'It: Capítulo 2'

Dirección: : Andy Muschietti

Intérpretes: James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Skarsgård

La película It: Capítulo 2 hereda algún acierto de su predecesora. Sin embargo, arrastra suficientes fallos de importancia que me impiden ser benévolo con ella. Resulta visualmente atrayente y recupera la correcta ambientación del estreno de 2017, así como su capacidad para crear atmósferas inquietantes. Cabe reconocer que la citada versión anterior de It dejó cierto buen sabor de boca que continúa percibiéndose en esta nueva entrega. Andy Muschietti, responsable de ambos títulos, sabe jugar con las reglas del género de terror y, como quiera que la mayor parte de los espectadores que acuden a ver este tipo de cintas desean que se juegue con ellos, es más que probable que se produzca esa conexión subjetiva y mágica termina por generar entretenimiento. No obstante, las casi tres horas de duración empleadas en contar esta historia se antojan del todo innecesarias. Sin duda sobra metraje y falta agudeza narrativa. En muchos momentos la cámara se mueve de forma frenética, incluso alocada, y provoca más desconcierto que intriga. Las pinceladas de humor tampoco combinan con la trama pero, por encima de cualquier otra consideración, es imposible obviar ese tufillo a proyecto producido a la fuerza por el éxito de taquilla del precedente y que pretende a toda costa repetirlo para perpetuar la enésima saga que no debería ser tal.

Es innegable que el hecho de adentrarse en el terror acarrea lidiar con gustos proclives al exceso, de modo que no descarto que los aficionados califiquen de virtudes lo que yo catalogo como defectos. Debe ser que, o nunca he sido demasiado fan de esta modalidad cinematográfica, o que la edad me ha hecho menos condescendiente con la licencia de determinados cineastas a la hora de transmitir sustos y temores a quienes pasan por taquilla. Para ser sincero, tan sólo he detectado una abundancia extrema de sangre, de sonidos estridentes y de elementos grotescos, a la par que una escasa presencia de personajes interesantes y de trama realmente sólida. Aun así, la estética ochentera, unida al deseo de dejarse llevar por las emociones, invitan a meterse de lleno en un producto tan costoso como rocambolesco, una especie de gran montaña rusa sobre la que es imposible no experimentar cierta dosis de agradable inquietud.

Han pasado casi treinta años desde que sucedieran los acontecimientos narrados en It, cuando los miembros de El Club de Perdedores formado por Bill, Beverly, Richie, Ben, Eddie, Mike y Stanley se enfrentaran al macabro Pennywise y abandonaran aquel lugar que tanto les marcó. Sin embargo, llegados ya a la edad adulta, parece que no pueden escapar de su antigua vida. Una época distinta en la que lucharán otra vez contra el temible payaso con el fin de descubrir si están preparados para superar sus traumas de la infancia definitivamente.

Con sinceridad, para mí lo más aterrador es la posibilidad de que los productores se planteen el rodaje de It: Capítulo 3. Admito que esta segunda parte no falla en lo que a producción, efectos especiales y aspectos técnicos se refiere. Reconozco, asimismo, el aceptable nivel de calidad de algunas de sus escenas. Sin embargo, debo calificarla como una obra sin alma, casi sin autoría, otra vuelta de tuerca de una industria empeñada en morir de éxito.

Sí celebro la inclusión en el reparto de dos actores que me agradan de un modo especial: James McAvoy y Jessica Chastain. Él me cautivó en Expiación: Más allá de la pasión y me entretuvo con sus interpretaciones de Charles Xavier en la saga de X-Men. Ella me apabulló en La noche más oscura (¿en serio no le entregaron el Oscar ese año?) y me gustó mucho en Interstellar y El año más violento. Se trata de dos profesionales solventes que engrandecen cualquier elenco. Les acompaña Bill Hader (Y, de repente, tú), Isaiah Mustafa (Cómo acabar con tu jefe), James Ransone (Sinister) y Bill Skarsgård, que repite en el papel de Pennywise.

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