¿Puede extrañarle a alguien que aumente la economía sumergida en Canarias? A nosotros desde luego que no porque estas Islas llevan mucho tiempo sumergidas en el pozo de la miseria al que las han arrojado tanto el colonialismo español como la pésima gestión política de un hombre torpe. Tan torpe y tan necio como político, que no llega a comprender la enorme magnitud del daño que le está causando a Canarias con su traición al pueblo y su empeño en seguir ocupando el puesto de presidente del Gobierno autonómico. Hasta poco nos parece que el 27,9% de la economía del Archipiélago no tribute impuestos. Una parte de la cantidad que no se defrauda va a las arcas de la Hacienda canaria. La otra, la cuota del león, se la llevan las oficinas de la Agencia Tributaria española. Tanto la una como la otra les rapiñan a los isleños el fruto de su trabajo. El Gobierno de Rivero porque invierte una parte cuantiosa de sus ingresos en asuntos superfluos, como lo son los coches oficiales y hasta los vuelos en helicóptero, por no hablar de la mantilla, peineta y collar de perlas para que la primera dama -ella se cree que es la virreina de la colonia- acuda a los actos oficiales que organizan quienes tanto nos oprimen con el régimen colonial. Cipayos es lo que son muchos falsos nacionalistas que militan en Coalición Canaria, porque a los auténticos patriotas los respetamos. Les exigimos que hagan algo cuanto antes para quitarse de encima a Rivero y a sus compinches políticos, pero los respetamos.

En cuanto a los otros impuestos, los que rapiña directamente la Hacienda española, es que ni siquiera los vemos más en esta tierra. De vez en cuando nos dan alguna limosna en Madrid, casi siempre suplicada por los nacionalistas falaces de CC que prefieren arrodillarse ante el amo en vez de exigir la independencia, la libertad -preferimos hablar de libertad-, aun a sabiendas de que no les va a suceder nada porque reclamen un derecho por el que suspiran ya decenas de miles de canarios. ¿Cómo vamos a dejar atrás la economía sumergida mientras estemos colonizados? Estar en manos de los gobernantes españoles equivale a continuar inmersos en un enorme estercolero. Canario, sal de una vez de esta infame condición a la que te han arrojado. Compórtate pacíficamente, pero también con contundencia, para que no te sigan explotando y hagan lo mismo con tus descendientes durante otros seis siglos.

No obstante, algunos canarios parece que se enorgullecen de ser lacayos de sus amos peninsulares. Estamos pensando en los españolistas y los leales a España, y también en un tatarita canarión mantenido por una magistrada a la que Alternativa Nacionalista Canaria pide que se declare persona no grata. Acusa a la jueza en cuestión esta formación política de pedir penas de cárcel para cinco mujeres que participaban en una manifestación pacífica contra la reforma laboral frente a la sede de la Confederación Canaria de Empresarios en Las Palmas. No nos explicamos cómo es posible que el CGPJ no haya apartado a esta magistrada de su cargo mientras se resuelven las denuncias presentadas contra ella, pues queda claro que no somos los únicos que no estamos satisfechos con la forma en que imparte justicia.

No tenemos nada personal contra esta magistrada, pero pobre de aquel que caiga en su juzgado. Respetamos a la Justicia aunque eso no significa que transijamos con la presencia de ovejas negras que atenten contra la seguridad jurídica de las personas. Respetamos también a esta magistrada como miembro de la magistratura, pero de ahí a que estemos de acuerdo con su forma de actuar va una distancia enorme.

Economía sumergida y juezas que no juzgan con una venda en los ojos, que es lo que les correspondería hacer. Este es el panorama colonial de Canarias. Por supuesto, no hablamos de todas las juezas; solo de algunas que siguen campando a sus anchas como si aquí no pasara nada. Un escenario al que debemos añadir las colas del hambre, la emigración, las muertes en las listas de espera, amén de unas leyes laborales y fiscales que ahogan a los empresarios porque les impiden despedir a los malos empleados. Ni siquiera a los que han sido cogidos en actos de deslealtad hacia su empresa se les puede despedir sin indemnización. ¿Cómo no va a existir economía sumergida en estas condiciones?