Mirada colonial versus mirada propia de África es el eje que describe la naturaleza de la exposición Afrotopos. Hacia una utopía africana, que se desarrolla hasta el próximo 1 de diciembre en la sala del Museo de la Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife (MUNA).

Esta propuesta está inspirada en el libro Afrotopía, escrito por el académico senegalés Felwine Sarr, publicado por la Casa de África y traducido por la canaria Alba Rodríguez. El autor promueve el despertar de África y su potencial desarrollo en un futuro que pertenece a sus habitantes, que en varias décadas representarán un cuarto de la población de la humanidad.

La muestra, integrada por un centenar de piezas, pretende transmitir los pensamientos defendidos por el economista, escritor y músico Sarr. "Intenta contraponer la mirada tradicional colonial eurocéntrica que se tiene de África con una nueva mirada propia que la hemos representado a través del arte contemporáneo africano", apuntó el comisario de la muestra, Néstor Yanes, técnico de Museos de Tenerife.

Conviene señalar que este intelectual es coautor de un reciente informe sobre la restitución generalizada de las sobras africanas que forman parte de las colecciones públicas de Francia, encargo realizado por el presidente Emmanuel Macron.

El centenar de piezas que conforman Afrotopos. Hacia una utopía africana están estructuradas en dos secciones bien diferenciadas. Por un lado, una colección colonial con alrededor de ochenta piezas procedentes de los fondos de la red de museos del Cabildo de Tenerife (Museo de Historia y Antropología, de la Naturaleza y Arqueología y Cedocam), que reflejan una visión pesimista y condescendiente del cercano continente.

Este apartado contiene cartografía, entre las que destaca un mapa -Aphricae Tabula IIII-, fechado en el año 1530, libros de la biblioteca colonial, fetiches, máscaras, ídolos, estatuillas antropomorfas y zoomorfas, brazaletes, utensilios de joyería y una serie de especímenes disecados entre otros elementos que compraron los museos de Tenerife en los años 70 y formaron parte de sus colecciones permanentes hasta la modernización de los centros y pasaron a los almacenes.

Este gabinete de artilugios que ofrece una visión decimonómica de África contrasta con otro análisis más moderno que está representado por una veintena de obras realizadas por una decena de artistas que viven fuera de África y proceden de países como Marruecos, Malí, Egipto, Sudáfrica, Senegal, Camerún, Congo y Ghana.

Este apartado propone una mirada propia y optimista de África que ha sido construida por los propios africanos a partir de su sociocultura y sus universos mitológicos, reflejados en las obras de diez artistas que cuentan con obras depositadas en diferentes centros de la isla.

Fotografías, telas, pinturas, textiles, instalaciones, caja de teatro, esculturas y videocreación son los lenguajes utilizados por los autores reunidos en la muestra, cuyas obras pertenecen a los fondos del Centro Atlántico de Arte Moderno, Casa África, Saro León y el Tenerife Espacio de las Artes.

Derrick Tracey, que vive en Ciudad del Cabo, participa con algunas fotografías. Su trabajo se ha centrado en temas como el logro de la democracia en Sudáfrica y el papel de la mujer.

La marroquí Fátima Mazouz está presente con una tela. Su obra gira en torno al multiculturalismo y la inmigración, reflexiones que cuestionan el cuerpo del embarazo, de la madre interactuando con el concepto de patria.

La egipcia Ghada Amer contribuye en la colectiva con una pintura, en la que retoma la técnica del bordado para evocar las actividades reservadas tradicionalmente a las mujeres.

El maliense Abdoulaye Konaté interviene con un textil y un tinte, aborda el problema del sida y sus efectos devastadores en la sociedad y los individuos.

El fotógrafo senegalés Mama Casset, que falleció en 1992, está presente con algunos de sus apreciados retratos. El también senegalés Amadou Makhtar Mbaye (Tita) muestra una caja de teatro. Sus obras reflejan un gran simbolismo sobre sus raíces culturales.

Del camerunés Barthélémy Toguo hay una escultura en madera de TEA; de la congoleña Michaèle Magema, un vídeo en blanco y negro sobre la historia de la humanidad; de Mokwusu Ankomah (Ghana), una pintura acrílica sobre lienzo, y de la camerunesa Angéle Etoundi, una fotografía.