Lenguaje, memoria y mirada son tres elementos que están íntimamente unidos en la estética del artista tinerfeño Gonzálo González (Los Realejos, 1950), que inaugura hoy, a las 20:00 horas, en el TEA, la exposición titulada Estar aquí es todo, donde permanecerá hasta el próximo 20 de octubre.

La muestra, que estará complementada con la edición de un catálogo, un ciclo de cine en julio, talleres y una mesa redonda, está integrada por cerca de ochocientas piezas, la mayoría de formato pequeño y mediano, entre esculturas realizadas con madera y alambre, pinturas (acuarelas), dibujos, fotografías y vídeos. Casi todas las obras han sido realizadas en los últimos seis años, aunque hay una que data de 2003, según explicó ayer el comisario de la exposición, Ramiro Carrillo.

Carrillo, que estuvo acompañado por el propio artista, por el director insular de Cultura en funciones, José Luis Rivero, y por el director artístico del TEA, Gilberto González, señaló que Gonzalo González se encuentra "en plena evolución aportando cosas, ideas que ha imprimido a su trabajo de los últimos seis años. La más antigua es de 2003 como una referencia para entender el discurso, aunque lo importante es lo más reciente".

También comentó que la intención de esta propuesta es que el público pueda ver mucha obra, pero sin cansarse, que sea asequible para poder penetrar en el trabajo plástico de Gonzalo González, "centrado en su interés por la idea de la mirada, la elaboración conceptual y cultural de lo que vemos", además de su interés por la memoria y el silencio.

El universo poético del creador tinerfeño, independientemente del lenguaje que elija, se caracteriza por hacer series concatenadas. "Sus creaciones siempre tienen que ver con otras obras y para comprender bien su trabajo es importante ver cómo evoluciona en el tiempo", señaló Carrillo.

Gonzalo González indicó que esta muestra es parte de su trabajo, la punta de iceberg. "Pretendo mostrar una manera de afrontar el hecho creativo sin muchas estridencias. La idea es estar en el momento en el que se crea y reconocer el lenguaje y la memoria. Que lo que vemos lo reconozcamos porque lo hemos vivido. Llevar ideas de un sitio a otro con la complicidad del que la mira".

Asimismo, apuntó que se trata de un trabajo seriado que se ha elaborado de manera simultánea, que trabaja tres o cuatro temas a la vez y que utiliza unas herramientas u otras según lo que quiere decir, al igual que el lenguaje que necesita para hacerlo.

Estar aquí es todo está estructurada en seis espacios. El primero acoge un políptico formado por seiscientas acuarelas de pequeño formato. Ramas de árbol con una pequeña figura en su lomo, o una diminuta máquina de tren, todo un jardín de flores sin pétalos, tuneras de madera o nubes de aluminio son algunos de los motivos que presiden su producción, una silenciosa mirada a la naturaleza y a la memoria que comparte con los demás.