La actriz tinerfeña estaba exultante tras el estreno del primer capítulo de la serie Señoras del (h)ampa, que se emite por Telecinco, donde encarna el papel de Mayte, una mujer separada y con dos hijos que de día vende TurboThunders, robots de cocina, y de noche los utiliza para descuartizar a la gente. "Nos ha acompañado el dato de audiencia", liderando la noche del miércoles con casi tres millones de espectadores y un minuto de oro de 3.753.000 televidentes, "pero es una delgada línea. Si el registro no hubiese sido bueno, a pesar del enorme trabajo que hemos realizado, la verdad es que me hubiera quedado un poco chafada, pero ahora estamos muy felices".

¿Este quizá sea el proyecto más personal que ha logrado sacar adelante?

De alguna manera, sí. Carlos del Hoyo y yo nos encontramos en la vida; él estaba haciendo programas y coincidimos en unos sketches que yo editaba en una página web. Después me dio a leer cosas suyas; tiene un talento enorme, una capacidad de imaginar y una cultura audiovisual propia de los millennials. Llevamos a la productora Mandarina un proyecto que se llama Maricas, pero le propusieron a Carlos que escribiera algo en un tono algo macarra. Él, entonces, se trajo a Abril Zamora, como guionista, y de ahí partió la idea de la serie.

Serie que además llega con un premio bajo el brazo.

Recibió un premio por parte de lo que podríamos llamar los ojeadores, en la última edición de MIPTV, donde fue seleccionada como uno de los formatos más interesantes de la consultora francesa The Wit. La gente lo desconoce, pero este galardón lo entregan los compradores internacionales y además es muy disputado. A pesar de eso y de las buenas críticas, yo soy de las que no me creo nada hasta que no lo veo. Las series, la ficción, se hacen para el gusto del público, gente que no es del sector, y son ellos los que al final tienen la última palabra.

¿Sentía ya la necesidad de compartirla con el público?

Sí, porque es como cuando en el teatro te sientes pasada de ensayos. Tenía la necesidad de saber por boca de mi madre o de mi hermana, que en definitiva son parte de ese público, qué impresiones les provocaba.

Y que la gente se identificara con las protagonistas, ¿no?

Mi fantasía, sin duda, era la misma que siendo yo pequeña sentía ante la televisión, cuando me identificaba con un determinado personaje. Pues que la gente lo haga también con nosotras y se vea reconocida en estas mujeres trabajadoras y verdaderas, algo que no es tan fácil como se vende.

El primer capítulo recuerda la comedia negra.

Siempre he querido pensar que esta serie tiene una mezcla del cine de Almodóvar y el de Álex de la Iglesia. Se habló tras el estreno de referentes tarantinianos, pero yo soy de tirar para lo patrio y creo que esta obra ha mamado de los grandes directores españoles, y entre ellos añadiría a Berlanga, con esa particular magia tan suya. Me gusta pensar que nuestros motores son españoles.

¿Cómo tanta crueldad es capaz de generar humor?

Todo es mérito del guion. Realmente se presentan muy bien los antecedentes, y cuando ves que las protagonistas van a tirar pa'lante y entierran a su primera víctima, casi te provoca ternura y risa.

Y ahí está presente su personaje, el de Mayte.

¡Me da tanta pena...! Está tan superada por las cirunstancias, agobiada por la precariedad económica, separada y con dos hijos, una adolescente problemática y otro, aunque bueno en apariencia, que hace bullying al marica de su clase... Al final la justificas y hasta la amas. Lo decía Malena Alterio cuando se le planteaba la duda moral de si acudir a la comisaría a confesar el crimen o enterrar el cadáver. Hay que ponerse en el lugar de estas mujeres.

¿Qué hay en Mayte de la propia Toni Acosta?

Una aporta voz, conocimiento, manos y cuerpo, pero lo que hay en Mayte es un barrio. Mis orígenes son de La Cuesta, de Princesa Yballa, y conozco a la gente así, peleona y superviviente. Ellas son las verdaderas heroínas de este país. La gente normal, en el buen sentido de la palabra, es esa que saca adelante a sus hijos y tira de la economía familiar sin quejarse. Tengo mucho de barrio, de la sangre de mi madre, peleona como ella sola... Y sabía que podía asumir el rol de Mayte desde la humildad de una mujer analfabeta que nunca se ha leído un libro.

Y tras el primer capítulo, ahora llegarán giros, nuevas situaciones y más cadáveres, ¿no?

El segundo capítulo es impresionante y cada uno de ellos es como una película en sí misma. La historia va yendo a más y más. En unos con mayor acción, en otros con más trama familiar, los habrá también con misterio... Esconder un cadáver es muy difícil, y eso arrastra muchas dificultades interpretativas. (Suspense).