La veterana cantante herreña María Mérida (Valverde, 1925) está muy contento por la publicación de su biografía, María Mérida. La voz, tarea que ha sido desarrollada por Javier Valentín Pérez.

"Me parece maravilloso este libro en el que está la verdad de mi vida. Es un deseo interior que tenía ganas de tener para que la gente conozca un poco más de mi vida, los pasos por donde he ido. Quiero que este libro sea un recuerdo para cuando me vaya", confesó a este periódico.

Noventa y cuatro años de experiencia avalan la vida de esta canaria que ha llevado la música y las canciones de su tierra por los cinco continentes, tanto cuando formó parte de Coros y Danzas de España, como cuando lo hizo con las compañías de Roberto Iglesias, José Greco y José Tamayo.

"En este libro cuento la verdad de mi vida que me ha llevado a viajar por los cinco continentes, porque yo he salido de una isla muy humilde, mi querida El Hierro, y luego me fueron contratando. Gracias a eso trabajé con cuatro compañías".

La tildada como Dama de la Canción Canaria, La Voz de Canarias o simplemente La Voz se trasladó a vivir de Santa Cruz cuando era una niña. En la capital tinerfeña se metió en la Masa Coral, donde comenzó su carrera en la música, aunque cuando tenía tres o cuatro años ya escuchaba las folías que interpretaba su padre. También aprendió los bailes regionales y destacó por su peculiar voz, que fue la predilecta de la Masa Coral.

"Lo que más me gusta cantar son las folías. Las empecé a amar cuando las oía cantar a mi padre de pequeñita en El Hierro. Me sentaba a su lado cuando tocaba la guitarra y cantaba las folías. Cuando las canto me acuerdo de mi gente que se fue. Es una de las cosas más fuertes que hay en el folclore, lo que más llega a los canarios. Y las malagueñas", recordó con nostalgia.

En el año 1946, con 21 años, se trasladó a vivir a Madrid, donde comenzó a cosechar éxitos en los principales teatros de la capital del reino, además de protagonizar un programa para emigrantes españoles en Latinoamérica en Radio Nacional de España, que se grababa por las noches. También colaboró con Radio Madrid y Radio Intercontinental.

"Estuve trabajando de madrugada en Radio Nacional de España, con muchos amigos, como Lola Flores. Íbamos a grabar para comunicarnos con esa gente, los emigrantes, que vivían en distintas partes del mundo", explicó.

Mientras desarrollaba esta loable labor radiofónica también estudió canto para dedicarse a la ópera, durante cinco años, pero lo dejó. Era contralto dramática.

"Estuve estudiando para cantar ópera, pero al final me decanté por la canción canaria. Mi profesora, Lola Rodríguez, me dijo: mira María, no puede ser. Por la noche te vas a la radio a cantar canción canaria y luego no puedes impostar la voz por la mañana. Tienes que elegir y decidí la canción canaria. Creo que toda persona tiene que quedarse con lo que ama, en cualquier oficio", reconoció.

Ya en la década de los años 50, tras las giras internacionales con Coros y Danzas, donde la bautizaron como La voz de los emigrantes, comenzó su carrera profesional. Primero con Roberto Iglesias, después con José Greco y por último con la Nueva Antología de la Zarzuela de José Tamayo.

"Conocí a muchos cantantes. Estuve nueve años con Tamayo y por allí pasaban todos los grandes. Cuando fuimos a China trabajó con nosotros Plácido Domingo. Diez mil espectadores diarios. Estuvimos en casi todo el mundo. Australia, Nueva Zelanda, Japón... Fueron veinte años que estuve fuera, cuatro veces en Cuba, cinco en Venezuela. He podido ver y tener contacto con mi gente", destacó.

Aquella ajetreada existencia le ofreció la posibilidad de conocer casi todo el mundo, pero también le impidió durante las giras disfrutar de la compañía de sus seres queridos. "Como todos los artistas, la nostalgia de mis hijos pequeños. Claro que los dejaba con mi madre, mi marido, mi hermana... No estaban solos, pero la madre si. Cuando llegaban las navidades y te encontrabas sola..."

Todos estos recuerdos ya son historia para una persona que a sus noventa y cuatro años se mantiene lúcida y con ganas de cantar siempre que le invitan a ello y pueda, como ayer lo hizo en Candelaria durante la presentación de su biografía.