Han sido más de dos años y medio de concienzudo trabajo, de un constante ir y venir, subir y bajar, sentir y soñar... La cantante y compositora Fabiola Socas no duda al considerar este CD-libro, titulado "Álbum de recuerdos" y que hoy se presenta en público, a partir de las 20:30 horas en la Sociedad Centro Icodense del municipio norteño, como la obra "más importante de cuantas haya realizado a lo largo de mi vida", y en la que ha conjugado lo profesional con el plano más íntimo y personal.

Lo verdaderamente trascendente, esa melodía que late dando cuerpo a la música y sentido al cómo se dicen las letras del total de 18 temas que componen esta obra, envuelve un sinfín de vivos recuerdos, arracimados en el alma y que la memoria ha sabido custodiar con mimo y celo.

A lo largo de la conversación telefónica, acompasada por un tono de chispeante alegría y un limpio y claro fraseo, Fabiola Socas se refiere a sus padres y entonces le brilla el corazón de otra manera: "Me han dejado el bien más preciado: el legado de la vida y la posibilidad de vivirla junto a ellos". Fue por esa poderosa razón que consideró que había llegado el momento de entregarles un tributo personal, que ha ido modelando en forma de disco-libro y para ella supone la mejor manera de "devolverles algo", al menos un poco de tanto como le han dado, confiesa.

A Fabiola la guía el propósito de que su padre, Carmelo Socas, reconocido cantador y solista del mítico grupo Los Chincanayros, perviva y se proyecte hacia el futuro a través de la voz y la palabra. Para ello se ha valido de la magia que encierra la música, de ese magnífico y excepcional instrumento que posee la virtud de perpetuar los sentimientos en el tiempo y que ahora, entre sus manos, suena como herencia para las generaciones futuras: un regalo único.

Aunque lo habitual sea verla como protagonista, Fabiola Socas se viste en esta oportunidad con los roles de coproducción, las tareas de edición más acompañamiento.

Y descubre la figura de su padre desprendiendo un enorme cariño. "Bajo la apariencia de una persona aparentemente seria habita un tipo con un sentido del humor maravilloso", mientras de sus condiciones vocales refiere que "su voz tiene la tesitura de un barítono, tirando a bajo", y pese a no tratarse de un virtuoso, sostiene que llegado a la madurez, lejos de servirse del habitual recurso de chillar y forzar para hacerse oír, "el timbre de su canto transmite una gran serenidad".

Sobre el contenido de este trabajo, Fabiola Socas pone por delante que Canarias es "tierra mestiza", una condición que asoma también en el disco, con típicos sones venezolanos, de Argentina y Uruguay, México o Portugal, canciones que Carmelo Socas interpretó con Los Chincanayros y señalan la vida familiar.

El libro se divide en tres partes, cada una de ellas con su correspondiente prólogo. El primero, obra de Miguel Ángel Linares, director del Conservatorio; el segundo, de las tías de Fabiola y, el último, con el sello del propio Carmelo Socas.

Cada uno de los temas se acompaña de un texto, junto a fotografías de familia y amigos, que contextualizan y personalizan el conjunto de las canciones.

La voz y el alma de una vida.

Fabiola

Socas

cantante y compositora

"Álbum de recuerdos"

En el CD-libro "Álbum de recuerdos", dedicado a la memoria de Pepe Floro, miembro de Los Chincanayros, han colaborado artistas como María Mérida, Alain Pérez, Olga y José Manuel Ramos, Luis Mañero, Domingo Luis Rodríguez Oramas "El Colorao", Juan Carlos Pérez Brito y Candelaria Alonso Luis, entre otros. En la labor de coproducción, además de la propia Fabiola Socas, han intervenido Alberto Méndez Naranja y Jesús González "Pingüino".