Pasadas ya tres décadas desde que creó al detective Mario Conde, su personaje más célebre, el escritor Leonardo Padura piensa que la Cuba actual "es diferente" a la de la década de los noventa, entre otras cosas porque la de antes "tenía mucho más miedo que la de hoy".

Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2015, este retratista de la sociedad cubana acaba de visitar Tenerife para participar en Periplo, el Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras, que organiza Puerto de la Cruz.

El novelista aterrizó en Tenerife aún con el buen sabor de boca que le ha dejado su última novela La transparencia del tiempo (2018), en la que de nuevo regresa a las andanzas de Mario Conde, un antihéroe con mirada crítica y desencantada, al que Leonardo Padura describe como nieto del Marlowe de Raymond Chandler e hijo del Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán.

Cuba es parte esencial del universo narrativo de las novelas de Padura y un protagonista más desde que en 1988 se estrenara en las tareas de novelista con Fiebre de caballos.

En una entrevista con Efe, Leonardo Padura recordó que las primeras novelas de la serie de Conde se ubican en 1989, un momento anterior a la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, "y desde ahí hasta acá ha corrido mucha agua bajo el puente del mundo y muchísima bajo el puente de Cuba".

Aseguró que, a veces, "da la impresión de que la sociedad cubana es estática porque no ha tenido grandes cambios y la estructura política y el sistema económico se mantienen siendo los mismos", pero "han pasado 30 años muy intensos para la sociedad cubana en los que han ocurrido toda una serie de procesos positivos y negativos".