El consumo de lácteos reduce el riesgo de alteraciones metabólicas asociadas a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardivasculares y diabetes, según una revisión sistemática y metaanálisis realizada por investigadores del Ciberobn de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona), y publicada en la revista especializada Advances in Nutrition.

El objetivo de la revisión era evaluar si el consumo de los diferentes tipos de producto lácteos (leche, yogur y queso) se asocian con el síndrome metabólico (SM), una agrupación de factores de riesgo cardiovasculares (obesidad abdominal, tensión arterial elevada, aumento del azúcar en la sangre, colesterol HDL bajo y niveles elevados de triglicéridos en sangre) que se relacionan con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y diabetes.

Tras una búsqueda de casi 3.000 artículos, los científicos comprobaron que aquellas personas que consumían más productos lácteos, leche y yogur, comparadas con las que consumían menos o no consumían, tenían un menor riesgo de desarrollar síndrome metabólico, especialmente si estos eran bajos en grasa. Asimismo, durante los análisis estadísticos, se hizo un estudio de dosis respuesta para comprobar si a más consumo de lácteos hay más protección, observando que el consumo de un yogur al día se asociaba con un 27% menor riesgo de padecer síndrome metabólico. Además, revela que el consumo de lácteos enteros no está asociado con el riesgo de sufrir la enfermedad.

"Nuestros resultados con respecto al total de productos lácteos están en línea con los de los dos metaanálisis anteriores, incluso incluyendo los nuevos estudios publicados, y respaldan nuestra hipótesis de que el consumo de productos lácteos está asociado de manera inversa con el riesgo de metabolismo", argumentan los autores del estudio en el artículo que publica Advances in Nutrition.

"Este estudio llega a la misma conclusión que los anteriores, pero a diferencia de los dos anteriores, esta ha sido ajustada en función de parámetros confusores como la edad, el sexo, el tipo de dieta y patrones tóxicos (tabaco y alcohol)", afirma la doctora en Farmacia y nutricionista Amil Viéitez. Según la especialista, el estudio también echa abajo algunas falsas creencias sobre los lácteos: "Desmiente el falso mito de que los lácteos enteros engordan y que aumentan el riesgo cardiovascular".

Según la nutricionista, este nuevo metaanálisis constata que los lácteos son productos beneficiosos para la salud. "La principal conclusión es que la ingesta de lácteos, dentro de una dieta sana y equilibrada como es la mediterránea, tiene importantes beneficios para la salud, especialmente los productos fermentados, como el yogur y el queso", expone.

Según el estudio, los efectos metabólicos potencialmente beneficiosos de los lácteos se deben a algunos de los componentes que contienen. En este sentido, Viéitez detalla que los péptidos bioactivos reducen la tensión arterial, la glucemia y equilibran la saciedad, por lo que favorecen a una menor ingesta calórica y un peso saludable; el calcio reduce la absorción de las grasas de los lácteos al formar "jabones líquidos insolubles" con los ácidos grasos saturados, reduce los triglicéridos, el colesterol LDL y la tensión, mientras que los ácidos grasos mejoran los niveles de HDL y la sensibilidad a la insulina.

A estos efectos protectores, los lácteos fermentados suman los probióticos, que mejoran la sensibilidad a la insulina, reducen los niveles de inflamación, aumentan la concentración de ácidos grasos de cadena corta como el butirato al favorecer la fermentación de la fibra, por lo que reduce el riesgo de cáncer de colon y de trastornos intestinales; y la manequiona, que también mejoran la sensibilidad a la insulina.