'Fénix Oscura'

Dirección: Simon Kinberg Intérpretes: Sophie Turner, James McAvoy, Michael Fassbender, Jessica Chastain, Jennifer Lawrence

La de X-Men llegó a ser una de las sagas cinematográficas con mejor evolución. La primera cinta, estrenada en el año 2000, resultó decepcionante. Remontó ligeramente en 2003 con la segunda entrega y se estancó con la tercera, que llegó a las pantallas en 2006.

Sin embargo, a partir de entonces mutó, al igual que su propia temática, diversificándose en dos rumbos bien diferentes. De un lado, se rodaron las cintas centradas en el personaje de Lobezno y, de otro, se filmaron los largometrajes sobre los inicios del profesor Charles Xavier, Magneto y el resto de mutantes, un cambio que revitalizó la serie ofreciendo títulos notables e, incluso, alguna joya.

Así, Logan se enmarca entre las películas más sobresalientes basadas el mundo del cómic, con un excelente trabajo en la dirección a cargo de James Mangold y una merecida nominación al Oscar al mejor guion adaptado. X-Men: Días del futuro pasado supuso otro ejercicio de vibrante ritmo narrativo, en aquella ocasión de la mano de Bryan Singer.

Todo hacía, pues, presagiar que la franquicia, en una metamorfosis paralela, había renacido gracias a interesantes aventuras y destacadas elaboraciones visuales. Sin embargo, esa buena racha parece haber tocado ya a su fin. Si en X-Men: Apocalipsis se empezaban a apreciar notables síntomas de desgaste, X-Men: Fénix Oscura es la confirmación de que el declive se agudiza y, más que situarnos ante una propuesta oscura, nos coloca ante un apagón que pretende nutrirse tanto de los coletazos de entregas anteriores como de la benevolencia de los espectadores más aficionados.

Y es que, tras diez proyectos en veinte años, quizá sea el momento de descansar y aparcar una idea lo suficientemente exprimida. De hecho, X-Men: Fénix Oscura desentona del resto de títulos de una forma grosera.

El elemento dramático que movía a buena parte de los personajes queda aquí desdibujado. La complejidad de la trama se simplifica hasta el extremo. La originalidad y la frescura visual se sustituyen por unos ineficaces efectos especiales. En definitiva, constituye un retroceso en todos los sentidos.

Puede que una de las razones radique en la condición de debutante de su realizador, Simon Kinberg, que se estrena en la labor de dirección aunque posee una considerable experiencia como guionista y productor, incluso de esta misma saga. A mi juicio, ha caído en dos trampas que suponen una serie amenaza para la cinematografía: la corrección política y el afán de estirar en demasía un proyecto. Ambas tendencias obran como verdaderas enfermedades cuando afectan a las artes. Además, en algunos momentos del metraje, la proyección avanza con tediosa lentitud y ausencia de motor dramático, cómico o emocional.

Durante una misión de rescate en el espacio, Jean Grey está a punto de morir al ser alcanzada por una misteriosa fuerza cósmica. Cuando regresa, la radiación la ha hecho más poderosa, pero también más inestable.

Jean desata sus poderes en formas que no puede controlar ni comprender, cayendo en una incontrolada y peligrosa espiral que daña a sus propios compañeros. Los X-Men no tendrán más remedio que enfrentarse a ella.

El elenco permanece conformado por grandes intérpretes que repiten personaje. James McAvoy y Michael Fassbender han demostrado sobradamente su calidad profesional, reuniendo en sus filmografías una serie de trabajos de imprescindible visión. Idéntica valoración merecen Jessica Chastain y Jennifer Lawrence y, si bien la primera debuta en la saga, los demás son unos veteranos al margen de cualquier tipo de reparo interpretativo. Dicho de otro modo, si la cinta no funciona no es por su culpa. Sea como fuere, la verdadera protagonista es Sophie Turner, quien ya participara en X-Men: Apocalipsis y que ha alcanzado fama mundial gracias a su papel en la archifamosa serie de televisión Juego de tronos.

www.cineenpantallagrande.blogspot.com