Luis Landero y Juan Cruz Ruiz no solo comparten año de nacimiento. Los dos tienen un afilado y profundo gusto por la literatura, por el ser humano, por las palabras... Ambos ven el diálogo como una reconciliación con la cultura, la sociedad o la verdad que envuelve a la condición humana, que casualmente es el título que reúne hoy, a partir de las 20:00 horas, al extremeño y al tinerfeño en el Espacio Cultural CajaCanarias de la capital tinerfeña. "Lluvia fina servirá de pretexto para hablar de otros temas", asegura el Premio Nacional de Literatura.

"Espero que la conversación venga y vaya; que al final nos abandonemos al viejo coloquio que ya no se lleva en estos tiempos", subraya Landero en el arranque de una conversación telefónica que afronta recién afeitado. "En nuestras infancias, que es un concepto que une mucho, existen muchos paralelismos... Juan es un torbellino. Usted lo conoce, ¿no?", replica sin pausa. "Nunca sabes bien por dónde te va a llevar, pero seguro que por buenos caminos", incide en referencia al formato sobre el que va a girar un encuentro en el que dos preguntas conforman el itinerario principal de un vis a vis de acceso gratuito hasta completar el aforo de la sala en el que el binomio Landero & Cruz terminarán acariciando cuestiones claves como ¿Qué somos? o ¿A dónde vamos?

Ganador del Premio de la Crítica de Narrativa Castellana, entre otros galardones, el escritor de Alburquerque considera que "la amistad nunca debe ser un condicionante para que uno cuente lo que piensa. Eso sí, prefiero hablar con un amigo antes que sentarme frente a frente con un enemigo, que creo, sinceramente, que no tengo demasiados", valora del encuentro con el periodista y escritor portuense.

Diálogo en torno a la familia

Lluvia fina es una historia que gira en torno a la familia, concretamente, alrededor de Gabriel, quien decide juntar a sus hermanas después de muchos años de separación para celebrar el 80 cumpleaños. En el encuentro afloran todos los desencuentros que se han acumulado a lo largo del tiempo. "La familia está en la serie de televisión, en una película, en un libro... Ese es un aprendizaje sentimental por el que pasamos todos en las relaciones que tenemos con nuestros hermanos, padres, amigos o en la Escuela", reivindica, antes de apostillar que "en la familia aprendemos a Amar, pero también a odiar".

Los rencores guardados y los demonios dormidos son dos circunstancias que, a juicio de Luis Landero, pueden ser el paso previo a una tragedia. "Todos tenemos algo en nuestra familia que nos coloca al borde del abismo, un vacío que provoca dudas, egoísmo, miedo... "La familia es algo que toca, no puedes elegirla", refuerza.

Respecto al carácter repetitivo del asunto familiar. Landero desconoce si todo es fruto de una moda, aunque admite que hay periodos en los que los temas se entrecruzan. "En la literatura todo es posible", añade sobre los puntos de coincidencia que pueden existir entre Javier Cercas y Manuel Vilas, triunfadores en la última gala del Premio Planeta de Novela con Terra Alta y Alegría. "No sé lo que han hecho, pero Ordesa (Vilas) sí que es una novela familiar. "Tusquets acaba sacar una novela de una autora, que no recuerdo bien el nombre, en el que el conflicto familiar está muy presente", medio referencia el cacereño.

Un artículo que leyó en El País se convirtió en el motor de arranque de Lluvia fina: "Previamente acumulé muchas experiencias que se activaron a través de aquel texto, pero el material para escribir ese libro ya estaba dentro de mí. Eso es como la manzana de Newton, nada fue casual", compara.

"Todos somos unos eruditos en el tema de la familia... Si nos dejan, podemos estar hablando de ella más de dos horas sin parar. Los agravios que se anudan en cada una de ellas son como las chinas que acaban en un zapato, pero que no te deshaces de ellas hasta que las molestias se convierten en dolor".

Landero está convencido de que a todos "nos gusta crear un pasado a la carta, una mirada en el tiempo que nos permita manipular nuestros propios niveles de frustración para sentirnos víctimas y gestionar los fracasos que cometemos".

El efecto de la 'Lluvia fina'

Moja, pero no cala. Esa es la incómoda sensación que deja la lluvia fina. A partir de esa idea, Landero arma un libro que se agarra a esas pequeñas cosas que se dejan pasar en el amor, la familia o la política. "Eso es lo que trato de explicar en Lluvia fina, el tiempo que hemos soportado algo que un día se hace más grueso: lo que está ocurriendo en España, por ejemplo, ya no es una lluvia fina, en este país hace tiempo que es torrencial".

El creador de Absolución o La vida negociable tiene claro que este país ha retrocedido en el tiempo hasta poner en práctica un modelo político que es más racial que lógico: "La política es el arte de convivir, no de dar gritos e insultar de manera tabernaria", abrevia un narrador que le entrega a la ciudadanía el mismo rol que puede tener un escritor. "Uno es el que escribe la historia, pero la visión de ella la tienen todo el conjunto de la sociedad, es decir, que no es una exclusiva atribuible a un escritor o incluso a un periodista".

"Me indigna lo que está pasando en España, también la manipulación de la ficción que quieren hacer en Cataluña de un relato épico de su pasado que no es real. Algunos quieren convertir la mentira en su sustento sin analizar los daños creados a la mayoría de los ciudadanos. Los nacionalismos, al igual que las religiones, son tendenciosos, todos ofrecen una salvación ficticia", concluye.