Rocas que se mueven, violentos gigantes, esqueletos que combaten, amor y numerosas aventuras fantásticas pobladas de míticos seres son los principales ingredientes del poema épico que se gestó en torno a la leyenda de Jasón, los argonautas y la búsqueda del vellocino de oro.

Este mito, que se forjó durante el periodo minoico, unos dos mil años a. C, y que luego fue reescrito en el siglo III a.C. por Apolonio de Rodas con el título Argonáuticas, centrará la ponencia que presenta hoy el profesor de latín y griego Francisco Santana Santos con motivo de la clausura del VI Ciclo de Clásicas Tertulias, a partir de las 20:30 horas, en la sala de Cristal del antiguo Convento de Santo Domingo de La Laguna.

El conferenciante, miembro del grupo humorístico Piedra Pómez, comentó que cuando Jasón decidió emprender el viaje para conseguir el vellocino de oro no sabía los riesgos que iba a correr hasta llegar a Cólquide, en el Mar Negro, la actual Georgia, situada en los confines del mundo conocido en aquella época.

Para realizar la travesía, en la que acompañaron al pretendiente rey singulares marineros (argonautas), entre ellos personajes y héroes míticos como Hércules y Orfeo, fabricaron la nave Argo, que al parecer unos carpinteros de ribera griegos están reconstruyendo en la actualidad con técnicas propias del siglo XIV a. C., explicó Santana. Apolonio de Rodas decidió que Jasón lograra su objetivo, además de convertir en su esposa a Medea, una especie de maga hechicera.

Para Santana, la historia que se narra en Argonáuticas se basa en hechos que sucedieron en aquel periodo, en el que ya había una serie de rutas abiertas en el Mar Egeo por los griegos hacia oriente, como a Troya.

"También existen reminiscencias del mito del vellocino, una piel de oro que tiene propiedades mágicas. Parece que hay algunas leyendas que la arqueología ha demostrado su posible origen. Se han encontrado evidencias de que había un método de minería de recogida de oro en el que se utilizaban pieles como un especie de diques para filtrar arenas auríferas que traían las aguas de un río en esta zona de Georgia, pieles que se cubrían de oro. Esto configuró una reminiscencia lejana".

Desde su punto de vista, la historia que se relata en Jasón y los argonautas está basaba en ecos de viajes de cabotaje que se hacían por el Mediterráneo, expediciones que se transmitían de forma oral y se fueron deformando y añadiendo aventuras por parte de los poetas.

"El mito de Jasón y los argonautas, como otros, estuvo en el olvido hasta que Apolonio de Rodas lo recuperó y reescribió. Es la única versión escrita que tenemos de esta leyenda, aunque luego Valerio Flaco escribió otra Argonáuticas. En el fondo es un cuento popular sobre el que hay diferentes interpretaciones".

Algunos consideran que Jasón va a buscar la realeza porque el oro es el símbolo de los reyes, otros dicen que es una prueba para demostrar la hombría y capacidad para asumir el trono; en cambio hay quienes se inclinan por defender que es la narración aventurera y pintoresca de los viajes a Oriente de los griegos pensando en la búsqueda de oro, una especie de fiebre del oro.

"Pienso que puede haber algo de todo esto, pero estamos hablando de un poeta y un mito reelaborado por un escritor que lo enriquece con diferentes florituras. Hay episodios complicados, como cuando se suma Hércules o aparece Orfeo. Todo está basado en la experiencia viajera y colonizadora de la zona, pero adaptados a la mitología. Todas estas cosas se cuentan con el fin de entretener", matizó.

Esta novela de aventuras y viajes de la época que describe está repleta de fantasías en las que su autor mezcla todos estos recursos a su antojo, personajes, mitos, monstruos, naufragios, leyendas y acontecimientos que combina con suma erudición y mucha imaginación.

"Al final es una mitificación de un viaje que lo han adornado con un montón de elementos fantásticos para atraer la atención de la gente. Es como la novela de aventuras que surge en esa misma época, pero con otro matiz. Es una poema épico de un viaje, escrito en verso, en hexámetros, como la Iliada y la Odisea, que también tiene una historia de amor", indicó.

Por último, Francisco Santana tiene muy claro que lo que se cuenta en Argonáuticas por parte de Aquilino de Rodas no tiene nada que ver con la realidad.

"Creo que lo hace en base a escritos y narraciones que pudo conocer, porque estuvo en la biblioteca de Alejandría, que tendría en ese momento un montón de obras y recursos que luego se quemaron con la llegada de los romanos. Seguramente, se nutrió e investigó esa documentación y aprovechó las historias anteriores que estaban en el imaginario cultural de la época".