Javier Álvarez no quiere parecer cursi, pero asegura sentirse muy feliz. Está de minigira por Tenerife, en concreto por La Laguna, donde ha elegido cuatro espacios íntimos para presentar ante los suyos su último disco, 10, una decena de canciones que interpretará hoy, a las 20:00 horas, en la tienda de discos Hey Boy, Hey Girl de La Laguna. Mañana lo hará a la misma hora en La Terrera Hostel y el jueves, a las 19:00 horas, en la Casa del Taller.

Este inquieto cantante, que se muestra pletórico de felicidad, es un torrente de deseos que comparte con aquellos que se acercan a escuchar esos temas que ha tejido en soledad para disfrutar con los demás, pero en escenarios muy íntimos, en la terraza o el patio de una casa, entre otros rincones, un montón de 'cosas' de un modo intenso pero sencillo. También busca que el público colabore con él en procedimientos originales de distribución de su obra.

"Es mi disco número diez. Es mi décimo hijo y todos son iguales para mi. Son como diez retratos, diez imágenes, diez instantáneas exactas de cada instante en el que se publicaron. El primero me representó en ese momento y el décimo en este. Soy el mismo, pero hay una evolución", apuntó, aunque la crítica considera 10 como el disco más inspirado de su trayectoria.

A pesar de que este intérprete y compositor es de Letras, siente una especial atracción por los números a los que otorga cierto valor simbólico. "Este disco salió el 10 del 10 de 2018. El 10 del 10 de esta año cumplo 50 años y el año que viene es 2020. Estoy en un momento absolutamente redondo. Estoy flipando con la numerología sin estudiarla mucho, por intuición. Yo soy así, mucho de pálpitos, con los astros un poco alineados, por eso estoy tan feliz".

Acompañado de su guitarra acústica y del público que acceda sin enchufe a sus recitales (hay que llamar al teléfono 650 929 136 y hoy al 646 564 630), Álvarez dará rienda suelta al catálogo de diez ejercicios sostenidos en unos arreglos minimalistas y la riqueza lírica de su voz. También recordará otros temas que integran su vasta producción.

"Las canciones del disco hablan de todo, hay que escucharlo. La última escucha que hice flipé porque en menos de media hora conseguimos ese espíritu de menos a más. En este tiempo tan concentrado intenté ser lo más universal posible. Son diez temas, diez obritas que hablan un poco de todo. En realidad hay mucha miga, mucha poesía. No es un disco digamos transparente, tienes que pararte un poquito, pero hablan de todo un poco. 10 es un disco político, un disco poético, es un disco intimista y para rezar fuera".

El autor de canciones como La edad del porvenir aseguró que los temas que le inquietan son los mismos que cuando empezó. "Me inquieta todo en la vida. Un día dije una frase que repito mucho porque es verdad. Cada día que crezco me abro más y cuanto más me abro más me cabe".

Alvarez se muestra algo reacio a hablar de algunas cuestiones, como el calentamiento global o la realidad política del país en el que vive, realidades ante las que se muestra bastante irónico y provocador, como tantos otros artistas.

"El calentamiento global lo apoyo porque soy muy friolero, si fuera enfriamiento me daría pavor. Mi forma de decir es positivizar lo negativo. Vivimos en un mundo en el que lo que se lleva son las malas noticias. Mola que haya alguien que diga lo bueno. Nos estamos cargando el planeta y no estamos ganando nada con ponernos a llorar en el suelo. Estoy muy implicado como ciudadano y soy muy político, pero eso lo hago muy personalmente".

También comentó que con respecto a la realidad del panorama político en España no sigue las malas noticias. Está desconectado de las campañas y de la economía, porque lo que si le interesa de verdad es lo que late en la calle.

"Las campañas y las promociones me parecen un mercado y un circo. No me interesan lo más mínimo. La calle está muchísimo mejor de lo que se oye. Veo muchísima gente concienciada, personas abiertas. Los jóvenes me parecen más educados de lo que éramos nosotros, veo que hay mucha evolución. En los colegios empiezan a enseñarse cosas más interesantes, hay muchísimos avances en la ciencia y la medicina. Veo muchísimas cosas maravillosos. Las malas también las veo, pero ya las publicitan otros".

Más cercanía

Es evidente que esta cantautor, que ya superó una crisis personal que padeció hace algunos años, ha evolucionado en su concepción de la música inclinándose por escenarios más singulares, más cercanos al público, más silenciosos, en los que se escucha lo que se canta.

"He llegado a un momento en el que me parece que lo íntimo es mucho más real. Lo cercano es mucho más interesante. Ya triunfé y la verdad es que me parece más incómodo ser un artista de masas que uno íntimo. Mi sueño es cantar en teatros para un aforo grande, pero en teatros."

Asimismo, aclaró con esa sinceridad que le caracteriza que "mi carrera ha sido muy irregular. Mis dos primeros discos fueron una bomba, con el tercero ya se tamizó. Mi trilogía primera fue un éxito muy bestial y eso me influyó de una manera que fue una presión muy grande. Arreglar todo aquello que pasó fue una bomba de relojería y además sin buscar ni querer te viene a costar muchos años poner las cosas en su sitio".

Este trovador del siglo XXI, que se distingue por ser muy colaborativo con otros artistas, aunque no practiquen su palo musical, considera que esta sociedad es muy ruidosa, motivo por el que reivindica el silencio, no el ruido, la parte negra de la ciberrevolución que domina este mundo.

A pesar del paso de las décadas, el papel del cantautor en esta sociedad sigue siendo el mismo desde su punto de vista: contar historias, transmitirlas, comunicar, compartir, hacer vibrar y sentir al que escucha.

"Soy un artista, un performer y un bailautor. Soy un intérprete de canciones, tengo un disco de versiones, en el que soy cantante y no cantautor. La mayoría de mi trayectoria compongo lo que canto en inglés y castellano y con diversos influencias, no solo de las trovas en castellano sino en el panorama del pop todo, y la música universal, me interesa todo".

Javier Álvarez camina hacia el horizonte, su último single se titula Mar, con ganas de compartir sus sueños con los demás y colaborar con otros artistas. "Una ilusión que tengo es que me gustaría muchísimo colaborar con Rosalía y el Niño de Elche. Me parecen unos cantautores excelentes. Es la música que me pone".