Más de 2.800 representaciones, ocho temporadas y casi un millón de espectadores avalan el éxito de la obra teatral Burundanga (El final de una banda). El actor Eloy Arenas habla sobre este espectáculo, que podrá verse este viernes y sábado, a partir de las 21:00 horas, en el Teatro Leal de La Laguna. "Este es un secreto mejor guardado que Juego de Tronos", bromea Arenas sobre el argumento de la comedia.

La obra de teatro con la que viene a Tenerife, Burundanga, ha conseguido seguir en cartel durante ocho años consecutivos. Todo un récord.

Ahora, a finales de este mes, cumpliremos ocho años. De hecho, la novena temporada comenzará a partir del día 20 de junio. Debutamos en 2011, cuando el movimiento del 15 M estaba instalado en la Puerta del Sol. Para que te hagas un poco la idea de ese paso del tiempo, el 15M y nosotros debutamos al mismo tiempo.

Ocho años no son tantos pero es increíble todas las cosas que han pasado en este país desde entonces. ¿No cree?

No son tantos años, no, yo tengo más (risas). La gente necesita un poco ese tipo de referencias para darse cuenta de ello, del paso del tiempo. Fíjate la cantidad de cosas que han pasado en España. Estamos hablando de Pablo Iglesias y la fundación de Podemos, antes de ir al teatro recuerdo que pasábamos por la Puerta del Sol para verlo todo.

Quizás el éxito es que Burundanga es que cuenta una historia, al menos en origen, bastante habitual: una chica se queda embarazada y no sabe cómo contárselo a su pareja.

El autor, Jordi Galcerán, que es un mago de la comedia, construyó una historia de amor, que es la verdadera historia. Una chica se enamora de un chico, ella se queda embarazada y no sabe si al chico le va a gustar porque ella lo que quiere es tener esa criatura. No sabe qué va a pasar con su relación. Es una estudiante de Arquitectura, alguien con un nivel de inteligencia bastante alto, y su compañera es una estudiante de Farmacia que le habla sobre escopolamina, que es uno de los excipientes de la Burundanga. Si la tomas no puedes mentir. Ella lo que hace es ponérsela a su novio en la bebida y a partir de ahí empieza la historia. ¿Qué pasará? ¿Qué le contará?

Qué peligrosa es la verdad sin filtros, ¿cierto?

La verdad es peligrosa siempre, sobre todo en los momentos en los que vivimos actualmente donde la gente toma partido siempre por algo, da lo mismo el qué. La verdad siempre es un inconveniente. Hace mucho tiempo un amigo me dijo: 'Eloy, te voy a decir la verdad'. Y yo le contesté: '¿pero yo qué te he hecho?'. Déjame que yo descubra mi propia verdad, además la verdad es siempre muy subjetiva. La verdad se puede entender siempre de muchísimas maneras aunque lo que no se puede decir es que un árbol no es un árbol, lo tocas y lo sabes. Ahora, lo que se plantea en la obra es lo que pasa cuando la gente utiliza ese mecanismo como un atajo. Creo que los temas de pareja deben ser resueltos con palabras, palabra de amor si es posible. En este caso concreto ella tiene dudas y su amiga, que la entiende y empatiza con ella, le dice que le administre un chupito de escopolamina para conseguir la verdad. A partir de ese minuto es cuando empieza a desarrollarse la historia: ¿qué le cuenta? ¿qué le está contando? No voy a desvelar nada pero en un momento determinado, cuando el otro está contando su verdad, le dice que es un activista de la banda terrorista ETA.

¿Cómo se actualiza, ocho años después, un discurso como ese vinculado con la historia de España?

Cuando estrenamos Burundanga la banda no se había disuelto ni muchísimo menos. Hizo un alto al fuego en el mes de noviembre, si no recuerdo mal. Pero seguimos haciendo la función igual porque sigue teniendo el mismo valor. Por ejemplo, mi personaje es un empresario catalán que ha sido un activista antifranquista allá por los años 70. Es un verso suelto dentro de la obra porque, de hecho, es el único que puede actualizar constantemente esta situación histórica. Eso hace que la función parezca que ha sido escrita hoy mismo.

¿Los actores son los mismos que en aquel estreno del Teatro Maravillas, allá por 2011?

Es muy difícil eso. El único personaje que se mantiene soy yo y alguno más. Es muy difícil mantenerlos. Yo siempre representaré ese antiguo activista antifranquista porque estoy en esa edad. Soy el único que puede mantener la edad y lo que hacen los empresarios y el director es contratar a actrices más jóvenes que son las que hacen esos personajes. Lo mismo hacen con otros dos actores. La verdad es que es difícil hablar de esta obra pero lo que sí que puedo decir que la primera expresión de la gente cuando la ve es decir 'cuánto me he reído'. Y lo segundo que hacen es coger el móvil para contárselo a sus amigos. No se puede hablar de ella de una manera profunda porque haces un spoiler tremendo. Este es un secreto mejor guardado que Juego de Tronos. Hay muchísimas, muchísimas sorpresas porque la obra está llena de giros. Hay un humor muy de situación donde la gente se ríe simplemente por la situación que se ha creado, por ejemplo. Hay otro humor más textual, donde se ríen por las palabras que decimos. Esa es la sensación que tiene la gente cuando lo ve. Burundanga es una sauna de risas, tú te metes en una sauna turca y sales muy bien y esto pasa también aquí, te pasas riendo durante 100 minutos sin parar. Los acontecimientos y el ritmo son tan fuertes, tan enormes, que el espectador no puede hacer otra cosa que respirar y reír, respirar y reír.

Realmente, el secreto de la permanencia quizás sea entonces el humor. Porque el humor es inmortal.

El humor es una necesidad del ser humano, desde mi punto de vista, que siempre es muy discutible. El humor es un mecanismo que utilizamos contra la muerte. En el fondo, en el subconsciente, estamos diciendo: tú vas a ganar la guerra pero yo voy a ganar todas las putas batallas.

¿El humor nos acerca a la inmortalidad?

Claro. Lo que pasa es que es una inmortalidad temporal. De esto se trata porque el exceso de trascendencia te lleva directamente a la melancolía o a la tristeza, a la desesperación. La vida es una tragedia, la tragedia es la incapacidad de cambiar tu destino y ante esa incapacidad mientras la vida se vive, hay que vivirla. El mecanismo de la risa es tan necesario como ver una obra de arte en un museo o escuchar una música maravillosa. Es lo que nos diferencia de los demás seres que pueblan este planeta.

Madrid tiene mucho músculo teatral, es la segunda capital europea en número de producciones teatrales y musicales. ¿Cuesta traer estas obras a Canarias?

Ir a Canarias siempre es un regalo, a lo largo de mi carrera he ido constantemente a las Islas y no solo a actuar sino a pasármelo bien, en todas las épocas del año. Para los actores es un regalo, vamos a un lugar extraordinario donde tenéis un acento maravilloso. En este país que juega tanto con los acentos, a mí me gusta tanto oírlos, oír acentos distintos, comidas distintas, sabores distintos, climas distintos. Es un regalo. Claro que van, van las mejores obras que hay en la Península y nosotros estamos deseando llegar porque estamos convencidos de que va a ser un éxito. Vamos a empatizar en esa necesidad que tenemos de reírnos. Vamos a reírnos con causa justificada a través de una historia que nos va a llegar a todos de una manera o de otra.