Alegre, participativo, tranquilo y divertido son algunos de los calificativos que utiliza Javier Jiménez, director del Festival Boreal, para definir al público que acostumbra a asistir a este ecofestival que comienza hoy, a las 18:00 horas, con la inauguración de la exposición This is not a Zoo, en el antiguo convento de San Sebastián (sala Pérez Henríquez) de Los Silos.

Este evento, que se prolongará hasta el próximo domingo en la citada villa tinerfeña, cumple ya doce años, aniversario en el que se introducen otros estilos musicales, además de los de raíz, como la fusión o el fado, entre otras tendencias que enriquecen este ecofestival que propone una veintena de conciertos con artistas procedentes de una quincena de países, entre ellos algunos tan lejanos como Nueva Zelanda (Nadia Reid) y Corea del Sur (The Tune y Dulda), que actuarán en los tres escenarios existentes.

También se han organizado diferentes actividades paralelas, como conferencias, proyecciones, exposiciones y talleres, entre otras iniciativas cuyo tronco común es el respeto al medio ambiente y el desarrollo de una sociedad sostenible. El acceso a todo el programa es gratuita.

¿Cómo define la presente edición de Boreal?

Probablemente como la más transgresora de cuantas se han celebrado hasta el momento, sobre todo en el ámbito de la programación artística, tanto musical como en las artes plásticas o artes urbanas.

¿Qué aspectos concretos son los que transgrede?

Por un lado, una selección musical que es más innovadora y avanzada que la que veníamos programando hasta ahora. Hay propuestas de corte electrónico, de fusión e incluso indies, pero sin perder la carta de naturaleza de Boreal, la denominada música de raíz o del mundo, de Senegal, tradicional surcoreana..., aunque este año es de descubrir nuevas sonoridades. Nosotros no jugamos a la liga de los grandes nombres, ya existen otras propuestas maravillosas en ese sentido.

Luego está la parte plástica, la colectiva This in not a Zoo que convierte esta edición de Boreal en la capital del arte urbano, porque ha invitado a setenta artistas de cincuenta nacionalidades para que participen con una obra exclusiva para el festival.

Luego ¿estas son las principales novedades de este año?

Si, seguimos afianzándonos en ser un ecofestival de referencia. Boreal nació como tal y la parte de la sostenibilidad medioambiental atraviesa de forma transversal todo lo que se hace, tanto en los conciertos, las exposiciones, los talleres educativos, las proyecciones o las conferencias. Todo gira en torno al medio ambiente y su preservación, además de un plan de gestión medioambiental con 25 medidas con libre acceso en la web del festival.

¿Cuáles son las principales características que diferencian a Boreal de otros festivales?

Hemos querido hacer un festival participativo, en el que además de disfrutar de una oferta cultural y de ocio, el público pueda formarse y concienciarse de una serie de valores, como preservar el medio ambiente, la igualdad de géneros y la diversidad sexual. También Boreal es un festival para todos los bolsillos porque es de entrada gratuita; además de accesible en materia de diversidad funcional, por eso hemos colocado una serie de rampas en algunos espacios para que este público también pueda disfrutar del festival. Asimismo, es un festival alegre donde la bonhomía predomina entre los más de veinte mil asistentes, porque no hay incidentes; además de poder descubrir talentos desconocidos aquí. Tampoco es un festival al uso, porque es multidisciplinar, en el que la ética y la estética se unen de forma divertida y digerible.

¿La entrada es gratuita, cómo se cubre el presupuesto y a cuánto asciende?

Para darle una cifra cerrada hay que esperar a que se clausure, porque entran los consumos de las barras. Los gastos ascienden a cerca de 180.000 euros, pero es importante las sinergías del sector público y el privado, porque el festival dinamiza la economía de la localidad durante esos días. Colabora el Ayuntamiento de Los Silos y ha sido capital la participación del Cabildo de Tenerife.

Parece que se han puesto de moda los vasos ecológicos, pero ¿de verdad colabora el público?

Son modas que no vienen mal. Boreal es pionero en todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad del medio ambiente, no solamente en Canarias sino a nivel estatal en imbricar la cultura en sus múltiples manifestaciones con la educación y la sensibilización ambiental desde hace doce años.

¿Cómo definiría al público de Boreal?

El público de Boreal es el público deseado. Es un público tranquilo, divertido, participativo, intrigado por querer descubrir e intervenir en las diferentes iniciativas que se organizan. Es un público inquieto, activo. Habrá excepciones como en todos los lados, pero en general es un público deseado, crea cero problemas y a eso ayuda el festival porque invita a la bonhomia.

¿Qué idiomas habla Boreal?

Habla el idioma de todos y de todas, el universal. El idioma de Boreal es el que el público quiere que hable Boreal. Es un festival participativo que no tiene exclusivamente una sola voz, sino la de todos los que participan en él y lo hacen posible, el público. Aparentemente son tópicos pero en Boreal la participación es real, en la propia concepción de las actividades, en la demanda de las mismas. Es un festival que no trae a nombres próximos o conocidos y sin embargo asisten más de 20.000 personas a una localidad muy alejada del área metropolitana. Estamos hablando de descentralizar la cultura, pero no hacia el sur de Tenerife, donde hay un gran músculo económico, sino hacia una zona más deprimida en materia económica como puede ser la Isla Baja.

¿Cuáles son los criterios que determinan la elección de los grupos?

Hacer un festival que pueda gustar a todos y que tenga un cierto grado de excelencia. Nosotros tratamos de descubrir propuestas y talentos que son excelentes, pero que pasan desapercibidos muchas veces.

Normalmente seleccionan grupos o artistas de otras latitudes, ¿a quiénes destacaría este año?

Hay dos nombres que destacan de forma especial, como son el senegalés Cheikh Lô y el francés Dominique A, uno de los grandes cantantes y compositores de las últimas décadas que sigue la estela de la Chanson, o el ecuatoriano Mateo Kingman, genio de la electroacústica. La neozelandesa Nadia Reid, una de las gran cantautores indi de folk contemporáneo, o el mundo del fado portugués representado por Sara Correia, una de las grandes de la música urbana. Es la primera vez que tenemos un concierto de fado en Boreal. En Canarias hemos querido apostar por propuestas emergentes y también consolidadas, como la banda tinerfeña Las Ratas, la grancanaria Arico, y otras tres nuevas como Mar'a, Catacumbia e Imazighem.

¿A quién le gustaría traer que no haya podido hasta ahora?

A José González, un sueco de origen argentino. Es un artista que responde a lo que es Boreal y el público que asiste a Boreal.

¿El que no pueda asistir a Boreal tiene la posibilidad de poder seguirlo en streaming por las redes sociales?

No jugamos con vídeos streaming, pero hasta ahora si estamos subiendo de manera constante bloques de fotografías en tiempo real. El Boreal tiene un seguimiento en imágenes en tiempo real durante su celebración.

¿Les gustaría editar un disco o vídeo de las principales actuaciones de Boreal, porque qué es lo que queda del festival una vez acabe?

Uno de los fuertes del festival es la comunicación en redes, porque en medios convencionales (prensa, radio y televisión) es difícil que se prolongue más allá de los días del festival, aunque en las redes somos muy constantes durante todo el año. Queda lo que vivió el público, los comentarios y lo que hayamos podido difundir a lo largo de las jornadas. Lo que sí vamos a hacer es un vídeo resumen (after moving) del festival y un catálogo en papel reciclado de todas las obras que se exhibirán en la exposición This is not a Zoo. Esta muestra nace con idea de continuidad y tenemos la intención de que sea itinerante, que recorra espacios de todas las islas que ya anunciaremos.