Tan pronto comienza a hablar dice que en compañía del director Theo Court trabajó de forma intensa con un fondo de archivos fotográficos en los que se reproducían las cacerías de los indígenas selk'nam, "pero en lugar de plantearnos qué plasmaban esas imágenes, nos inclinamos por preguntarnos quién era la persona que estaba detrás del objetivo". La reflexión se hace más que evidente: "Ninguna imagen es inocente".

Es más, se tomaban con fines propagandísticos y se publicaban en periódicos, acompañadas de titulares como "Trabajadores de las explotaciones se defienden ante los indígenas", tal y como relata el cineasta Samuel M. Delgado (Santa Cruz de Tenerife, 1987), Licenciado en Comunicación Audiovisual, ofició como coguionista de la película Blanco en blanco y también lo fue del largometraje de ficción Slimane, dirigido por José Alayón y producido por El Viaje Films, acreedor de diferentes premios. Fue director y guionista del corto Malpaís, como también de Sin Dios ni Santa María, junto a Helena Girón. Trabaja como codirector y coguionista del largo documental Gente de Sal, así como La Mar de los Hombres, dirigido por Manuel Muñoz.

En su opinión, frente a los renglones de la historia oficial, asimilada y que nadie cuestiona en casos como el del genocidio de estos indígenas, existe "el contrapunto y la resistencia de aquella otra historia paralela", la que surge de un proceso de revisión.

Pero más allá de lo que representa la disidencia ante el relato dominante, este profesional destaca de la cinta de Court, seleccionada para el Festival de Venecia, que se trata, sobre todo, de "una película con factura de época", en la que subyace "la idea de trabajar en un universo pasado que nos permite hablar sobre el presente y reflexionar sobre todo aquello que está sucediendo".

Las relaciones de poder, la firme estructura de una comunidad jerarquizada, están también presentes en la cinta "y se describen de manera prolija", recalca el guionista tinerfeño. A propósito explica que se describe hasta el más mínimo detalle "cómo es la estancia en la que habita el propietario, de la misma manera que el despacho que ocupa el capataz o también la cabaña en la que vive el fotógrafo", que proyectan esos elementos que caracterizan a las sociedades de control.

Como principio, afirma que el guion no debe entenderse como algo cerrado, "sino como una herramienta a modificar a lo largo del rodaje" y en este sentido describe "un proceso que está vivo, que tan pronto se aleja como se aproxima", para concluir asegurando que la experiencia le dice que, en estos casos, "la vida siempre se cuela".

La buena orientación del rodaje en tierras australes, por momentos en condiciones extremas, como también en las localizaciones de Tenerife, estuvo encuadrada, fundamentalmente, "porque el equipo fue un grupo de amigos con puntos de vista comunes".

Y considera que es imposible sustraerse física, pero también emocionalmente, al paisaje de Tierra del Fuego y, por tanto, cree que debe entenderse y mirarse como un protagonista más de la historia, con voz propia. "El paisaje también habla", subraya Delgado, "y lo hace desde las llanuras extensas, los mares infinitos, los lienzos en blanco...".

A propósito, refiere cómo en las memorias de los trabajadores de las explotaciones ganaderas que aún se conservan "siempre se repiten las alusiones a la dureza del territorio y lo hacen, además, como una experiencia más de sus relaciones cotidianas".

En este universo, los silencios también encierran su significación. "Lo que no se dice cuenta más que lo que se dice", subraya Delgado. "Jamás verbalizamos un conflicto personal", situación que desemboca en una tensión latente.

Ficha técnica

  • Título: Blanco en blanco (Chile-España-Alemania-Francia, 2019).
  • Género: Largo de ficción.
  • Metraje: 100'
  • Director: Theo Court
  • Actores: Alfredo Castro, Lars Rudolph, Lola Rubio, Alejandro Goic, David Pantaleón, Esther Vega Pérez
  • Productores: José Alayón, Marina Slberdi, Giancarlo Nasi
  • Casas productoras: El Viaje Films (España), Quijote Films (Chile), Kundschafter Filmproduktion (Alemania), La Pomme Hurlante (Francia)
  • Selección: Festival de Venecia
  • Sección: Horizontes
  • Proyección: 3 de septiembre

El genocidio selk'nam

El pueblo selk'nam es originario de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Eran llamados onas por otros pueblos originarios de la isla, que significa Hombres de a pie o Gente del Norte en lengua yamana.

En 1520, la expedición de Hernando de Magallanes costeó la isla antes de penetrar por el estrecho que conecta el Atlántico con el Pacífico. Allí divisaron las fogatas que realizaban los selk'nam por lo que denominaron a la isla Tierra del Fuego.

Las primeras masacres contra los selk'nam las llevaron a cabo las expediciones mineras, que llegaron cuando en 1879 se descubrieron yacimientos auríferos. Es emblemático el caso del minero rumano Julius Popper, que en la década de 1880 protagonizó varios enfrentamientos con los selk'nam a los que persiguió para matarlos y robarles sus pertenencias con las que formaba colecciones. La perversidad de Popper llegó hasta el punto de realizar un álbum fotográfico en donde se retrata la secuencia completa de una masacre. Contemporánea a Popper se produjo una expedición a cargo del oficial argentino Ramón Lista en 1886, que llevaría a cabo la primera masacre documentada. Hacia 1894 todos los lugares ocupados por los selk'nam estaban en manos de estancieros. Dada la disminución de guanaco comenzaron a cazar guanaco blanco (ovejas) lo que agudizó los enfrentamientos.

A la sociedad Braun-Menéndez se le atribuye el título de "autores intelectuales" del genocidio. Fijaron un precio por indígena muerto. Pagaban una libra esterlina por cada oreja de adulto y media las de niños, pero al ver vagando indígenas sin orejas comenzaron a cotizar cabezas, testículos y corazones.

El paso final consistió en la reclusión de los selk'nam sobrevivientes en colonias o en las Misiones Salesianas. Allí sucumbieron en gran cantidad debido a la viruela, la tuberculosis y otras enfermedades de origen europeo para las que no contaban con defensas. En la actualidad muchas personas que se reconocen como selk'nam se han organizado en asociaciones para reclamar por sus territorios y derechos usurpados.