Tras cautivar al público que acudió al Gran Canaria Arena el pasado viernes, el cantautor, músico, compositor y productor discográfico Andrés Calamaro aterrizó ayer en Tenerife dispuesto a desplegar sobre el escenario del Pabellón Santiago Martín toda su experiencia fruto de una larga trayectoria, que incluye su época argentina con Los Abuelos de la Nada y la española con Los Rodríguez.

Ante unos 3.000 espectadores en La Laguna, y dentro del Festival Mar Abierto, surgió poco después de las 21:00 horas acompañado de sus músicos dispuesto a Cargar la suerte -título de su último álbum- a través de un recorrido musical por sus temas clásicos intercalados con los más recientes, evocando nostalgias y propiciando nuevas fidelidades a punto de cumplir los 58 años.

El viaje, que despegó con unas palabras dedicadas a su país por el aniversario de la revolución del 25 de mayo, arrancó musicalmente con Alta suciedad -tema que abría su primer álbum tras separarse de los Rodríguez y que es el segundo más vendido del rock argentino-, para a continuación conocer sus Verdades afiladas en un vuelo que tuvo varias paradas en su trayecto, con el saludo torero al tendido tinerfeño, que coreó su nombre y bailó al ritmo enérgico de un artista que demoró casi una hora sus primeras palabras dirigidas a sus seguidores, con el recuerdo especial a la primera vez que estuvo en el archipiélago con 30 años, o el punto cubano dedicado a las islas, que le han embrujado, dijo. Y bebiendo mate, que compartió con los miembros de la banda, prosiguió una aventura que trascendió patrias para unir océanos.