Andrés Molina y Rogelio Botanz se convierten hoy en Taller Canario, en esencia siempre lo han sido, para regalar en el Centro Cultural de El Escobonal (Güímar), desde las 21:00 horas, el espectáculo titulado Taller Básico-Volvemos... con ganas de contarte, un formato íntimo y cercano al público, adecuado para pequeños recintos, que se estrenó en Santa Brígida el pasado mes de junio.

Desde septiembre del pasado año andan afanados con un espectáculo gigante, que ronda las 25 personas entre técnicos, músicos y bailadores, aunque hay recintos donde no resulta viable y también el caché resulta elevado. "Pero queremos estar en todos los lugares", sostiene Andrés Molina. "De ahí que decidiéramos montar un formato básico, acústico, a partir de voces y percusión, el litófono o los pitos, que además están presentes de una manera didáctica".

Tercia entonces Rogelio para subrayar que "hay oportunidad de presentar cada tambor en su canción y en su función", algo que no se puede hacer cuando interviene toda la banda. "En un clima así se agradece" y puntualiza que "de ninguna manera es más pobre".

En ese espacio de intimidad, cara a cara, "las distancias cortas resultan más emocionantes y diferentemente intensas", destaca. "Sin darnos cuenta hemos descubierto que las canciones se sostienen solas; son bastante orgánicas, por lo que hablan, por cómo suenan...".

Para ellos representa volver a aquel Taller de los inicios, con la presencia de Pedro Guerra, "donde todo era muy artesanal", frasea Andrés, y este Taller Básico recuerda aquello, "pero de una manera diferente".

A propósito, Rogelio precisa que por entonces, y en el tramo final con Pedro, ya habían incorporado batería y bajo. "Miro ahora los discos uno a uno y, salvando las distancias, ves una evolución tremenda en el espacio de siete años".

El repertorio de este formato básico representa "un paseo por la historia del Taller, una fiesta". Hay hits de Pedro y les ha resultado difícil la selección de temas, porque cada una tuvo un significado y todas mantienen su vigencia. "Están tratadas con modernidad y raíz, lo que les procura ese sello de eternidad", comenta Andrés.

Y explica Rogelio cómo hoy los temas se aguantan "a guitarra con Andrés, yo con una percutería matizada y sólo faltaría el bajo de Pedro. Y es que el sonido de ahora recuerda mucho aquel".

Tienen cerradas un par de fechas con este paquete básico, la de hoy en El Escobonal y otra en Tijarafe (La Palma), y en Mogán lo harán como banda. "Estamos excitadísimos, pero seguros de que cualquiera que asista a uno de los dos formatos de concierto tendrá ganas de disfrutar el otro; son complementarios", dice Rogelio.

"Hemos tocado por separado en El Escobonal, donde existe un colectivo, el Tagoror Cultural de Agache, muy potente y decano, con 40 años de actividad. Hace poco pasó por allí Ismael Serrano y también Pedro Guerra", explica Andrés Molina.

Y Rogelio elogia que este colectivo haya creado un concierto de cantautores, "a lo grande y además arriesgando, justo en los meses de julio y agosto, coincidiendo con las fiestas del barrio. Y con el máximo respeto a todas las músicas no traen a un Dj ni reggaeton, sino que apuestan por la canción de autor. Volver a El Escobonal de esta manera nos hace ilusión".

Se vuelve entonces reivindicativo y eleva el tono crítico. "Aquel tejido social que existió, donde en cada barrio había una asociación juvenil y una comisión de fiestas, fue sustituido por los paquetes que ciertos mercaderes de eventos venden a lo largo de todo el Archipiélago. En cambio esta gente ha mantenido ese espíritu de querer definir su fiesta y su propuesta".

Una razón de más para acercarse hoy a la comarca de Agache.