Son los que han transcurrido desde aquel 11 de marzo en que España, en Madrid, sufrió el mayor atentado terrorista de su historia: 193 muertos y cerca de 2.000 heridos de diversa consideración. Y un notable número de familias destrozadas ¿Conocemos la realidad de lo acontecido? Conocemos los resultados de la tragedia. Además de los muertos, el cambio de Gobierno en España como consecuencia de la atolondrada acción del ejecutivo en funciones (PP) y la enorme presión callejera, sin respeto alguno al proceso electoral en que estábamos incursos, llevada a cabo u organizada por dirigentes del partido socialista.

Parece obvio que el gobierno del PP, que a la sazón estaba en funciones, estaba, además, a por uvas. O, acaso, no tenían control respecto de nuestros servicios secretos, que era otra forma de estar a por uvas. Según citaba la revista Tiempo, en su número 1.143 de 29 de marzo de 2004, antes del 11 de marzo los servicios secretos militares italianos ya habían informado a sus colegas españoles de los encuentros y contactos anteriores entre miembros cercanos a Batasuna y miembros de Ansar al Islam. En el informe se citaba a Gorka Vidal y Badillo Izkur, que fueron los detenidos el 29 de febrero de aquel año cuando transportaban 500 kilos de explosivos camino de Madrid. Se había "anunciado" un atentado en la estación de Chamartín.

Detenidos aquellos pájaros y su mortífera carga, doy en pensar que se produjo una cierta relajación; y doy en pensar, también, si aquello no fue un cebo para relajar la atención en investigaciones. Parece ser, a resultas de lo juzgado posteriormente, que en el atentado del 11 M estaban involucrados confidentes de la policía. Y cuerpos del delito (los vagones explosionados) se desguazaron con celeridad; como si no interesase investigar lo ocurrido.

Se produjeron perjurios en instancia judicial y en sede parlamentaria. Como si nada. Y el explosivo fue "Goma 2 Eco, y vale ya". Y un "morito" de los de Leganés salió a tirar la basura y se mandó a mudar. Y a los restantes moritos de Leganés, que tenían su sede en un piso lindante con otro de un policía nacional, tal parece que los "inmolaron". Y la furgoneta Kangu. Y la mochila (o bolsa) de Vallecas, con un sistema que no podía actuar y con metralla que no hubo en las que explosionaron. Y así sucesivamente.

Aquella mañana del 11 M vivimos la masacre en tiempo real. Y todos pensamos que había sido ETA (el cebo de los 500 kilos de explosivos detenidos). Y pasado el tiempo, a algunos "conspiranoicos" nos sigue quedando la duda de cuál fue el grado de colaboración de ETA en aquel atentado; y el desconocimiento de cómo se gestó y por quien. Y me temo que todas las dudas y desconocimientos me los llevaré al otro lado de la vida.