Hace décadas que el artista gomero Luis Alberto Hernández (Hermigua, 1947) descubrió la fuerza expresiva de la escultura, que practicó con cierta asiduidad cuando estudió Bellas Artes en Sevilla, incluso obtuvo una beca para profundizar en este lenguaje en una academia de Perugia. Nunca abandonó esa tercera dimensión que siempre asomó su hocico en algunas de las piezas que ha expuesto a lo largo de su dilatada carrera como artista.

La galería Bronzo de La Laguna acoge hasta el 15 de noviembre una treintena de sus nuevas obras que atestiguan está tendencia hacia las tres dimensiones que se vislumbraba en sus últimas exposiciones. Algo más de media docena son esculturas sobre pedestales y el resto casi escultupinturas sobre platos circulares colgados de la pared, bajo relieves sobre los que ha suspendido objetos con cierto aire de fetiche, título que ha puesto a toda esta colección.

"Es un poco un recorrido revisado por mi obra desde los años 70 hasta la actualidad", confesó este creador que renace tras superar una enfermedad que no ha conseguido frenar su creatividad. "Creo que es más colorista la obra, aunque hay algunas piezas en las que vuelvo a ese tema sombrío. Siempre he reconocido toda la vida que más que de comedia soy de tragedia. Lo que pasa es que lo adorno con toques de humor, a veces ironía e incluso sarcasmo".

Paisajes de montes, algunos de ellos canarios, como su alusión a El Cedro, esculturas de malpaís con sus pinchos característicos, en referencia a la flora canaria, y la figura humana, sus típicos seres grotescos que en esta ocasión rezuman erotismo y un sexo concebido de forma bastante extravagante, son algunos de los temas propuestos en esta obra. "No soy muy generoso con el hombre y la mujer cuando los pinto, en lugar de quitarles arrugas las añado. Como retratista no ganaría una carajo", reconoció.

Con respecto a los colores que presiden actualmente su paleta, que ya empezó a adelantar en su serie Lunas de Marrakech, comentó que se ha vuelto más viva y brillante. "Me gustan mucho las tonalidades grisáceas, sobre todo los sienas tostados, pero ahora me he abierto más hacia los tonos azules y verdes, como la aproximación que hago al monte El Cedro, que podría ser cualquier zona de laurisilva".

Hernández, que tiene vicio por la sinceridad, aseguró que el principal reto que se ha marcado en los últimos tiempos ha sido "ser más escultor que pintor porque meto relieves en formas que podrían ir planas. Es una manera de entrar en la escultura. Desde mi humilde espacio reivindico que quien ama la pintura tiene que adorar la escultura porque es lo mismo pero con otra dimensión, pero en definitiva la creatividad está ahí".

Corcho, alambre, madera y fibra de carbono son algunos de los materiales que ha utilizado para elaborar la galería de esculturas que muestra en La Laguna, mientras que las pinturas con relieves y colgantes tienen como soporte fibra de bambú, más manejable y menos frágil para su manejo que la cerámica que le hubiera gustado utilizar.

El artista canario, que procede según él de una isla mágica, indicó que le atraen los fetiches desde un punto de vista estético, aunque considera que muchas culturas del mundo están pobladas de estos objetos con poderes "mágicos" o "sobrenaturales".

Por último, adelantó que su próximo exposición estará centrada en los bodegones, género que ya ha tocado en otras ocasiones, con panes y botellas. La principal novedad, que espera compartirla con la pintora Pepa Izquierdo.