El cantante maliense Salif Keita, que este lunes se despedirá del público cartagenero con su concierto y el Premio La Mar de Músicas 2019, ha afirmado que "Un autre blanc" (2018) es su último trabajo porque el proceso de composición y grabación "fue agotador" y la gente "no compra discos".

En una entrevista concedida a EFE, Keita (Djoliba, Malí, 1949) se ha sentido "muy halagado" por recibir el premio del festival, por tener aficionados "muy leales" y por lo mucho que representa para él este galardón en una ciudad que tiene un "significado muy especial" en su carrera.

"El concierto será mi forma de agradecer a la ciudad el buen trato que siempre he recibido y también es mi despedida", ha añadido.

El maliense insiste en que le ha costado tres años sacar adelante su último trabajo mientras la gente no compra discos, sino que se descargan canciones sueltas, por lo que ha decidido no volver a grabar más álbumes. En cambio, se muestra convencido de que las nuevas generaciones de músicos están creando nuevas músicas y nuevas formas de difundirlas "más adaptadas a los tiempos que corren".

En "Un autre blanc", Keita ha vuelto a las canciones tradicionales de su país y, al mismo tiempo, hace balance de su vida artística, además de colaborar con algunos de sus "mejores amigos musicales" en algunas de las composiciones que, en su opinión, son las mejores del disco.

El maliense reconoce que ser albino le ha influido "muchísimo" porque le "empujó" a la música. "De adolescente pasaba mucho tiempo solo y esto me dio espacio para dedicarme a la música", apostilla, antes de valorar los avances que se están produciendo en África en el trato a las personas con albinismo, aunque advierte de que se trata de un proceso "lento y a veces penoso".

Keita puso en marcha en 2006 sendas fundaciones para mejorar la situación de estas poblaciones, cuyos problemas persisten en países como Mali, Malawi, Tanzania, Uganda o Sudáfrica. "Yo seguiré luchando hasta el final contra la discriminación, persecución, rapto, mutilación y asesinato de los albinos", ha sentenciado.

A su juicio, la música africana está en un momento "muy bueno" porque las propuestas que están haciendo los músicos más jóvenes son "originales, de calidad y los géneros muy diversos", lo que hace que muchas de ellas no se queden solo en el ámbito local sino que trascienden al ámbito internacional.

Sin embargo, "que se la trate justamente es otra cosa distinta", contraviene, poniendo como ejemplo que tiene mucha presencia en festivales de sonidos del mundo, pero es "complicado que salga de ahí".

Por eso destaca el papel de las nuevas tecnologías a la hora de que los músicos del continente negro "lleguen cada vez a más gente y a gente más distinta".

"África es imparable y su música le va abriendo camino en el mundo", subraya.

Salif Keta encara el último tramo de su carrera artística con la intención de seguir tocando con sus amigos musicales Yemi Alade, Laysmith Black Mambazo y Angelique Kidjo y cada vez seleccionar con "más cuidado" sus colaboraciones, los proyectos en los que participa y los eventos a los que acude.