En cuanto abres su web un mensaje agónico se adueña de la mirada del usuario que busca una referencia cultural en la página oficial del Círculo de Bellas Artes de Tenerife. "Abriremos en breve, Santa Cruz no se lo puede permitir". Esa es la realidad que se adueñado de la centenaria institución cultural ubicada en la calle Castillo de la capital tinerfeña.

Las deudas se amontonan

La directiva del Círculo de Bellas Artes de Tenerife ha emitido en las últimas horas un SOS asociado a la situación de emergencia económica que sufre una institución que no está pudiendo afrontar el pago de los recibos básicos (agua, impuestos municipales, luz, teléfono...), tampoco el importe de las nóminas de sus empleados. Esta parálisis, originada a raíz de una denuncia por ruidos interpuesta por un vecino, ha llevado a la sociedad a un callejón sin salida, a un lugar del que quiere salir lo antes posible con la ayuda del Gobierno de Canarias, Cabildo de Tenerife y Ayuntamiento de Santa Cruz: el pasado jueves hubo una reunión a cuatro bandas para poner sobre la mesa la compleja situación financiera de una entidad que cuenta con menos de 200 socios.

Juan Márquez, viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Concepción Rivero, consejera de Cultura del Cabildo de Tenerife, y Patricia Hernández, alcaldesa de Santa Cruz, mantuvieron una reunión de trabajo con Pepe Valladares, presidente del Círculo de Bellas Artes, en el que conocieron de primera mano el difícil panorama económico que vive un organismo que en su portal exhibe estos mensajes "Cerrado por Gerencia de Urbanismo", "100 años de historia de la cultura de Tenerife" o "Queremos esta calle llena de color, música, teatro y mucha arte".

Un año en blanco

El Círculo de Bellas Artes no está abierto porque no tiene una licencia adaptada a la normativa del año 2012. "Ajustar el edificio -una rehabilitación de grandes proporciones- implica realizar una inversión de casi un millón y medio de euros que no tenemos", apuntan fuentes directas de una sociedad que aún no ha saldado un crédito bancario de 120.000 euros que se pidió recientemente para acometer una serie de reformas que eran prioritarias: adaptación de los accesos para personas discapacitadas, instalación de un ascensor y otras actuaciones menores en distintas áreas del edificio.

Todo parecía estar encauzado -se trazó un proyecto centrado básicamente en las medidas contraincendios y sistemas de evacuación en casos de emergencias- antes de las elecciones de mayo, fecha en la que se empezó a fraguar los cambios de gestión en las tres administraciones que ahora se sientan en la mesa. "La predisposición es buena, pero evidentemente esto es insostenible", remarca un portavoz de una sociedad que no puede organizar actividades y que, por lo tanto, no puede generar ingresos derivados de una programación más o menos estable o el alquiler de este emblemático espacio santacrucero para otros cometidos: presentaciones de libro, espacio de exposiciones, debates, etc... Mientras se alarga la espera en torno al futuro del inmueble, la única certeza es que las facturas siguen llegando al Círculo de Bellas Artes.