Su campo de trabajo es la novela negra, aunque ha sido ahora cuando se ha lanzado a su tierra natal y a una familia más que española para retratar una serie de desapariciones. Rosa Ribas (Barcelona, 1963) vuelve a la carga con 'Un asunto demasiado familiar', un libro en el que se reatrata a la familia Hernández, del popular barrio barcelonés de Sant Andreu, y que se dedican a la investigación privada. La desaparición de una de sus propias hijas y el caso de la hija de un famoso empresario pondrán sobre la mesa la trama y líos de esta familia, con la que Ribas seguirá escribiendo por lo menos otros dos libros más. "Para mí la base de una novela son sus personajes. Creas una familia y cuando llegas al final no puedes despedirte de ellos. Cambié mi planteamiento para hacer un saga, por lo menos un par de novelas más. Ni con otras sagas me lo había planteado, tienes estos personajes que están vivos y les queda mucho recorrido", explica la escritora, desde hace 28 años afincada en Frankfurt.

- ¿En todas las familias hay secretos?

- Sí, sino creo que sería imposible vivir. No podemos saberlo todo de todo el mundo.

- Para crear los personajes de esta novela, ¿te has basado en tu propia familia?

- Me he basado en familias en general, las constelaciones que se forman en las mismas. He tenido que crear una un tanto peculiar para que tuviera más secretos... una que contara con una serie de circunstancias más complejas porque necesitas que haya una tensión y unos conflictos que muevan toda la historia. Hay personajes como la madre, con problemas psicológicos y de alcoholismo y que es un poco el centro de la familia, es la musa y a la vez es el astro negro alrededor del que gira todo; los conflictos y rivalidades entre hermanos personales y profesionales; la figura paterna como el que intenta estabilizar esta estructura pero no deja de ser el jefe de sus propios hijos... es una familia peculiar pero todo el mundo puede reconocer algo de la suya propia.

- A la hora de hacer una novela, ¿hay que tirar de estereotipo?

- No, justamente hay que salir de esto. Te puede salir una novela pero no como yo la quiero. Puedes buscar escribir un libro donde el lector reconozca estereotipos o intentas crear personas. Para esto hay que salirse de los estereotipos. El padre en esta novela es un detective pero no tiene nada que ver con los típicos de ficción, tiene rasgos propios que le dan una personalidad propia. Me aburren las novelas de estereotipos.

"Me apetecía escribir sobre Barcelona porque era como volver, mientras escribes vives ahí", dice Ribas

- ¿Por qué ambientas esta novela en España?

- La respuesta me ha venido estos días hablando con periodistas porque no me lo había planteado. Al tener que hacer la reflexión me he dado cuenta que tras 28 años fuera, aunque esté muy a gusto en Alemania, a veces tengo momentos de añoranza. En este momento me apetecía escribir sobre Barcelona porque era como volver, mientras escribes vives ahí. Mentalmente caminas por las calles de Barcelona, estás viendo a la gente, las tiendas, ves otro ambiente. Fue la nostalgia la que me movió a esto y a escoger un barrio que tuviera unas características determinadas para moverme por él, por este pequeño universo. Para escribir una novela así hay que hacerlo sobre lugares que conoces.

- Tras hacer una saga, ¿te cansas de tus personajes?

- Esta es la parte delicada. Siempre pienso: "Si te cansas del personaje déjalo". En estas series que tienen mil entregas te das cuenta de cuándo se cansó el autor. El público pide más y notas que va con piloto automático. Si creas un personaje del que te enamoras sola no se merece eso, lo mismo que en una relación, ninguna se merece continuar por inercia. Cuando notas que ya empieza a ser una fórmula hay que cortar, por eso con Ana Martí dijimos que serían tres y, aunque la editorial pedía más, pensamos que la abandonábamos en un momento vivo. Si en algún momento los Hernández no tienen fuerza lo dejamos de mutuo acuerdo. Hay que dejarlo con elegancia, no por aburrimiento.

- ¿Te gustaría que alguna de tus novelas fuera una serie de televisión?

- Me encantaría verlo, participar pero sin meterme y ver cómo lo hacen. Como espectadora, ver cómo transforman uno de mis libros en una obra visual. No puedes dejar de fantasear (risas), en todas mis series de libros he tenido mis castings mentales, tengo mis actores. Me pasó con Cornelia, cuando empecé la serie había una actriz que era perfecta, ahora ya se ha hecho mayor, ya no puede serlo porque Cornelia siempre tendrá los mismos años (risas).

- ¿Escribir sirve para hechar mieles y hieles?

- Por supuesto, todo sale de ti, tanto lo bueno como lo malo. Cuando tocas determinados temas hablas de tu propia experiencia, solo puedes hacerlo así, hay momentos, que incluso conscientemente y a posteriori, ves que tienen que ver contigo y de qué manera la ficción te ha permitido darle forma a eso, lo has transformado para poder sacarlo. Esta parte es fundamental para que la novela tenga algo tuyo. No es intencionado pero no puede ser de otra manera, hay cosas que son demasiado dolorosas para que tomen forma directa.

- La hija de ellos desaparece, ¿crees que es fácil desaparecer porque uno quiere?

- Es más difícil de lo que uno piensa. Cuando te mueves, vayas a donde vayas, dejas huellas, dejas un rastro... alguien te ve, algo que haces... por eso al final casi siempre se encuentra a la gente que desaparece y por eso es tan desesperante cuando no se encuentra a alguien. ¿Cómo es posible que alguien se marche sin que ni siquiera los profesionales sean capaces de encontrarlo? Porque al final siempre dejamos marcas. El tema me parece muy interesante y doloroso, sobre todo cuando es una desaparición sin explicaciones. La incertidumbre puede que sea lo más doloroso, cuando alguien muere es un dolor intenso pero sabes que es el final, pero lo peor que te puede pasar es no saber si alguien está bien o mal, esa sensación de impotencia y la fantasía, que nos juega siempre malas pasadas.

Tema tabú

"A veces, una persona brillante e inteligente está unida a una visión muy negativa y oscura de la vida", señala

- ¿Alguna vez has querido desaparecer?

- Me fui a Alemania, no en plan aquí os quedáis, pero con la sensación de necesitar un cambio de vida y lo tiré todo por la borda y me marché. En teoría era para un año, ahora ya son 28, pero me marché también por esa necesidad de salir, de cambiar... nos pasa a todos muchas veces, en otros momentos es muy difícil borrar tu vida de un plumazo pero hay gente que lo hace. Yo tenía la necesidad de respirar otros aires y me quedé haciéndolo (risas).

- ¿Por qué decides meter la enfermedad mental en la historia?

- La enfermedad mental es un tema tabú y el personaje de la madre sirve para mostrar que, a veces, una persona brillante e inteligente está unida a una visión muy negativa y oscura de la vida que ya venía de cierto desequilibrio y ahora hace que sea la mejor detective porque siempre piensa mal, ve lo peor de la gente. Ella no da ningún voto de confianza y encuentra lo peor y le da a sus hijos muchas pistas de lo que hacen, es como un oráculo. Los demás, aunque sean detectives, siguen pensando que hay algo bueno en las personas. Ella no.

- ¿Estas enfermedades son tabú porque nos cuesta entenderlas?

- Nos cuesta entenderlas. Una persona que tiene una enfermedad mental se comporta de una manera que no sabemos controlar y, por otro lado, por motivos sociales se ha considerado vergonzoso. Como si el que lo sufre fuera una persona defectuosa... es algo que siempre hemos estigmatizado porque nos provoca miedo y no lo entendemos ni sabemos qué pasa en estas cabezas. Seguimos teniendo este miedo a la enfermedad y a decir en público que alguien padece una mental, como que esté mal visto ir al psicólogo.

- Define el libro en tres palabras.

- Novela familiar negra.