El poeta Rafael José Díaz (Tenerife, 1971) está de gira por Bogotá, donde participa en varios encuentros literarios organizados por el Taller Blanco Ediciones, que acaba de publicar una antología de su obra poética con el título Umbrales donde apenas llega la luz.

Este escritor, que también participó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 2014, además de en una serie de actividades en la Fundación Pablo Neruda de Santiago de Chile y en la Feria del Libro de Caracas, permanecerá en la capital colombiana hasta el próximo 30 de agosto, periodo en el que ofrecerá una serie de recitales y coloquios con otros autores, como la poeta Camila Charry o el escritor Néstor Mendoza.

Díaz, que comenzó a publicar poemas en 1990, ha visto editados siete poemarios desde 2003 hasta 2015, además de su primera antología, un diario, con dos títulos, una novela, dos libros de relatos, dos de prosas misceláneas, algún ensayo y un volumen con una selección de sus poemas en francés. También ha traducido textos, sobre todo de autores suizos francófonos. Domina el francés y el alemán, aunque este último lo ha olvidado con los años.

¿Cómo ha surgido la publicación de esta antología suya en Bogotá?

Contactaron conmigo unos editores jóvenes de Bogotá, que querían establecer vínculos con la poesía española, para publicarme una antología en mayo, la preparé, se la envié y me dijeron que en agostó estaría publicada y así ha sido. Conseguí que Canarias Crea me financiará el viaje y me han organizado cuatro actos con lecturas y entrevistas con diferentes radios y periódicos. Es la primera antología que publico de mi poesía y el primer libro que publico en Latinoamérica.

¿Qué contiene Umbrales donde apenas llega la luz?

Contiene una selección de cuarenta poemas de todos mis libros, además de cuatro textos inéditos que son representativos de toda mi trayectoria, desde los primeros poemas de los años 90, pasando por los que escribí en Alemania, además de los que escribí en Madrid y otros inéditos escritos recientemente.

¿Cuáles son las claves de su voz poética?

Creo que el primer libro que escribí, que no fue el primero que publiqué, Detrás de tu nombre, parte de la búsqueda del otro, siempre ausente, huidizo. Hay toda una especie del sentido del erotismo extractado, de una especie de giro que se está dando siempre alrededor de una ausencia. Eso lo vinculo con la muerte de los demás, esa ausencia crea un deseo de búsqueda, de encontrar respuestas a esas preguntas.

Posteriormente empiezo a encontrar otras realidades. Primero el paisaje insular, luego el paisaje invernal cuando voy a Alemania. La nieve como una especie de página en blanco sobre la que se puede escribir. Al mismo tiempo la nieve es la huella de la pérdida, del paisaje borrado. Cuando regreso de Alemania, el tema del reencuentro, el difícil reconocimiento de uno mismo al enfrentarse con la memoria. Imágenes del pasado que intento recuperar pero que son irrecuperables. En los últimos libros trato todos estos temas con más madurez expresiva y personal.

¿Y los universales amor y desamor?

El amor está intrínsecamente vinculado al erotismo por un lado, por otro aparece el amor como algo difícil de alcanzar, como algo incompleto. Un poco imposible, aunque en la vida hay momentos de plenitud, pero la poesía siempre se fija más en lo difícil, en esos momentos de desamor. Por ejemplo, hay más poemas de desamor que de plenitud amorosa.

¿Considera su poesía triste?

Diría que parto siempre de momentos de intensidad, de plenitud, aunque sea casi un vacío. En este caso, la tristeza, la desolación, te permite llegar a veces al fondo de ti mismo y vivir una experiencia un poco límite. Entonces no es que lo considere triste sino que de alguna manera hay poemas que son desolados y hay otros que son de gran comunión con el otro, con el lugar donde se está o incluso con la memoria.

¿Está presente de alguna forma su origen geográfico en su obra?

No estoy seguro de que mi poesía sea claramente insular, pero creo que la insularidad canaria está de fondo, de forma intrínseca. Uno puede verla entre líneas, pero eso no es un tema que aparezca necesariamente. En algunos poemas sí puede aparecer un volcán, un paisaje marino, pero siempre es un trasfondo para hablar de otra cosa. Suele ser un decorado, o un escenario mejor, de un conflicto, del desamor, de la identidad, o conflicto de la pérdida. He vivido una buena parte de mi vida fuera, cinco años en Alemania y más de ocho en Madrid, con lo cual está desdibujada lo que llaman la canariedad. Mi obra se preocupa por otras cuestiones, a parte de que soy antinacionalista.

¿Le condiciona la métrica, la rima, a la hora de componer sus poemas?

No uso la rima. Uso un verso blanco, suelto, que son versos sin rima. Sí que hay un ritmo, una métrica, pero que no es regular muchas veces, sino que es un ritmo de verso a veces largo, de tamaño medio, pero no es una métrica clásica. Desde el principio he huido de la métrica clásica. También he explorado la prosa poética, aunque son conceptos un poco diferentes. En mi caso el poema en prosa es más un texto breve escrito en prosa. Yo diferencio lo que es mi trabajo narrativo con el escrito en prosa con elementos líricos. Están esos dos mundos. El mundo de la poesía por un lado y el de la prosa narrativa por otra, pero en esta antología no he incluido ningún texto narrativo. Es más bien una antología estrictamente poética.

¿Qué domina más en su producción literaria, aunque no lo haya publicado?

Durante muchos años solo escribí poesía y leí mucha más poesía que narrativa. Desde 2007, 2008, empecé a escribir textos narrativos de raigambre un poco autobiográfica. Unas veces he salido para explorar historias que no tienen que ver conmigo, y en esos últimos diez años he combinado poesía por un lado y prosa por otro. Lo que ocurre es que la poesía ha ido surgiendo de una forma más ralentizada, más lenta, mientras que la narrativa se ha vuelto más frecuente.

¿Cuál es el papel de la poesía para usted en estos momentos?

Ahora la poesía para mí es como una especie de refugio extraño, ocurre de forma excepcional, son como arrebatos, y en cambio la narrativa digamos que tiene más que ver con la observación cotidiana. Es más en ese sentido. Voy publicando mi narrativa en mi blog. En cambio no publico apenas poesía en mi blog. La poesía se mantiene como algo más secreto, es más íntimo. Es una clara diferencia, pero también hay vasos comunicantes entre estos dos mundos que están totalmente separados.

Tras su estancia en Bogotá, ¿qué proyectos acaricia?

En septiembre me han invitado a un Festival de Literatura en Copenhague, que es de lengua española y portuguesa, aunque también habrá autores daneses. En marzo de 2020 saldrá mi siguiente libro en Pre Textos, poesías que escribí entre 2013 y 2018. También varios proyectos de traducción.