Cumplir 60 años es, desde luego, un motivo de celebración. Pero si quien los alcanza es el personaje más emblemático del noveno arte europeo la fiesta tiene que ser por todo lo alto. Y eso es lo que ha debido pensar la editorial Salvat, responsable de la publicación en España de las nuevas aventuras de Astérix, que este año ha sorprendido a sus innumerables fans con tres sorpresas imprescindibles sobre los inmortales personajes que crearan el guionista René Goscinny y el dibujante Alberto Uderzo en 1959.

La primera tuvo lugar hace varias semanas con sendas ediciones especiales de dos de los álbumes mas emblemáticos de la serie, Astérix el galo y Astérix en Hispania, en formato de lujo, con tamaño superior al habitual, el lomo entelado, las planchas originales en blanco y negro y numerosas páginas con contenidos extras e inéditos sobre las aventuras de los irreductibles galos.

La segunda es una obra especial en la que algunos de los mejores ilustradores del momento rinden tributo a la saga. Se trata de Generaciones Astérix. El álbum homenaje donde más de 60 dibujantes muestran su amor al personaje. Entre los participantes se encuentran Gallego y Rey, Oriol Malet, Borja Montoro, Belén Ortega, Moebius, Franquin y Ferri y Conrad, que llevan a su estilo particular el mundo del pequeño galo y sus vecinos.

Hazañas

Y la tercera es la publicación de Astérix y la hija de Vercingétorix, un nuevo número de hazañas que se suma a los 37 ejemplares anteriores donde el célebre galo, que siempre trata de ser más listo que los romanos, viaja con una nueva heroína femenina.

René Goscinny y Alberto Uderzo idearon una historia de galos que resistían permanentemente al invasor en el año 50 antes de Cristo durante el imperio de Julio César. El guionista y dibujante eran editor y director artístico de la revista Pilote, respectivamente, una publicación de la que surgieron algunos de los personajes más importantes del cómic europeo del pasado siglo. Las primeras viñetas de Astérix aparecieron el 29 de octubre de 1959 en dicha revista antes de ver la luz en formato álbum en 1961. Durante los cinco primeros títulos, publicados anualmente, el éxito creció de forma paulatina, pero estalló de una manera impresionante a nivel internacional con Astérix y Cleopatra en 1965. Fue entonces cuando ambos creadores decidieron dedicarse exclusivamente a glosar las aventuras de los héroes de la aldea gala. Aún así, Goscinny no dejaría aparcadas su fenomenales incursión en el western con Lucky Luke y en el Bagdad mágico de Iznogud. El guionista y Uderzo producen, hasta el año 1979, otros 19 títulos de Astérix que añadir a los anteriores con una actividad frenética ya que, a diferencia de los anteriores, estos fueron apareciendo con una media de dos y tres números en un mismo año. Pero, desgraciadamente, la saga quedaría bruscamente interrumpida al sufrir Goscinny un paro cardiaco durante un chequeo rutinario cuando tan solo tenía 51 años. Un duro golpe para el arte y la pérdida de un creador excepcional que creara títulos tan irresistibles como Astérix en Bretaña, Astérix legionario, Los laureles del César o Astérix en Helvecia, en donde se plasmaban la imaginación ilimitada del genio parisino, su elegante sentido del humor, y una capacidad prodigiosa para reflejar todas las características culturas de los diferentes pueblos, sus costumbres, y recrear conocidos hechos históricos.

Pero Goscinny iba aún más lejos ya que utilizaba el humor anacrónico y los estereotipos de las naciones europeas constantemente reflejando a los griegos se como unos individuos con familias enormes, los godos de forma militarizada y regimentados en plan prusianos, los bretones en plan adictos a la cerveza tibia e hirviendo toda su comida, y a los hispanos como devotos del flamenco, los toros y el aceite de oliva. Tras el fallecimiento del guionista, Uderzo decide seguir por su cuenta y riesgo registrando, entre 1980 y 2001, otros siete álbumes en los que, si bien mantiene su trazo original, expone una lamentable incapacidad para mantener la elegancia de su excompañero. Así, el dibujante nacido en Frismes, realizaría títulos tan prescindibles como El hijo de Astérix, La rosa y la espada o La traviata en los que reducía el nivel a meras supercherías en las que las aventuras caían en lo obvio, ramplón y previsible. Y lo peor de todo es que el personaje a veces perdía su magia e inocencia. Pero es que la desfachatez tocó fondo con ¡El cielo se nos cae encima!, un absurdo despropósito repleto de referencias a Walt Disney, el manga y los superhéroes norteamericanos.

A esta etapa también corresponden otros tres títulos en los que se celebraban alguna efeméride o recuperaban historias olvidadas. Sin embargo, un hecho casual salvaría a los seguidores de Astérix de tener que seguir sufriendo semejantes desatinos. Y es que la hija de Goscinny denuncia a Uderzo por derechos de autoría y la justicia francesa fallaría su favor. La multa y las posteriores obligaciones penales crearon un quebradero de cabeza tan grande en el dibujante que decidió ceder los derechos de creación en 2013 a un nuevo equipo seleccionado por él mismo. Esta responsabilidad recayó en Didier Conrad a los lápices y Jean-Yves Ferri al guión que, en cuatro álbumes salidos entre 2013 y este 2019, han vuelto a recuperar la excelencia perdida durante treinta años. Fue, sin duda, una de las mejores noticias para el noveno arte europeo desde que se publicar Astérix en Bélgica en 1979.

El primer volumen de Ferri y Conrad, Astérix y los pictos, constituye un viaje épico a una comarca rica en tradiciones y el descubrimiento de un pueblo, Caledonia en Escocia, cuyas diferencias culturales se traducirán en gags y juegos de palabras memorables. El siguiente, El papiro del César, muestra cómo, en su obsesión por conquistar la Galia, Julio César recurrirá a una nueva arma: la comunicación. El tercero, el maravilloso Astérix en Italia, muestra cómo el encargado de la conservación de las vías romanas es acusado de prevaricación y para desviar la atención, el senador anuncia una carrera de cuadrigas que recorrerá toda Italia. Este nivel de calidad que mantiene este La hija de Vercingétorix, siempre y cuando partamos de la base de que lo mejor del tiñoso personaje fueron los 24 álbumes que salieron con Goscinny vivo. Después de 38 álbumes publicados de los cuales se han vendido 370 millones de ejemplares en todo el mundo en 110 lenguas y dialectos, Astérix puede presumir, como sexagenario, de tener una salud a prueba de bomba.