La publicación Camposanto de San Juan (1814-1983). Historia de la ciudad de La Laguna a través de su primer cementerio, obra de Benjamín Reyes, se presentará hoy, a las 20:30 horas, en el salón noble del Cabildo de Tenerife.

El acto de presentación, al margen del autor, contará con la presencia de Carlos Alonso, presidente en funciones del Cabildo de la isla; Miguel Ángel Clavijo, director general en funciones de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, y Josefa Mesa, consejera en funciones de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife.

Para asistir a la presentación, que contará con la introducción del periodista de la cadena SER Miguel Ángel Rodríguez, se debe confirmar la asistencia al teléfono 922 239 857.

El investigador Benjamín Reyes defiende la tesis de que el camposanto de San Juan cuenta la historia de la ciudad de La Laguna en los siglos XIX y XX. La investigación va de la ciudad de los muertos a la ciudad de los vivos. Primero cuenta la historia del cementerio y luego la historia de la ciudad nivariense desde la Guerra de Independencia (1808-1814) a los accidentes de los Rodeos (1956-1977), pasando por la Guerra Civil Española (1936-1939).

La primera persona que se enterró en el camposanto de La Laguna fue Juan Rodríguez Toste, el 4 de julio de 1814. Era una persona de orígenes humildes. Se prosiguió así la tradición de poner el nombre al cementerio de la primera persona que era enterrada.

El principal objetivo de esta investigación es resucitar la historia y entre las historias que se han rescatado del olvido destaca la de Santiago Cuadrado Díez, que el mismo día del Alzamiento que da inicio a la Guerra Civil Española, pierde a su hijo, víctima de un disparo, y es designado alcalde.

A través de sus 214 páginas se puede comprobar el paso de una sociedad eminentemente agraria a una sociedad urbana. Entre los numerosos personajes históricos que allí duermen el sueño de los justos podemos encontrar a Luis Florencio Román y Machado (circa 1755-1841), que participó en la Gesta de 1797; a Alfred Rensonnet y Rensonnet (1868-1921), que fue ingeniero director del primer tranvía de Tenerife, que se inauguró en 1901 y perduró hasta 1956; o a José Rodrigo Vallabriga (1876-1965), que proyectó numerosas obras en Canarias, sobresaliendo, la reforma de la Catedral de La Laguna (1905).

La historia no solo se escribe con alcaldes, militares o el estamento aristocrático sino también con el resto de la sociedad como lo demuestra el caso de las lavanderas de la fuente de Las Negras, lideradas por las hermanas Pérez, que emprendieron una reclamación contra Carlos Vega (juez municipal) al ser vulnerados sus derechos de lavar la ropa en un espacio público. También se hace referencia a aguadores, talabarteros (que elaboraban cinturones de cuero), traperos o boyeros (que conducían bueyes). Reflejando que la sociedad canaria del XIX y primera mitad del XX era eminentemente rural.

La investigación recupera un registro de elefantiásicos de 1853, que pone de manifiesto que La Laguna era una ciudad poco higiénica, donde existían enfermedades hoy consideradas tercermundistas.