Unos presupuestos que no reviertan el crecimiento económico de una manera redistributiva en la mayoría de los ciudadanos no pueden ni deben ser apoyado por los socialistas. Este ideario no lo ha terminado de captar Mariano Rajoy. Y no solo este año, sino todos los que ha venido gobernando el presidente desde 2011. O mejor dicho: desde que ya no tiene mayoría absoluta, instalado en una parálisis que ya es permanente y que solivianta incluso a muchos de los que fueron sus votantes. Por eso siempre asistimos todos los años, eso sí cada vez menos sorprendidos, al mismo aquelarre de declaraciones desde los populares poniendo en cuestión la postura socialista, abogando por nuestro carácter de partido de Estado y apelando a nuestra responsabilidad para aprobar unas cuentas que simplemente no pueden ser apoyadas desde el PSOE porque no responden a ese ideario socialista. Parece que no se han enterado aún de qué valores representa este partido con 139 años de historia y cuál es su razón de ser.

Un presupuesto socialista, o al menos un presupuesto con el que podemos estar de acuerdo, pondría por delante y en primer lugar medidas transversales desde lo económico y desde lo social para propiciar amparo y oportunidades a los colectivos perjudicados por este empeño del PP en hacer de España un país cada vez más desigual. En cambio, estos presupuestos son contemplativos ante esta situación de precariedad que, después de estos años de Rajoy y Montoro, se expande como un virus hacia colectivos como son los jóvenes, las mujeres y los pensionistas, tal y como relata el informe que ha hecho público recientemente el Defensor del Pueblo.

Con los jóvenes simplemente no existen políticas de acceso a la vivienda porque el PP aún no se ha querido enterar de la realidad que soportan. No parece que el Gobierno haya tomado nota de la burbuja, no tanto en el mercado de compra que ese es del todo imposible para los que empiezan en el mercado laboral, sino en un disparado mercado de alquiler, que impide y frustra proyectos de vida.

Con las mujeres brillan por su ausencia propuestas en materia de conciliación familiar y laboral para fortalecer el papel de las mujeres en la sociedad y que además permita afrontar con optimismo el futuro del país europeo con menor tasa de natalidad. Nada se propone desde un Gobierno que vive anclado en un pasado que ya no va a volver por mucho que se empeñen. Esta sociedad ha demostrado con un músculo democrático extraordinario que solo mira al futuro.

Y con los pensionistas este Gobierno sólo ha reaccionado tarde y mal y de una manera coyuntural, pero sigue sin comprometerse para que esta solución cortoplacista con un claro interés electoralista sea una respuesta integral y duradera que tienda en los próximos años, tal y como hemos propuesto los socialistas, en consonancia con el aumento del coste de la cesta de la compra, para elevar el nivel de vida de todas esas personas que viven con una remuneración que simplemente les impide tener una vida digna. Se trata de asumir esa obligación que tienen los gobiernos decentes para aspirar a una sociedad más justa para todos a través de la herramienta que son los presupuestos generales del Estado.

Lo que reclamamos los socialistas son medidas valientes desde las que se apoye a estos colectivos, un Gobierno que no se conforme con lo que dicten los mercados o el sistema económico que siempre se queda con la mejor parte. España necesita un Gobierno que intervenga, un Gobierno que se ponga de parte de los que menos tienen y, sobre todo, de los que tienen menos herramientas para defenderse. Años ha tardado Rajoy en recibir a un colectivo como las camareras de piso tan castigado desde hace años por precisamente, entre otras cosas, la reforma laboral que perpetró el PP, en un ejemplo de a qué paso va el presidente por mucho que presuma de andar rápido.

Sí, las cifras macroeconómicas que todos conocemos no han parado de subir en los últimos años impulsadas desde el Banco Central Europeo, la bajada de los precios del petróleo y la coyuntura turística, circunstancias todas ajenas al Gobierno Rajoy. Pero los salarios, con un Gobierno popular, han decrecido y más aún en Canarias si los comparamos con el resto de las regiones del Estado. No, no vamos a callar ante lo que consideramos unos presupuestos cicateros y cobardes, ante los que peor lo están pasando durante esta crisis que por mucho que quieran hacer desaparecer, sigue ahí golpeando día a día a muchas familias.

¿Y todavía vuelven a preguntarse los mismos por qué no apoyamos los presupuestos?

*Diputada del PSOE en el Congreso por Santa Cruz de Tenerife