Apartada de las calles más ruidosas de la ciudad. Escondida pero no oculta, que aunque son sinónimos y pueden significar lo mismo, se distingue el marco de color morado que anuncia el escaparate de la Librería de Mujeres que gestiona desde hace nueve años Izaskun Legarza Negrín en un pequeño local ubicado en la calle Sabino Berthelot de la capital tinerfeña. No llega a ser igual, pero la sensación que invade a un lector cuando entras en este negocio literario se aproxima al universo cinematográfico que gira en torno al librero William Thacker (Hugh Grant) y a la larguirucha actriz Ana Scott (Julia Roberts) en algunos de los fotogramas de Notting Hill.

La mirada un peatón se clava en las portadas de Las confesiones del señor Harrison (Elizabeth Gaskell), en los tonos cremas que anuncian Diarios de Grasmere y Alfoxden 1798-1803 (Dorothy Wordsworth), en una Antología de poetas españoles... No termina de decidirse, pero finalmente traspasa el umbral de una puerta de la que cuelga uno de esos letreros quitamiedos "Léelas sin miedo". El señor "sin nombre" termina sosteniendo entre sus manos una cuidada y elegante versión de Cumbres Borrascosas (Emily Bronte) que ha observado en silencio a través de la cristalera. Eso, un muro transparente, es lo que separaba su curiosidad de uno de los títulos que conforman el "escaparate de primavera" que la Librería de Mujeres dedica a Alba Editorial, una aventura empresarial-literaria que suma dos décadas y media de existencia.

Casi medio centenar de opciones conforman el itinerario que el sello catalán ha trazado en torno a seis bloques (Ficción, No ficción, Guías del escritor, Poesía, Bolsillo, Alba Papelería / Descargas) que Izaskun Lergaza Negrín, gestora de la Librería de Mujeres, define con tres pinceladas. "Su oferta literaria es equilibrada, la relación calidad-precio es interesante y, sobre todo, está realizando buenas traducciones". Alrededor del último punto se genera un intercambio de impresiones más amplio. "Está retraducciendo grandes títulos que en su momento se adaptaron al castellano de una manera muy churrera", destaca la librera sobre el exhaustivo trabajo que hoy realiza Alba Editorial. "La gente quiere que el producto sea bueno y se ha dado cuenta que detrás de estos libros existe un equipo de traductores bueno y, sobre todo, muy joven... Eso siempre está muy bien valorado por un público especializado que busca ese puntito de distinción".

Pero una vez se ha asegurado un buen contenido, otro de los aspectos que también destaca esta profesional del negocio literario -en la actualidad trabaja con medio centenar de editoriales- está conectado con el diseño y la utilización de buenos materiales. "Hay un libro de Jane Austen que tiene unos grabados magníficos", avanza sobre un asunto que hoy en día resulta clave para un buen lector: "Las formas de leer están cambiando, pero la persona que disfruta ese momento sigue invirtiendo una parte de su dinero con lógica y con unos criterios de selección muy particulares. Vamos, que si ve algo que le gusta y se ajusta a su economía doméstica lo paga sin excesivos miramientos. Alba Editorial, en ese sentido, cuida esos cánones comerciales".

Varias delicatessen y algunas que otras "Rara Avis" se intercalan en una conversación en la que aparecen los nombres de narradores asiáticos y británicos que tomaron en un primer momento el mercado estadounidense. "Alba los está introduciendo de una manera acertada en España. Son unas apuestas con cierto riesgo que suelen dar buenos resultados, es decir, lo que te quita una te lo da la otra...". Pero a través del cristal también se filtran las portadas de las colecciones "Pequeño & Grande" y "Pequeños Grandes Gestos". "Es un universo sin fronteras dirigido al mundo infantil y juvenil", destaca Izaskun.