La especialidad del western constituye un género cinematográfico netamente norteamericano. No solo hunde sus raíces en la esencia misma de la creación de los Estados Unidos, sino que vehicula buena parte de sus señas de identidad. Sin embargo, The Sisters Brothers es un largometraje de nacionalidad francesa cuyo título original, pese a estar rodado en inglés, es Les frères Sisters y está dirigido por el también galo Jacques Audiard, realizador muy conocido gracias a títulos como Dheepan, Un profeta o De óxido y hueso. Este cineasta cuenta en su haber con dos BAFTA británicos, tres premios del Festival de Cannes y nada menos que diez César de su Francia natal. Por lo tanto, es considerado todo un icono en el país vecino, si bien en esta ocasión se ha atrevido con una historia del Oeste aparentemente muy alejada de su cultura e idiosincrasia, demostrando que el lenguaje del cine carece de fronteras y que el talento no conoce límites artísticos.

El largometraje no revela ninguna carencia ni ofrece escenas fuera de lugar. Su origen europeo, pues, no desentona ni evita ser calificado como una buena película de vaqueros de mitades del siglo XIX, época de consolidación del territorio estadounidense. Se nota que Audiard ha asimilado a la perfección la naturaleza de un género que exige para su disfrute ser aficionado a él ya que, si no se empatiza con este tipo de films, su estética y la violencia que contiene pueden resultar disonantes, pese a que la recreación sea creíble y los personajes se hallen correctamente perfilados.

En plena efervescencia de la denominada "fiebre del oro", dos hermanos desarrollan sus existencias en un mundo salvaje y hostil. Son asesinos a sueldo con numerosas muertes a sus espaldas, tanto de criminales como de inocentes y, aunque ambos asumen el papel que les ha tocado vivir, las afrontan desde perspectivas diferentes. El pequeño evita cualquier planteamiento más allá de sus fechorías, mientras que el mayor sueña con llevar una vida normal. En esta tesitura los dos son contratados de nuevo para matar a un buscador del preciado metal, pero esta vez el viaje pondrá a prueba su vínculo fraternal.

Sobre la base de unas sólidas interpretaciones se va construyendo una reflexión sobre el amor y los vínculos familiares mientras, paralelamente, se visualizan con toda crudeza unos tiempos delirantes y maquiavélicos. El principal acierto de la cinta es combinar unos elementos líricos y sentimentales con otros centrados en las miserias humanas, denotando la sobrada capacidad de Audiard para transmitir contenidos de interés en lo que es otra vuelta de tuerca para reforzar su reputación profesional y su ya sólida carrera. Con The Sisters Brothers ha recibido el César al mejor director (el filme, otros tres premios más) y el León de Plata de Venecia al mejor realizador.

Gran responsabilidad de los méritos de este proyecto recae también en el apartado interpretativo, personificado en Joaquin Phoenix y John C. Reilly. Phoenix dispone de una habilidad innata para meterse en la piel de depravados sin escrúpulos pero, simultáneamente, mostrar una notable ternura. Sus trabajos en En la cuerda floja, Gladiator, The Master, Her o Two Lovers evidencian sus cualidades para desempeñar personajes inadaptados, violentos y también sensibles. Una rara avis que termina por confundir al público sobre hasta qué punto interpreta o hasta qué punto es así (el rodaje de En realidad, nunca estuviste aquí da buena prueba de ello). Reilly es más proclive a abordar papeles con rasgos cómicos, como los de Chicago, El aviador, Un dios salvaje o la reciente de El Gordo y el Flaco. Actor versátil, nunca desentona en un reparto. Les acompañan Jake Gyllenhaal (Zodiac, Prisioneros, Brokeback Mountain) y el legendario Rutger Hauer, que pasará a la Historia del Séptimo Arte por su replicante de Blade Runner y que también ha participado en Lady Halcón o Batman Begins.

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