Tras varios meses de espera, los fans de Amaral están de enhorabuena, el pasado día 6 salió a la venta su nuevo disco, Salto al color, solo un día antes de que lo presentaran en el festival Dcode de Madrid. Unos días después del lanzamiento de su octavo trabajo de estudio, hablamos con Juan Aguirre, el 50% del dúo junto a Eva Amaral.

¿Cómo son las horas previas al lanzamiento de un disco por el que hay tanta expectación?

Lo cierto es que se une el lanzamiento del disco con el principio de la gira y como desde que terminamos el disco no hemos parado, la verdad es que ha llegado la fecha de salida sin darnos cuenta.

En las redes se les ha visto firmando discos de preventa.

Somos afortunados porque hay un montón de gente que está pendiente de lo que se nos ocurre disco a disco. Para nosotros la evolución y el cambio es diario pero la manera en la que el mundo lo ve es disco a disco.

Después de Nocturnal había que de dar el Salto al color.

El título se puede tomar de forma literal, pero yo no lo haría así. El término salto implica movimiento y yo no me imagino la música sin viaje, sin evolución y sin cambio; y el color yo lo entendería como variedad, diversidad, variación y pluralidad. Entonces el salto al color para mí implica apertura a mundos nuevos.

Es un disco muy luminoso y más positivo que el anterior.

En Salto al color hay muchas canciones que son de defensa y afirmación de la propia identidad en un mundo que a veces es desconcertante, porque como género humano nos enfrentamos a retos que tienen que ver con el cuidado del planeta que vamos a dejar a nuestros hijos.

En ese sentido de viaje hay nuevos sonidos como el dancehall, la electrónica... ¿Es la música que escuchan Juan y Eva?

Escuchamos mucho tipo de música y también tradicional, que se funde con sonidos nuevos. Creo que la revolución digital lo que ha traído es que las fronteras entre los géneros son más difusas. Estamos interesados en músicas que vienen de muchas partes de mundo, que hemos descubierto en viajes y en la red.

Sorprende que es muy bailable.

Se ha pensado que la música de baile era algo frívolo pero nosotros no lo vemos así, las canciones del disco las puedes escuchar con la luz apagada a todo volumen en tu casa, y te llegará la parte más de melodías, ambiente y textos, pero eso flota sobre unas bases que depende del volumen al que las pongas te pueden hacer moverte. En los ensayos para el Dcode era imposible estarse quieto, quizá porque buscábamos mezclar la parte más espiritual de la música con la parte más física.

El disco se abre con Ondas do mar de Vigo, que no tiene nada que ver con el resto del disco. ¿Qué tiene Galicia para que tenga una canción en cada disco?

Tenemos muchos amigos que son de allí. Galicia y Aragón tienen cosas en común, son territorios que han tenido mucha emigración y es fácil encontrar muchos maños en muchas partes del mundo y con los gallegos pasa lo mismo. Nosotros hemos crecido en una ciudad interior que forma parte de nuestro ADN, de nuestros recuerdos. Del mar tenemos una visión idealizada más que como masa de agua. Ondas do mar nos la descubrió Carlos Núñez, que nos propuso tocarla hace tiempo pero no pudimos y de pronto a Eva se le ocurrió podía ser la introducción para Mares igual que tú.

La búsqueda de identidad personal, de felicidad es permanente en el disco.

Sí; el tema de quienes somos en un mundo cambiante, raro y desconcertante planea a lo largo de todo el disco. Las canciones han sido compuestas a lo largo de toda la gira anterior pero la más antigua es Juguetes rotos, que teníamos compuesta desde hace tiempo pero que no habíamos sido capaces de terminar la letra.

El feminismo también aparece en canciones como Soledad o Bien alta la mirada.

No es la primera vez que surgen canciones que tienen un trasfondo feminista. En Estrella de mar aparecía Salir Corriendo antes de que la ley de violencia de género existiera. Nosotros cuando empezamos a tocar éramos un chico y una chica y los dos hacíamos absolutamente todo. El problema surgió cuando el proyecto creció y a la gente le parecía chocante. Quizá nos adelantamos un poco a los tiempos actuales.

Alguna de sus canciones han levantado ampollas, como Ratonera o Sin ti no soy nada. ¿Han sufrido presiones o cancelaciones?

Está bien que se originen debates. Para la ficción es necesaria una libertad creativa total. Nosotros no hemos sufrido nunca este tipo de cosas ni nos hemos autolimitado. Pero sí que somos conscientes de que hay temas que hay que defender, como la libertad de cualquier creador.

Sale el disco y a continuación actuaron en Madrid.

El Dcode es un festival y no podemos tocar dos y media como en un concierto, pero sí vamos a tocar unas siete u ocho canciones nuevas.

Y el 11 de octubre, en la plaza del Pilar (Zaragoza).

Cualquier concierto en Zaragoza se convierte en un motivo de nerviosismo la noche anterior porque es un sitio que conoces muy bien y que te conoce. Me estoy imaginando el ritual de llegar y probar el sonido... porque somos enfermizos de que suene bien.

Antes, estarán de promoción y firmas de ejemplares de Salto al color.

Cuando empezamos nos parecían algo que no tenía que ver con las actuaciones en directo, pero es increíble comprobar que formamos parte de la banda sonora de mucha gente. Nos sentimos un poco parecidos porque antes de ser músicos Eva y yo hemos sido y somos muy fans de muchos artistas de todas las épocas.