La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (Rseapt) custodia, en su sede de la lagunera calle San Agustín, uno de los fondos bibliográficos y documentales más importantes de Canarias. Éstos, además, se encuentran en permanente crecimiento gracias a las donaciones recibidas. La entidad fue fundada en 1777, en plena Ilustración, y por ese motivo conserva además uno de los mayores legados de esta época que existen en el país.

Fieles a su vocación de servicio a la sociedad, los responsables de la institución quieren que este importante legado sea accesible a todos: público en general, investigadores e historiadores. Con este objetivo han emprendido la catalogación de sus fondos, el paso previo a la futura digitalización que permitirá que las personas interesadas puedan consultarlo desde cualquier punto del planeta.

Zulaika Navarro y Diana Ramos son las archiveras-bibliotecarias responsables de este delicado y arduo proceso. Los fondos ya estaban inventariados pero para su posterior digitalización es preciso un análisis completo de cada obra o documento que incluye su lectura, la asignación del título, la fecha de creación y la relación con las personas que aparecen en el mismo, entre otros muchos datos y características. "De esta forma, se podrán realizar búsquedas nominales, por ejemplo", detallaron esta misma semana estas expertas junto algunos de los ejemplares más curiosos y valiosos.

La Rseapt es consciente del valor de los bienes que atesora, como lo es también de la responsabilidad que ha asumido como garantes de la conservación de unos fondos que incluyen también fotografías y diversos bienes muebles. "Esto es patrimonio de todos y por ese motivo también se organizan visitas tanto a los escolares como para alumnos universitarios y otro tipo de colectivos interesados en conocer nuestros archivos", explicaron.

Solo en el Fondo Bibliográfico Antiguo, la Real Económica guarda unos 8.000 ejemplares, de los que 6.000 pertenecen a los fondos de la familia del Marqués de Nava. Tanto estos libros como los fondos documentales permanecen custodiados en lo que los empleados conocen como "el búnker". Es este espacio, tanto la temperatura como la humedad relativa están totalmente controladas y los compartimentos de almacenamiento son ignífugos para que "en caso de incendio, las llamas no les afecten antes de que los bomberos puedan hacer su trabajo".

El grueso de los fondos antiguos están relacionados con la Ilustración y la temática es variada. Además, hay que recordar que la Rseapt también guarda la colección de Rodríguez-Moure, el legado más significativo de cuántos se guardan en la sede de San Agustín. Está compuesto por miles de documentos de diversa índole con una cronología que se remonta al siglo XVI.

El libro más antiguo de los que se guardan en los fondos de la entidad lagunera data de 1517 y se titula Crónicas del Serenísimo Rey Don Juan Segundo. Como este, son innumerables los tesoros que manejan las expertas cada día con el objetivo de completar su ingente tarea. "Es un trabajo minucioso pero muy interesante", aseguraron.

Navarro y Ramos también mostraron el que está considerado el atlas más bello de la historia, que data del siglo XVII y fue editado en Amsterdam. Una segunda edición de la valiosa enciclopedia de Diderot procedente de Lucca, en Italia, y ejemplares de Rousseau o Voltaire demuestran el peso de los fondos de la Ilustración que pueden consultarse en la Real Económica.

El documento que justifica la presencia de esos libros en las estanterías de la Rseapt también permanece guardado con mimo por las archiveras de la institución. Tiene fecha de diciembre de 1777, apenas nueve meses después del nacimiento de la entidad. Se trata de una licencia concedida por el Inquisidor Mayor que permitía a la Real Sociedad lagunera acceder a libros de los considerados "prohibidos". Eso sí, establecía una serie de condicionantes que incluían la custodia bajo llave con acceso exclusivo para el director.

La Económica ha generado sus propios tesoros documentales a lo largo de la historia y estos son reflejo de la sociedad del momento. Especialmente interesantes son los padrones de habitantes de 1779, que sí que están ya digitalizados, o un Tomo de Industria con muestra de las sedas que se producían en las distintas localidades perfectamente conservados.

La importancia de todos estos documentos hacen que sea habitual la visita de investigadores de toda Canarias. Además, también llegan personas interesadas en la consulta de estos tomos desde puntos tan distantes como México, Australia o Puerto Rico.

Cuando concluya la digitalización, la riqueza de estos fondos tinerfeños será más accesible y la historia de Canarias y su relación con el mundo aún más conocida.