El Viernes Santo, que conmemora la muerte de Jesús de Nazaret en la cruz, es uno de los días más sagrados del cristianismo. Y para recordar el sufrimiento del Mesías durante la Pasión, la Iglesia Católica, además de los actos religiosos propios de la fecha, marca ciertas pautas de comportamiento para los fieles.

Según el Código de Derecho Canónico, como destaca la Conferencia Episcopal Española en su página web, el Viernes Santo los cristianos deben guardar ayuno y abstenerse de comer de carne.

La norma de la abstinencia obliga a todos los que han cumplido 14 años, mientras que el ayuno deben asumirlo los mayores de edad y hasta que hayan cumplido 59 años.

Realmente, el Código de Derecho Canónico establece que todos los viernes del año, "a no ser que coincidan con una solemnidad", son días penitenciales, así como la Cuaresma. En estos días debe guardarse ambas reglas, aunque hay una diferencia: durante los viernes del año la abstinencia de carne puede sustituirse por la lectura de la Sagrada Escritura, la limosna y otras obras de caridad, obras de piedad o "mortificaciones corporales". En Cuaresma, sin embargo, la abstinencia de carnes no puede ser sustituida por ninguna otra práctica.

En todo, caso, la Conferencia Episcopal Española se encarga de subrayar que el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo "se guardarán ayuno y abstinencia".

Al margen de "los días que coincidan con una solemnidad", el deber de la abstinencia de carnes tampoco se aplicará los viernes si se ha obtenido la "legítima dispensa".

Ayuno

El ayuno consiste en hacer una sola comida al día, aunque no está prohibido "tomar algo de alimento" por la mañana o por la noche, guardando "las legítimas costumbres respecto a la cantidad y calidad de los alimentos".

¿Por qué la Iglesia prohíbe comer carne el Viernes Santo?

La Iglesia Católica señala que la carne representa el cuerpo de Cristo crucificado. Los cristianos que siguen estas reglas sustituyen habitualmente la carne por pescado para cumplir con las Sagradas Escrituras. El evangelio de Juan (21:5) dice: "Entonces Jesús les dijo: Hijos, ¿acaso tenéis algún pescado? Le respondieron: No". De esta forma se pretende honrar los deseos de Jesús en vida.