El crecimiento y desarrollo de los seres humanos, y también de los animales, e incluso de las plantas, depende, fundamentalmente, de la alimentación de los principios inmediatos: minerales, proteínas, grasas e hidratos de carbono. Los hidratos y las grasas, son nuestra fuente de energía, nuestra gasolina. Los primeros funcionan como reserva, pudiendo usarse de manera inmediata, porque las despensas energéticas tienen la capacidad de movilizarse rápidamente para producir glucosa, en caso de que sea necesario.

Las grasas, aportan energía y ácidos grasos esenciales, para tener una piel saludable e importantes sustancias parecidas a las hormonas. También ayudan al cuerpo a absorber las vitaminas A, D, E y K, solubles en grasa. Las proteínas participan en la organización y reparación del cuerpo humano. Permiten a las células mantener su integridad, defenderse de agentes externos, reparar daños y controlar y regular funciones. Los minerales, por otra parte, son parte de estructuras del organismo: esqueleto, uñas, pelo? Son elementos reguladores: contracción muscular, coagulación de la sangre? y participan en la formación de potenciales eléctricos en las células, en procesos osmóticos y en la prevención de caries?

Lo cierto es que nacemos con una estructura programada genéticamente y su desarrollo se puede modular, estimular, y desarrollar, gracias a la alimentación. Por eso, se debe comer para vivir, aunque algunas personas parece que viven solamente para comer, y, otras tantas son sedentarias. Sin embargo, todas las funciones que realizamos, las que nos permiten seguir viviendo y desarrollarnos de una forma armónica son, precisamente, la respiración, el ejercicio físico, el sueño y una correcta alimentación.

Cuando no hay un adecuado equilibrio de los alimentos que ingerimos, se pueden presentar trastornos biológicos, psicológicos y varias enfermedades; así tenemos las patologías metabólicas, la obesidad con todas sus nefastas consecuencias y, algo que se viene oyendo mucho desde hace bastantes años, porque realmente van en un considerable aumento, como son la anorexia y bulimia.

Por eso, si queremos disfrutar de un cierto bienestar, tenemos que evitar el sedentarismo, practicando ejercicio físico acorde a la edad, ejercitar el aparato respiratorio, llevar a cabo una buena higiene del sueño y cuidar la alimentación, aprendiendo a comer para no acumular grasas, para trabajar en buenas condiciones físicas y mentales, y para que la química de nuestro organismo funcione perfectamente. Qué duda cabe de que la Medicina es capaz de prolongar nuestra vida, pero, sin olvidar que la dietética puede alargar nuestra salud.