Ha comenzado el verano y muchos canarios disfrutan los fines de semana de su tiempo libre. Mientras la mayoría se solaza en la playa y pasa su tiempo estival en un chiringuito, 21 tagananeros reviven una milicia del siglo XIX.

"¡Armas al hombro!, ¡a cubrirse!, ¡firmes!, ¡marchen!, grita el capitán; a renglón seguido un tamborilero comienza a tocar a tambor batiente y la milicia desfila en los aledaños del Centro Cultural de Taganana. Tras media hora, regresan y protagonizan un ritual militar propio de otra época.

Son los ensayos de la Librea de Taganana, que se escenificará el próximo 14 de julio. Esta Librea rememora la cuarta milicia de Tenerife, que defendió en 1797 la isla del ataque de las tropas inglesas lideradas por Horacio Nelson. Las milicias estaban conformadas por ciudadanos que defendían su población del ataque de piratas, corsarios y tropas foráneas.

El año pasado se recuperó esta tradición decimonónica, gracias a que Aarón Rodríguez estaba haciendo un inventario de caminos del parque rural de Anaga y se encontró casualmente con un ejemplar del periódico El Guanche, del 14 de septiembre de 1862, que dice textualmente: "La Librea (...) es un conjunto de hombres armados de escopetas y hachones encendidos, los cuales tienen un jefe, que por lo regular suele vestir un uniforme de milicias y un tambor. Esta especie de tropa rompe su marcha en las inmediaciones de la Iglesia a tambor batiente y haciendo descargas se está casi toda la noche (...)".

"No sabemos cuándo se celebró por última vez la Librea, pero lo más probable es que su desaparición esté relacionada con la finalización de las milicias populares y la formación del ejército profesional", apunta Aarón Rodríguez. "La Librea se recupera porque Taganana ha perdido su ayuntamiento [existió hasta 1877], su registro civil [existió hasta 1976], su juzgado [existió hasta 1976] y población [el último censo cifra en 511 sus habitantes]. Recuperarla supone unir a la gente del pueblo en torno a una parte de su historia", zanja.

"En el siglo XIX, cuando se tocaba arrebato los habitantes de Taganana salían de sus casas y se reunían en la plaza, donde el alcalde daba las órdenes. Cuando yo era pequeño, mi padre Federico, que nació en 1905, me contaba que en las vísperas de las fiestas del pueblo, se reunían y disparaban salvas con recámaras", rememora Manolo Rodríguez, secretario de la Asociación de Vecinos La Voz del Valle.

"Participo en la Librea por recuperar una tradición histórica que se había perdido y que mucho no conocíamos, además de darle vida al pueblo", comenta Estefanía González, una miliciana. "En total participamos cinco mujeres en la milicia. La verdad es que cuando me propusieron formar parte de ella ni siquiera pensé que en el siglo XIX las mujeres no formaban parte del ejército", revela Estefanía González.

Bandera e himno

La recuperación de la Librea tagananera ha llevado aparejado la creación de una bandera y un himno. "La bandera de Taganana fue elegida por consenso vecinal. Cada color tiene una simbología. El verde hace referencia al monte; el azul, al cielo y el mar; el blanco, simboliza la niebla, el color de las casas y el rompiente de las olas", explica Luján González, presidente de la Asociación de Vecinos La Voz del Valle.

"Los símbolos que aparecen en ella son el risco de Las Ánimas, el huso de hilar (llegaron a existir 37 telares); el racimo de uvas, en referencia a la importancia vitivinícola; los guanches, en alusión a los primeros pobladores; la cabra como un animal primordial para el sustento (de la que se obtenía carne, piel y leche); el bucio, como un símbolo de estar alerta ante la amenaza foránea; la vara, que alude a la defensa y gobierno; y una cinta roja, que recuerda la importancia de la orchilla. Se completa con la leyenda: Taganana, la última frontera. El himno es un pasodoble anónimo", especifica Luján González.

El 4 y 5 de agosto la Librea de Taganana, propiamente dicha, volverá a cobrar vida, esta vez en el marco de las fiestas de Las Nieves, en las que se agradece a la virgen la victoria en la batalla de Lepanto.