Airam Hernández (Tenerife, 1983) debutó este viernes en Estados Unidos. El joven tenor da vida a Fenton en la última ópera de Giuseppe Verdi, Falstaff. El tenor canario se estrena también en la compañía estadounidense y en la Ópera de Dallas, el mismo escenario donde antes hicieron lo propio voces inolvidables como la de Montserrat Caballé. Además, sorprende asegurando que en breve puede que se le vea actuando en Tenerife. "Haré una ópera que aún no puedo adelantar", asegura. El espectáculo, basado en la obra de William Shakespeare, se pondrá en escena de nuevo en Dallas hoy, el miércoles y el próximo sábado.

Debuta en la Ópera de Dallas, un hito en su carrera. ¿El concepto de la ópera en Estados Unidos es distinto al europeo?

Sí, es mi debut en la Ópera de Dallas y de hecho, es también mi debut en Estados Unidos. El concepto de ópera es el mismo. La ópera es la ópera pero lo que sí que es cierto es que aquí los teatros son muchísimo más grandes, con mayor capacidad. Y, obviamente, para el cantante es un hándicap. No es lo mismo cantar en esos típicos teatros pequeños de Europa donde la acústica ayuda al cantante que cantar en un teatro monumental con capacidad para más de 2.000 personas.

Realmente es casi como cantar en un estadio. ¿Hay algún truco para afrontar un reto así?

Creo que si tienes una buena técnica que te permite proyectar bien la voz, no te tienes que preocupar. Tu voz va a salir y va a llegar a la audiencia.

¿El público americano es quizás distinto?

La verdad es no te lo puedo asegurar aún, pero sí que es cierto que antes de comenzar los ensayos fui a ver una función de La Boheme y el público de Dallas me pareció bastante entusiasta, entregado. Me dio la sensación de que iban allí a disfrutar.

Dallas es un recinto donde han actuado grandes de la lírica española como Caballé o Plácido Domingo...

Exacto. Estoy súper contento de hacer mi debut en la Ópera de Dallas precisamente porque grandes como Teresa Berganza, Caballé o Plácido -y otros tantos que no son españoles- han hecho su debut estadounidense aquí. Fíjate cómo les ha ido a ellos. Espero que debutar en Dallas sea algo premonitorio y tener la misma suerte, poder entablar una relación así con los teatros estadounidenses. Me hace mucha ilusión pensar que hago mi debut en este teatro, donde se me ha tratado tan bien. Tienen una gran disciplina, son personas muy serias en el trabajo y cuidan mucho al cantante.

¿Qué puede adelantar de este montaje de Falstaff?

Es un montaje que se hizo ya en Los Ángeles. El director de escena lamentablemente falleció y ha tomado las riendas la directora Shawna Lucey. Es una puesta en escena bastante clásica con módulos escénicos que se van moviendo y eso facilita cambios rápidos. Una particularidad es que en el tercer acto aparece un gran árbol en escena y yo canto mi aria sobre él.

¿Sobre un árbol? Espero que no sea peligroso...

Al principio sí que era complicado porque la idea es que yo estuviera de pie sobre una rama. Pero por estrategia decidimos que finalmente estuviera sentado. Era una gran dificultad cantar así un aria tan delicada, donde necesitas un buen fiato para hacer esas frases largas tan preciosistas. No obstante, después de dos o tres ensayos ya lo tengo dominado. Va a ser un efecto súper bonito, se abre el telón, se ve la silueta del árbol y yo tumbado sobre él. La imagen es preciosa.

Es una ópera con unos impresionantes duetos, ¿verdad?

Digamos que lo que rompe un poco con la historia, con la locura, son los pequeños duetos entre Nannetta y Fenton. Están enamorados. Es un dueto fraccionado, con tanta fluidez que los dos cantantes se hacen uno. Hay dúos entre otros personajes durante la ópera, pero son estos dos personajes los que protagonizan el típico dueto de amor. El resto todo es una sátira, es una opera bufa.

¿Y quién el acompaña en el elenco?

Tenemos un cast brutal. Todos los personajes son maravillosos. Angela Meade como Alice, una soprano de hermosa voz y un referente internacional. Quinn Kelsey como Ford, un barítono que está cantando en teatros como el Met de Nueva York y en la Scala de Milán. Son todas voces contundentes, con una técnica incuestionable. Tenemos también un Falstaff maravilloso, que es Mark Delavan. Todos son un lujo. Es un cast hecho a medida para esta ópera y curiosamente habría que destacar que es la primera vez que se hace Falstaff en la Ópera de Dallas.

Háblenos sobre Fenton, su personaje.

Curiosamente es un personaje que pareciera no encajar dentro de esta ópera bufa. Creo que, junto a Nannetta, aporta la jovialidad y el romanticismo que se contraponen al amor caricaturizado del resto de personajes. Digamos que en la historia de intrigas, engaños y de artes amatorias rancias, la pequeña historia de amor entre estos jóvenes es un soplo de aire fresco.

¿Y vocalmente tiene un registro complicado para usted?

No, realmente no. Prácticamente toda la parte de Fenton se mantiene en el registro central con algún agudo esporádico.

Esto le permite, imagino, disfrutar esta experiencia al máximo...

Estoy encantadísimo. He tenido la suerte de trabajar con Riccardo Frizza, que es un director reconocido a nivel internacional y que domina este repertorio. Me ha dado muchísimos tips para construir mi personaje, al igual que las directrices de la directora de escena. Siempre que debuto un papel trato de asesorarme y buscar inspiración en otros cantantes, pero sobre todo escuchar al maestro. El trabajo con Riccardo ha sido muy fluido y me he entendido muy bien con él.

Lo último que ha hecho antes de Estados Unidos fue en Amsterdam, ¿no es cierto?

Sí. La verdad es que estoy haciendo una carrera internacional que me ha permitido conocer distintos teatros del mundo. No me gusta cerrarme a ningún mercado; me gusta explorar nuevos teatros, diferentes públicos. Lo último que hice fue Caruso a Cuba en Amsterdam, y para mí ha sido todo un honor poner voz a uno de los tenores más míticos de la historia. Tuvimos una gran acogida por el público y la crítica. No es tan fácil que una ópera contemporánea sea tan aceptada como lo ha sido esta. No me puedo quejar, fue un momento muy importante en mi carrera.

¿Y de regreso desde Dallas hacia dónde va?

Participaré en la Opern Gala de la Deutsche AIDS-Stiftung en Bonn, y después de eso iré al Auditorio Nacional de Madrid a cantar la Messa di Gloria de Mascagni con Víctor Pablo Pérez. Lo siguiente que tengo ya es en la próxima temporada. Inauguro la temporada de Toulouse con el Pollione de Norma, que va a ser un debut importante. Es un rol muy exigente vocalmente. Mi voz se está desarrollando hacia ese repertorio y va a ser un reto súper importante para mí y para mi carrera. Seguidamente haré Alfredo de La Traviata en La Fenice de Venecia, Fernando de Doña Francisquita en el Liceu de Barcelona y Nemorino de L'elisir d'amore en Verona. En el repertorio sinfónico y oratorio, cantaré Elías de Mendelssohn en Tenerife, la sinfonía Fausto de Liszt con la Staatskapelle Weimar y el Te Deum de Berlioz en el Auditorio Nacional de Madrid. Además, el próximo año finalmente debutaré el Rodolfo de La Boheme en Menorca y repetiré experiencia interpretando Sardanapalo de Liszt en Budapest. Habrá alguna sorpresilla más que aún no puedo adelantar.

¿Y en medio de todos esos debuts tendrá tiempo para visitarnos?

Siempre que puedo viajo a Tenerife. De hecho, para prepararme bien la próxima temporada iré en julio y mitad de agosto. Me gusta estar con mi familia y amigos todo el tiempo que me es posible.

Y en medio de esa agenda internacional, ¿será posible verle actuando en las Islas?

No está tan complicado (risas). Haré una ópera que aún no puedo adelantar en la temporada 2020/2021 en Ópera de Tenerife y algún otro concierto el próximo año. Como he comentado anteriormente en otros medios, a título personal tengo la suerte de que Ópera de Tenerife haya contado y siga contando conmigo para sus temporadas, a pesar de que desafortunadamente para esta nueva temporada no pudiera aceptar algunas propuestas que me habían hecho. Sería todo un honor poder cantar pronto en la Ópera de Las Palmas, donde tantos compañeros de profesión han tenido el placer de pisar sus tablas.

Jorge de León, Celso Albelo, Davinia Rodríguez, estamos ante una de las mejores generaciones de intérpretes líricos de la historia nacidos en Canarias...

Le digo la verdad, yo creo que está saliendo muchísima gente ahora y se está dando a conocer, pero en realidad generaciones potentes ha habido desde hace años.

¿Por qué será que las Islas dan cantantes tan buenos?

Tiene que ver con algo innato, algo natural, un buen material que debe ser explotado. En mi opinión creo que tiene mucho que ver con la facilidad que tenemos los artistas canarios en general para acceder a la música. Lo mamas desde que eres pequeño. Por poner un ejemplo, recuerdo que la primera vez que me subí al escenario tenía solo tres años.