El Tank Festival inauguró ayer una exposición muy especial. El verano de nuestras vidas es el título escogido para una colectiva que viajará el próximo jueves hasta Fuerteventura, donde podrá verse en el espacio cultural de La Casa de los Coroneles, en La Oliva. Antes, las piezas de los 30 artistas seleccionados fueron exhibidas juntas, por primera vez, en la explanada exterior de otro espacio cultural: El Tanque.

Este recinto tiene a sus espaldas una larga historia de dificultades y superaciones. Pese a que logró ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2014 y garantizar con ello su supervivencia, el espacio que lo rodea continúa estando prácticamente abandonado sin que se haya puesto en marcha el proyecto de Fernando Menis que contempla para esta zona una plaza-jardín de plataneras. Por este motivo, la Asociación de Amigos del Tanque -responsables de la agenda del Tank Festival- aprovechó la inauguración para reclamar más atención para el edificio, su uso y su entorno.

Los artistas posaron junto a su obra justo delante de El Tanque y, con ello, en palabras de una de las portavoces de la organización, Dulce Xerach, solicitaron que "se trate mejor a este espacio cultural". "No es solo que no se haya llevado a cabo el proyecto aprobado para los exteriores sino que se puede dar un mejor uso a El Tanque. No es problema de los programadores, sino del presupuesto que se les asigna. Con solo 15.000 euros al año no pueden hacer mucho más. Actualmente solo se programa aquí plástica y audiovisuales y sabemos que este es un lugar fantástico para la música o la danza, por ejemplo", detalló.

De esta forma, la explanada de tierra que rodea al recinto cultural se llenó de lienzos e imágenes con olor a mar y a vacaciones, inspirados en los colores cálidos que despiertan los recuerdos soleados de la infancia.

Asimismo, durante el acto de inauguración se le entregó a Garachico la primera bandera naranja que se concede a un ayuntamiento de las Islas. "Es como las banderas azules, que distinguen la calidad de las playas. En este caso lo que premiamos es una buena y equilibrada gestión cultural", explicó Xerach. Para recogerla acudió el nuevo concejal de Cultura de la localidad del norte de la Isla, Airam Trujillo. "Que esta sea una distinción anual fomenta la competencia sana entre los municipios y eso es bueno para todos", dijo el edil.

Para concluir la jornada, la bailarina Paloma Hurtado escenificó la pieza Dakini sobre una zona de tierra en la que previamente los asistentes esparcieron semillas de plataneras. Al finalizar, la bailarina regaló además algunas de estas plantas a los asistentes como símbolo de esperanza en el futuro.