La cantante Ainhoa Arteta representa actualmente la ópera Madame Butterfly en el Kursaal de San Sebastián, tiene una apretada agenda artística y prepara su próximo regreso a la televisión. Su debut operístico tuvo lugar en 1990 en Estados Unidos y a partir de ese año su carrera se ha desarrollado internacionalmente, destacando sus actuaciones en teatros como Metropolitan de Nueva York, Arena de Verona, Covent Garden de Londres, Bayerische Staatsoper de Múnich, Opera de Ámsterdam, Ópera de Bonn, Teatro Bellas Artes de México, San Carlo de Nápoles, Washington Opera o San Francisco Opera.

¿La ópera atraviesa un buen momento o está abocada a cambiar?

La ópera jamás se va a perder porque estamos interpretando a maravillosos compositores que requieren de una técnica y saber hacer en el escenario. Si se respeta lo que escriben los compositores la ópera siempre estará en auge, ya que es algo exquisito. Es verdad que sufre un cambio ahora mismo que tiene mucho que ver con los medios de comunicación actuales.

¿La situación actual de la ópera cree que es provocada por internet y las redes sociales?

La gente quiere acceder a la ópera a través de internet, parece que se ha salido de su entorno para abrirse más, pero no por ello hay más calidad. Es una de las cosas que a mí me preocupa. Se ha abierto a un público, incluso que no estaba abierto a la ópera

¿Le parece que la ópera se ha democratizado como arte con gente y obras nuevas?

Veo y oigo a gente demasiado joven haciendo burradas vocalmente y técnicamente. Como si fuera un negocio de usar y tirar, no les importa tanto la trayectoria del cantante como la época que yo he vivido con artistas como Montserrat Caballé, Plácido Domingo o Joan Sutherland, grandes artistas hasta los sesenta años. Ahora a un cantante con cuarenta o cuarenta y cinco le dicen que está en el cementerio de los elefantes y no es así. En la ópera, si se hace como es debido, es precisamente a esa edad cuando un artista está en pleno apogeo y puede interpretar los roles importantes.

¿Entonces es el negocio lo que cambia?

Hay agentes a los que no les importa romper a un cantante. Siempre digo que la ópera es coser a mano, si empiezas a coser a máquina ya no es igual. Las obras que han hecho los compositores no estaban hechas con la tecnología electrónica, si las hubieran pensado para la electrónica serían probablemente distintas. Estas obras están hechas segundo a segundo, compás por compás, con un ritmo de vida diferente, no estaban contaminados con los medios que tenemos ahora y podían tomarse todo el tiempo para concentrarse. Por eso son obras que cuando las tienes delante siempre descubres algo nuevo.

En la música pop salen nuevos valores cada día, pero no sucede lo mismo con los nuevos valores de ópera moderna.

Hay nuevos cantantes y valores, pero los que son tradicionales y de peso son fuertes y sublimes. Llevo 30 años de carrera y todavía estoy descubriendo cosas en las partituras que leo y las llevo leyendo toda mi vida. Hay teatros como el Teatro Real o el Liceo que van arriesgando y poniendo esos títulos, a riesgo de saber que el público puede que no lo entienda también. Sin embargo, hay que arriesgar, las obras maestras también han sufrido fracasos, Madame Butterfly fracasó al estrenarse y luego se volvió a hacer. Siempre veo a los artistas como algo elevado.

Habla de los artistas como si usted no lo fuera. ¿Se considera artista, cantante o intérprete?

Me considero intérprete, no soy artista, interpreto lo que han hecho los grandes autores. Todos los grandes artistas, diseñadores, pintores, escultores... hacen obras faraónicas que el pueblo a veces no entiende.

¿Cómo se cuida una voz como la suya?

Me considero una deportista de la voz. Obviamente uno tiene que estar sano y bien y con una rutina establecida. Aunque también es sano irse de juerga y también nos gusta a los cantantes. En nuestro caso la diferencia con un músico es que llevamos el instrumento puesto, diría lo mismo de los bailarines, ya que también su instrumento es su propio cuerpo, el nuestro es la voz.

¿Renovará con el programa Prodigios, de La 1, hará cine u otra cosa en televisión?

Ahora no tengo mucho tiempo. En el cine puse voz a una película y me hizo mucha ilusión. En televisión colaboraré siempre que sea algo que pueda aportar en positivo, de lo que yo sé.

¿Le cantaría a Pedro Sánchez como hizo con el presidente Bill Clinton?

¿Por qué no?, claro que sí. Le cantaría a todo aquel que quisiera escucharme. Considero que la música y sobre todo el canto tiene un poder enorme, la voz es el único instrumento vivo que existe. Para cantar necesitamos todo el cuerpo, para la gente que se aficiona al canto en directo siente sensaciones muy fuertes y eso tiene derecho a vivirlo todo el mundo.

¿Cómo lleva la fama?

Bien, siento un inmenso respeto de la gente hacia mi persona. Se acercan con mucha amabilidad, respeto y cariño, eso es imposible de llevar mal.