidad y gracia en una combinación que acaricia los sentidos del espectador, pese a que su temática de fondo sea áspera como una lija. Porque al final, entre las secuencias graciosas y las que reflejan con certeza los momentos cotidianos de una pareja, Baumbach nos va colando las inevitables desgracias de la vida de tal manera que, aun habiendo sonreído durante buena parte del metraje, terminamos con un nudo en el estómago.

Y es precisamente esa mezcla de tristeza y alegría, de drama y comedia, de romanticismo y ruptura, lo que convierte a Historia de un matrimonio en un largometraje profundamente sentido. No es habitual que se traslade al público una vivencia tan directa como esta a través de la diversión y la amargura. Se dice que la cinta está inspirada en los dos divorcios que marcaron personalmente al realizador: el de sus padres y el suyo propio con la actriz Jennifer Jason Leigh. Solo él, también guionista y productor del film, conoce hasta qué punto se trata de una autobiografía no oficial. Lo que sí se puede asegurar con total rotundidad es que el proyecto se ha mimado con delicadeza, integridad y respeto. La conexión que existe entre los sentimientos mostrados en la pantalla y el artista que se sitúa detrás de la cámara casi se puede tocar.

Cuenta la historia de Nicole, actriz que abandona una prometedora carrera en el cine comercial para trabajar en la compañía teatral de su marido Charlie, director de escena en pleno auge con el que inició una sólida historia de amor, pero del que ahora se está divorciando. A pesar de su pasado compartido, de la complicidad entre ambos y de un hijo en común, el matrimonio se romperá por completo, teniendo incluso que recurrir a abogados y tribunales para zanjar su relación.

Títulos sobre divorcios hay muchos y algunos de ellos muy famosos. Desde la mítica Kramer contra Kramer de Robert Benton, estrenada a finales de los 70, hasta la francesa Custodia compartida del año pasado, existen decenas de propuestas, estilos y calidades. Desde ahora, Historia de un matrimonio figurará para mí en el listado de las mejores. Estoy convencido de que madurará con el paso del tiempo y llegará a ser todo un referente dentro del género gracias a sus largos planos secuencia, su recreación precisa de rutinas y situaciones ordinarias, y su plasmación de todo lo bueno y malo que puede vivir una pareja que se ha querido de verdad. Basta un mínimo de sensibilidad para sentir empatía hacia unos personajes a los que terminas comprendiendo hasta cuando se equivocan.

En las nominaciones a los Independent Spirit Awards opta a los premios de mejor película y guion, y ha sido ya galardonada en el apartado de mejor reparto, y en los British Independent Film Awards es candidata a mejor película internacional. Asimismo ha cosechado grandes aplausos en los Festivales de Venecia y Toronto, y destacará en los Globos de Oro y los Oscar.

Uno de sus puntos fuertes radica en las magistrales interpretaciones de la pareja protagonista, un magnífico Adam Driver (muy conocido por sus apariciones en las últimas entregas de La guerra de las galaxias, si bien donde ha destacado ha sido en Paterson e Infiltrado en el KKKlan) y Scarlett Johansson (recordada por Lost in Translation o Match Point y muy popular gracias a sus intervenciones en Los vengadores). Juntos realizan un trabajo digno de elogio. Les acompaña un atrayente elenco de secundarios en el que encontramos a Alan Alda ( M.A.S.H., Misterioso asesinato en Manhattan, El aviador, Delitos y faltas), Laura Dern ( Corazón salvaje, Alma salvaje, El precio de la ambición) y Ray Liotta ( Uno de los nuestros, Copland, Campo de sueños). Un casting en estado de gracia.

Producida por Netflix, podrá verse a través de la famosa plataforma a partir de la próxima semana y en algunos cines en versión original desde el pasado viernes. Es una lástima que la tensa relación establecida con distribuidoras y exhibidores tradicionales afecte a la difusión de esta gran propuesta. En ella no encontrarán destacados efectos especiales, ni asombrosas puestas en escena, ni ritmos vertiginosos, pero sí cine del bueno y un torrente de emociones transmitidas con elegancia. Toda una sorpresa.