Daniela Bosé es licenciada en Ciencias Económicas y profesora. Durante dos décadas ha ocupado puestos de máxima responsabilidad en las principales discográficas del planeta, desde BMG hasta Universal. Estará hoy en Mapas para hablar del papel de la mujer dentro de un sector complicado y cambiante como el musical.

¿Cuál ha sido el papel de la mujer dentro de la industria musical hasta ahora? ¿Está cambiando?

Después de hacer mi documental Mujeres en la Música, en 2017, y con el trabajo de MYM, que es la asociación de mujeres de la industria de la música a la que pertenezco, nos hemos dado cuenta de que las cosas no estaban cambiando. Por eso nos hemos constituido en asociación y ahora mismo representamos a más de 400 socias a nivel estatal. Los tiempos cambian y la sociedad debería cambiar también pero creemos que en el caso específico de la mujer debemos seguir empujando un poquito. Debemos quejarnos para que las cosas ocurran.

¿Y con qué conclusiones de enfrentaron tras el documental?

Es curioso. El motivo por el que hice el documental fue porque estando en BMG, en mi anterior puesto de trabajo que era el de directora general de España y Portugal, acudí a una reunión internacional dentro de una convención. Allí mi colega italiano me preguntó que si me había dado cuenta de que era la única mujer. Me dio un vuelco al corazón porque esa misma frase la había escuchado diez años antes estando de directora general de España y Portugal en Universal. Me entró una sensación: tenía que hacer algo. No es posible que haya pasado una década y sigamos igual. A ver, la industria del entretenimiento es un sector moderno y hay muchas mujeres pero, a la hora de la verdad, en las grandes discográficas solo hay presidentes hombres. Ya ni siquiera estoy yo que por lo menos ponía mi granito de arena, ahora soy la directora del Palacio Vistalegre, en Madrid. ¿Las cosas están cambiando? Sí, pero no a la velocidad que debiera.

Mirando hacia atrás, ¿cree que le costó más llegar a esos puestos de responsabilidad por el mero hecho de ser mujer?

Con absoluta certeza. Lo que pasa es que mi forma de reaccionar ante la vida -seguramente por la educación que he recibido- fue bastante inconsciente. En mi casa los chicos y las chicas éramos iguales, y yo me creí que trabajando también iba a ser así ¿Cómo se me iba a ocurrir lo contrario? La realidad es que es necesario el triple de esfuerzo, las mujeres tenemos un montón de condicionantes. Las cosas por fortuna están cambiando pero la realidad es que me costó el triple. Como dice una compañera en el documental: las que han llegado es porque han sido heroínas.

Lo curioso es que no se haya dado cuenta hasta hace relativamente poco...

Soy el peor ejemplo, la verdad. Hasta que no me encontré en BMG con que mi compañero italiano no me dijo esa frase no me había dado cuenta. Tu dedicación está totalmente enfocada hacia el negocio. Desde que hice el documental y las compañeras empezaron con la asociación, hemos entrecruzado nuestros caminos y nos estamos apoyando las unas a las otras.

Como una de las principales responsables de estas discográficas ha vivido cambios interesantes y definitivos en la industria, ¿no es cierto?

Cuando llegué, la bonanza esa de cuando se vendían discos a punta pala y se hacían vídeos en Hawái ya había pasado. Empecé justo en el momento de las fusiones y las adquisiciones. No son procesos agradables, despiden a la mitad de tus compañeros y empiezas otra vez desde cero. España, país que adoro y defiendo a muerte, nunca ha sido ni Estados Unidos ni Inglaterra a nivel de ventas o representación en el mercado. Siempre he tenido que estar pedaleando, sin parar.

¿Ha cambiando mucho lo que buscan las discográficas en los artistas?

Ha cambiado todo, solo hay que pensar es en las formas de consumo. Nuestra forma de vivir y de consumir ha cambiado. No es solo mi industria, ha cambiado la forma de estudiar, de ir al médico o de ir al banco. Es normal que todo se digitalice, que todo cambie, también en la música. Todo es más instantáneo. Ahora prima más el single que el álbum y buscas a un artista que haya tenido una exposición televisiva para que sea mucho más rápido poderlo dar a conocer.

Y hablando de artistas y discográficas, ¿qué opina de la polémica protagonizada entre Taylor Swift y Scooter Braun por los derechos de sus canciones?

Para mí, y lo digo con la boca muy grande, Taylor Swift es un ídolo. Ha hecho por los derechos de autor y de los artistas lo que han hecho bien pocas. Tenemos la suerte de contar con gente así, como Madonna o Beyoncé, gente muy comprometida. Desde un principio, Swift dijo que por qué tenía ella que poner canciones 'gratis' en la red cuando tiene fans que se gastan el dinero en comprar su álbum. Cuando decidió pasarse a una discográfica multinacional exigió que las condiciones fueran iguales para todos. Cuando hablan de ella como rubia estirada me río, menuda mente para los negocios. Menuda persona más brillante, visionaria y generosa.

Háblenos de su otra faceta, la docente...

Es algo que descubrí hace tropecientos años y me da muchísima satisfacción. Cuando empecé en esto, me encontré con que había mucha gente que no sabía lo que podía o no podía hacer. Como empeño personal y por la parte de responsabilidad civil que creo que todos tenemos, decidí que lo poco o mucho que sabía lo tenía que compartir. Así empecé, he organizado conferencias para gente joven porque el mercado va cambiando. Hay jóvenes que no saben que en Youtube también hay derechos y es importante que los registren. También hay gente mayor que no ha sabido adaptarse. He tenido siempre una faceta universitaria y doy clases en las escuelas más prestigiosas.

¿Qué opina de propuestas como las de Mapas que además hace hincapié en la formación y pretende salvar esas distancias físicas que nos separan de los focos de producción?

Cuando España empezó a perder mercado incorporamos a Portugal. Cuando pasaron unos doce años de bajada de mercado fue cuando miramos hacia el mercado Latinoamericano. Entiendo muy bien la perspectiva que me comentas de Canarias porque al final es solo distancia geográfica pero no distancia lingüística, ni cultural, ni de gustos. Tuve la suerte de que Circulart me invitara a Colombia y allí me di cuenta del interés que suscitaban las soluciones que las mujeres de la industria estamos adoptando en España. Creo que ese es el motivo de estar aquí, dar consejos y explicar el origen de nuestra asociación.