Fran Baraja abre hoy el teatro Leal de La Laguna para recorrer con el público la Calle Teatro, un paseo musical que abarca sus últimos diez años, con temas que se alojan en la memoria y con los que el cantautor se siente cómodo. Será a partir de las 20:30 horas, con un montaje diseñado por Laboratorio Escénico SL y dirigido por Jonatan Rodríguez, creador y director artístico de la compañía Pieles, que incluye cambios de formación, partes cantadas y otras recitadas y diversos ambientes, "casi, casi como los conciertos de Beyoncé pero sin Beyoncé", bromea el lagunero antes de asegurar a El Día que si hay que ponerse tacones, se los pone por el bien del espectáculo.

Con 25 años a sus espaldas en la música, no esconde en ningún momento que proviene de la calle, al igual que los miembros de su banda. "Recuerdo cuando no había ningún grupo sino nosotros, eran momentos duros, con condiciones un poco perras y éramos mal mirados, pero con el tiempo hemos conseguido que la gente nos acepte y que nos trate con cariño, hasta el punto de que nos ven como un elemento más de la ciudad", refiere sobre una forma de difundir la música que les permitió aprender y "echar tablas".

Sus comienzos fueron tempranos en agrupaciones folclóricas, para más tarde diluirse y pasar a tocar versiones de rock al bajo, hasta que un día se lanzó a componer y seis discos después lo sitúan hoy vendiendo el séptimo, que recopila el audio del espectáculo que ofrecerá en el Leal, una banda sonora grabada previamente en directo, "sin metrónomo, todos metidos en un cuarto interpretando el show de principio a final, y sin editar", explica, lo que le confiere "una energía que no se encuentra en otras creaciones donde la música queda plastificada por la tecnología".

La formación actual incorpora a Edelisa Gómez al violín (la más antigua), Rayco Mejías (timple), Matías Reverb (guitarras), Pablo González (teclado y acordeón) y Fernando Angulo (batería y percusión), todos conocedores de la calle lagunera, y "en el espectáculo se nota", apunta Baraja (bajo, guitarra, timple y voz), que los incorporó a su proyecto después de pasar por delante e invitarlos con un simple "¿Tienes algo que hacer?".

Tras la ruptura con La Banda Reparte (con la que estuvo de 2009 a 2013 y que materializó en un concierto en el Aguere Espacio Cultural), inició un nuevo ciclo con Parranda Blues Band, con la que editó Parranda power (2014), un disco de versiones de folclore canario pero con su particular toque de rock, swing, incluso ritmos balcánicos y un romance gomero al estilo hip hop, que les concedió un gran impulso para extender sus ritmos por las Islas.

Perversión canalla (2016), aunque siguió la onda del anterior, supuso un cambio de concepto al tratarse de 5 temas propios, "más personal", línea que mantuvo en Mago (2018), que sitúa dentro del folk "pero no el celta", sino tamizado por su visión particular que le ha dado la experiencia y el estudio de la tradición musical de diversas partes del mundo, sin olvidar las raíces canarias.