Sandra Delaporte y Sergio Salvi crecieron escuchando jazz, soul, música negra y clásica, una amalgama de estilos que fusionaron en la electrónica de Delaporte. A su reciente paso por el festival Sonidos Líquidos de Lanzarote se suma el concierto que ofreció ayer en el grancanario The Paper Club. Sandra ríe y habla a borbotones, quiere actuar ya, y las energías le durarán hasta esta misma noche, donde los esperan en el Phe Festival del Puerto de la Cruz.

Toca ruta canaria, ayer el Paper Club y hoy el Phe Festival, ¿preparada para lo que viene?

Sí, siempre que voy a Canarias tengo más ganas de lo normal. Primero, son unas islas estupendas y tengo a mi familia allí viviendo y, segundo, la gente cuando nos va a ver lo pasa increíble y hay una energía de otro mundo. Con la gente es amor puro. Nos hace un montón de ilusión.

Ahora no estamos pasando por una buena situación...

Sí, sé que en Gran Canaria han perdido todo el pinar, está siendo una cosa desastrosa y una experiencia e infierno terribles. Me da muchísima pena, de hecho no sé si habría que hacer algún luto porque no dan como ganas de fiesta. Habrá que seguir, desear que llueva, y cuanto antes para que no coma terreno a la naturaleza, a las casas y a la gente, que ya lleva bastante. Es terrible.

Sus espectáculos se adaptan a la energía del público. ¿Cómo lo harán?

Generalmente en los conciertos hablo de tú a tú con la gente. Al principio hablaré con ellos y a ver esto está como está, no hay ninguna gana de ponerse a pegar saltos cuando se está quemando tu casa o tu bosque, que lo has visto desde que eres niño. De hecho, yo he ido a toda esa zona a caminar, y sé que es una pérdida para la humanidad terrible. Pero o intentas salir un poco y quitarte por un momento eso de la cabeza para coger fuerzas o te terminas hundiendo. Intentaré hablar e intentar transmitirles la energía posible para que asuman lo que viene con más fuerzas aún.

¿Qué les convenció para asumir el riesgo de cantar electrónica en español?

Al principio empecé en inglés, pero luego empecé a atreverme un poco con el castellano y vi que todo era más honesto, más real, era más yo, funcionaba mejor y dijimos pues a por el castellano para siempre. No quita que no volvamos a hacer algo en inglés, alguna colaboración. Mi idioma transmitirá más que una lengua secundaria para mí, porque tampoco soy bilingüe 100%. Simplemente por ser más honesta y llegar de una manera más directa.

¿Fueron receptivos en Estados Unidos?

Es como uf, a ver qué es esto. Pero una vez se ponen y escuchan y están ahí en el concierto, disfrutan igual. Tampoco son letras sesudas, de Cervantes, son cosas que más o menos se quedan. Piensa que entre el mundo latino y anglosajón está habiendo más fusión y mezcla. Allí cuesta un poquito, pero luego les vas enganchando y disfrutan igual.

Tienen que estar a punto en todo momento, ¿no?

Sí, se van generando modas. Daft Punk creó una tendencia en su día, y a raíz de ellos surgieron sonidos y proyectos puro Daft Punk, al igual que ahora Diplo saca un tipo de Major Lazer, o un productor que saca algo y el resto se van sumando al carro y se crea una tendencia masiva. Por ejemplo, ahora con Rosalía se intentan meter unas claps ahí rarunas, un poco flamencas, extrañas; o Billie Eilish, que lo está petando ahora, pues las produccciones de pronto las voces dejan de tener reverb y todo suena superseco. Se intenta imitar aquello que funciona generando como una bola de nieve de tendencias y sonidos en los que hay que estar un poco también.

¿Pueden escapar de esa bola?

Nos gusta escapar y estar a la vez. En ese sentido, nuestro objetivo siempre ha sido tener un sonido propio y que vayas por la vida y escuches Delaporte por ahí y sepas que somos nosotros; pero siempre dentro del mundo en el que vives y el momento en el que estás. Es lo que también enriquece y te hace entrar. Me refiero, de repente, tienes un sonido superdiferente y superraruno y no eres nadie, nadie te conoce... En España, por lo menos, va a costar más. Así que tiene que ser un poco 50/50, igual en nuestro caso intentamos salir de la bola de nieve estando en ella.

Pasan de sonidos más eclécticos y naturales a una noche de baile en una discoteca.

La sonoridad depende de lo que nos vaya inspirando. Tuve una racha de escuchar muchísima música tradicional africana, o electrónica africana, brasileña, todos esos ritmos se te quedan a fuego en la cabeza y luego los quieres representar a tu modo. No creo que haya sido a propósito, escuchar tanta percusión, jazz, soul, tradicional, te hace sin querer coger ese mood e intentar pasarlo a tu sonido.

Decía en una entrevista que no le gusta escuchar discos...

No, es que me aburro.

Pero ha hecho uno.

Sí, sí, yo sé que he hecho uno. Si es conceptual, que me cuenta una historia de principio a fin y me lo tengo que escuchar entero para entender el mensaje, ahí sí, a lo mejor sí que hago el esfuerzo. Y sí que escucho discos enteros de cierta gente, pero me suele ocurrir a menudo que a lo mejor me gustan dos canciones y las demás me aburren mucho. Es una cosa bastante recurrente. O a lo mejor me decepciona, no sé.

Es de pasiones.

Sí. Sergi tiene más semblante, es más tranquilo, se escucha todos los discos. A lo mejor se escucha el disco de ese grupo y me dice que no lo continúe o me dice que tiene otro temazo en el número ocho. Pero sí, yo soy bastante pasional con todo, impulsiva, y él pues más tranquilo.

Su último disco, De la noche, habla del amor y de cómo evoluciona. ¿Hay una nueva forma de expresarlo?

El amor es un tema universal. Te confieso que es muy fácil hablar de amor y, por otro lado, muy difícil porque tienes que poner a descubierto todo lo que tienes en la cabeza, y no solo eso, sino tenerlo claro, que eso es bastante complicado. Muchas veces hablo de cosas que pasaron hace años y que hoy veo con claridad. Te deja una persona y con el tiempo terminas de dejar todo ese dolor aparte y verlo de manera fría y clara. Mucha gente habla del amor y lo explora porque es algo que nos afecta un montón. La metáfora que intento comunicar: el amor es algo que nos ocurre a todos y nos pasa exactamente lo mismo, pasamos por los mismos episodios y lo importante es que no es tan relevante lo que te pase a ti en tanto que le pasa a todo el mundo. No hay que hacer un dramón de algo tan común y tan bonito, que se puede llevar bien o mal, tú lo decides. Nos pasa lo mismo desde hace siglos y siglos y hay que verlo como algo valioso, pero también como algo común.

¿Es un modo de distracción?

Es interesante. Intento no hablar desde el tú: la sociedad tiene que hacer esto; sino desde el yo, porque me parece muy arriesgado echar en cara a las personas responsabilidades y culpabilidades que no podría saber jamás hasta qué punto se tienen. Entonces, hablar de denuncia me ha dado mucho reparo porque en mi vida no voy a saber tanto como para reprochar nada a nadie, desde una letra. La canción Un jardín habla desde el crecimiento del yo a partir de unas personas o una sociedad que te oprime. Al final voy a hablar de ese dolor, pero la culpa porque la sociedad me trata de equis de manera, o a las mujeres, eso lo tienes que sacar tú y ver qué significa, nunca un que la sociedad tiene la culpa de o la ultraderecha. Somos humanos y quiero hablar desde la máxima honestidad.

Que cada uno interprete.

Claro. A mí me gusta hacer letras sobre mi crecimiento, dolor, y que la gente se sienta identificada y se den cuenta que todas las personas tienen algo precioso y bonito dentro para ofrecer al mundo a raíz de lo que yo les he ofrecido. Siempre voy a intentar trabajarlo así.

¿Hay proyectos en mente?

Hay muchas cosas. Ahora acabamos la gira y nos vamos a componer a la montaña el próximo disco. Vamos allí para que no nos estén fastidiando con compromisos y móviles. Sacaremos cosas nuevitas, que no se pueden avanzar. En octubre tenemos vacaciones y luego a la carga otra vez.

¿Se olvidarán de las redes?

Pues no sé qué voy a hacer. En octubre igual tendré que mandar a alguien a que lleve mis redes, voy a estar desconectada de verdad. Forman parte del trabajo. Es la manera más fácil de comunicarte, que conozcan cómo eres y tener un feedback. Tendré que tener vacaciones de eso, porque, quieras o no, quita un montón de espacio mental y a veces es un poco cansado.