Actualidad, humor, ironía y mucha calidad son algunas de las cualidades que distinguen a la veterana compañía catalana de teatro independiente Els Joglars, que visita de nuevo Tenerife, en concreto el Auditorio de El Sauzal, donde escenificará hoy, a partir de las 20:30 horas, la obra Señor Ruiseñor, una sátira en la que critican con humor el procés y el fanatismo que se vive en Cataluña.

Este grupo de actores, cuyos montajes siempre se han caracterizado por poner el dedo en la llaga de todas aquellas cuestiones políticas y sociales incómodas para el poder establecido, han echado mano en esta ocasión de un admirado personaje, el pintor catalán Santiago Rusiñol, "un destructor de fanáticos".

Ellos consideran a este polifacético artista un verdadero ejemplo de cosmopolitismo y civismo en su época, cuyo mundo no ha sido reemplazado en la Cataluña actual, para dar rienda suelta a esta pieza vilipendiada por algunos sectores de la sociedad catalana, en la que reivindican el arte como patria universal.

"Este espectáculo es puro teatro para conciencias libres, la misión que ha tenido siempre, que es poner con la máxima elegancia, gracia, belleza, inteligencia y malicia los tabúes de la sociedad. En Cataluña estamos viviendo un hecho dantesco y de delirio con el procés. Una mitad de la población, como mínimo, está por ese delirio propuesto por las elites, la de los cuatro por cuatro, una evolución de la mesocracia. No es que el pueblo haya pedido esto, sino que los de arriba le han engatusado. A través de tergiversar, de engañar, han creado esta situación que estamos viviendo. Contamos la historia que está pasando ahora a través del pintor Santiago Rusiñol", aseguró el actor y directora de Els Joglars, Ramón Fontserè.

La sátira es un modelo que ha definido muchos de los espectáculos de este colectivo heredado de Albert Boadella, que han tocado temas relacionados con el ejército, la iglesia, el ecologismo, la monarquía, el periodismo, el mercado común o políticos como Pujol, Felipe González o Maragall.

"Nuestro ADN es siempre poner en solfa los tabúes de la sociedad, poner el negro sobre el blanco, y lo hemos llevado a cabo con humor, ironía y tratando de que la gente reflexione sobre los temas que planteamos en el escenario, además de entretenerse, que se divierta y se ría", matizó.

La historia, en la que interviene media docena de actores, se centra en un jardinero que debe dejar el trabajo por culpa del reuma. Conseguirá un nuevo empleo en el Museo Rusiñol, donde hará el papel del pintor catalán en las visitas teatralizadas que se ofertan en el centro, que se transformará en el Museo de la Identidad.

Fontserè tiene muy claro que la sociedad es la principal fuente de inspiración en la que se sustentan sus montajes. "Siempre sacamos nuestros temas de la sociedad actual que nos rodea. Nos inspiramos en la realidad, que tiene mucha imaginación y fantasía. Es una fuente inagotable de inspiración. Luego combinamos la artesanía del oficio con la técnica más avanzada hasta construir un espectáculo".

También defendió la idea de que el teatro tiene que entretener, además hacer reflexionar al espectador de una manera inteligente, "con belleza, con gracia, pero también con malicia. A veces nuestro teatro es muy catártico, es más real que la vida real, aunque trabajamos con la ficción. Cumplimos una función social, higiénica, de sacralizar los tabúes de la sociedad".

Con respecto a la libertad de expresión en España, Boadella estuvo detenido durante ocho días en el año 1977 por la obra La Torna, destacó que suele ser contra temas que escandalizan, "pero siempre es una hipocresía, aunque depende de la manera en que están hechos, porque hay algunas que son muy soeces o muy vulgares. Eso tampoco importa, porque aunque sea soez se tiene que respetar".

Un asunto que preocupa al veterano actor catalán sobre la situación del teatro en el país es lo que tardan en pagar a las compañías profesionales sus actuaciones en determinados lugares, a pesar del mucho talento que existe en España.

"Hemos estado en Alicante, hemos ido a taquilla, a pelo, y aún no hemos cobrado. Eso que fuimos hace dos meses. Esto va en contra del teatro, porque nosotros generamos unos gastos -dietas, hoteles, viajes...- que tenemos que pagar por adelantado, y es un desembolso importante para la compañía. Somos once personas que vivimos de esto. Esto es hundir el teatro. Tendría que haber cierta sensibilidad a la hora de pagar, como ocurre en Zaragoza, donde te pagan al cabo de una semana. Eso es favorecer el teatro. Lo que no se puede hacer es poner palos en las ruedas, hay que favorecer a los grupos que puedan vivir con cierto desahogo".

Por último, a pesar de esta realidad, opinó que el teatro nunca va a morir. "El teatro siempre muere y nace constantemente, porque la gente agradece las actuaciones en directo".

Premios Max

Ramón Fontserè indicó que en la época de Boadella, que dirigió la compañía hasta 2012, decidieron no participar en los Premios Max. "Ahora hemos dicho que queremos volver, pero no pasamos ni de la preselección, lo que considero un honor. Pero no he acabado de saber quién da los premios, una cosa endogámica en la que se felicitan y se autoalaban".

Teatro versus televisión

El actual director de Els Joglar es de la época en la que existió Estudio 1, programa dramático producido por Televisión Española que se emitió entre los años 1965 y 1984 en el que se televisaba la representación de una obra de teatro. "Se intentó hacer ahora pero duró muy poco".

Reality show

Fontserè cree que ahora dominan los reality show. "Mola más la Pantoja en una isla, que parece que siempre sale de la cama; o esos que van en pelotas por el monte a ver lo que aguantan. Esas gilipolleces tan absurdas son las que parece que gustan al ser humano".